Estimado Dédalo, no recuerdo haber usado con tanta profusión la palabra "limpieza" cuando me refiero a la Memoria Histórica. Más bien he utilizado palabras tales como "revisión", "condena", "Justicia" o "compensación". Incluso creo haber hablado de "reconciliación".
En cualquier caso, si he utilizado en algun caso la palabra "limpieza", no se me escalofríe usted, pues no me refiero a realizar ninguna escabechina revanchista.
Por su texto, intuyo que usted es más bien partidario de dejar las cosas tal como están. Creo que lo argumentan diciendo que "no conviene reabrir viejas heridas" (algunos también lo llaman "no remover la mierda"). Es decir, seguir pasando de puntillas sobre lo que supusieron los 40 años de dictadura fascista. Obviamente, esto implica mantener la situación actual de calles glorifcando a golpistas, ignorar a asesinados por el régimen, esconder fosas comunes en las cunetas, mantener archivos incautados a punta de pistola, no revisar consejos de guerra, ignorar a víctimas de internados del franquismo, ocultar a "los niños de la polio", mantener esos monumentos a los "caídos por Dios y por España", y un largo etcétera que, en definitiva, significa mantener la España de los vencidos y los vencedores.
Y créame, así no se constuye un país. Es más, mientras no seamos capaces de revisar, condenar, y hacer justicia con nuestro pasado, no seremos capaces de mirar hacia adelante. El tiempo no cura las heridas. Solo las enquista.
Me habla de Alemania y me pone de ejemplo a descendientes de líderes del III Reich que desempeñan normalmente su actividad en la Alemania actual. Desconozco la trayectoria de esos tipos, pero lo que estoy seguro es que la condena del régimen anterior de todos ellos es rotunda, clara y diáfana, al igual que ocurre en todas las instituciones del país teutón. Vamos, igualico, igualico que en España.
Pero no me compare usted nuestro país con Alemania, por favor!
En Alemania cualquier tipo al que se le ocurra enarbolar una cruz gamada acaba inmediatamente en el cuartelillo, mientras en el nuestro se exhiben sin pudor cruces gamadas y banderas franquistas en manifestaciones nacionalistas y estadios de fútbol.
En Alemania los campos de concentración son lugares de culto donde se muestra a los escolares en qué consistió el nazismo. Mientras, en España intentamos esconder en el patio de detrás el Valle de los Caídos, en el que nostálgicos del franquismo ensalzan la figura del dictador ante la estupefacción de los turistas.
En cualquier caso, le agradezco con sinceridad sus referencias sobre mi pretendida juventud. Para uno que ha vivido los 60 y corrido delante de los grises, es todo un piropo.