HACKSAW RIDGE - la próxima de Mel Gibson (director) en la 2ª Guerra Mundial
- Autor Atreyub
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Trelkovsky
Anti-netflix
Pero qué truño!!!, no sé si he visto Hacksaw Ridge o Tropic Thunder.
Mel muérete!
Mel muérete!
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Otra que he disfrutado pese al choteo generalizado... Debo de estar mal de la azotea.
Elketefaka
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Sin duda. Estamos hablando de uno de los peores directores de la historia.
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Veo que no merece la pena el esfuerzo en justificar nada. Lo dejaré en que dentro del exceso absoluto y haciendo un poco de esfuerzo en entrar en el tono resulta una película muy interesante.
Hinomura Krycek
Bayofilo
Y tiene un Atmos de cojones.
Elliott
Desconozco
#cineclasico
a Valenti le encanta, ojo
a Valenti le encanta, ojo
Hinomura Krycek
Bayofilo
Y te funciona?
Trelkovsky
Anti-netflix
Choteo generalizado??, este bodrio ridículo está nominado a 6 Oscar y lo he visto en no pocos tops del año.
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Precisamente porque hay gente que opina que no es un bodrio ridículo.
Pero qué más da. Vivid vuestra verdad que es más divertida y ligera.
Pero qué más da. Vivid vuestra verdad que es más divertida y ligera.
Elketefaka
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Y tu vive la tuya, pero con mas alegría hombre. Trump parece que se lo pasa bien
nogales
Miembro habitual
a mi me parece la hostia de irregular, pero quedarse solo con las partes risibles ( y ojo, que para mi lo mas ridículo sucede en la primera mitad ) y obviar sus conquistas es bastante injusto.
Elliott
Desconozco
tiene 20 min muy buenos
Trelkovsky
Anti-netflix
Y con qué me voy a quedar entonces?, con media horilla de cine bélico exagerado en el que me dan igual todos los personajes y los japoneses son retratados como cucarachas?
Elliott
Desconozco
a Dios vas
nogales
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la exageración es el punto fuerte de Mel. Trasladar eso a la narrativa, digo.
El de la mina tambien es una cucaracha?
Hinomura Krycek
Bayofilo
El de la mina se perdió en su propio Atmos.
A mí me parece que los que se ceban con él exageran, pero esto es lo peor que ha hecho por lo que recuerdo de las otras. Lo único que aporta son algunas (algunas) muertes bien rodadas, tablas (que no grandes ideas) para dirigir acción, y la secuencia de los rescates que casi culmina con esa escena maravillosa de Vince Vaughn. El resto es plantilla y cursilería y fe ciega.
El plano de la camilla también es para recordar.
El plano de la camilla también es para recordar.
Última edición:
Inesperada sorpresa (no las tenía todas conmigo después de ver el tráiler). OBRA MAESTRA que deja completamente en ridículo a propuestas recientes del mismo palo (y mucho más caras) como Fury. Presupuesto escaso, foto churrera, música de saldo... y aun así va el tipo y entrega su mejor película. Está claro que este hombre no ha dejado nunca de evolucionar como cineasta y se crece ante la adversidad, adaptándose y utilizando/transformando esas limitadas herramientas en un valor.
Pues a mí me parece una verdadera maravilla, con el ojo bien puesto en el mejor cine clásico. Un prodigio de narración (toda la película lo es) que redunda además en un equilibrio melodramático perfecto (cortando donde debe para no pasarse de frenada). Incluso la sobreiluminación me parece (finalmente) bastante acertada dado el tono escogido (era una de las cosas que más me chirriaba del tráiler). Ya se ha dicho un millón de veces, pero lo del padre en el cementerio es puro Ford (aquí empieza además lo de la sangre como elemento simbólico/religioso utilizado de forma obsesiva: la lluvia de lágrimas antes de entrar en "Oz", los estigmas, milagros, etc.).
Amor romántico old school... Supongo que hoy en día al protagonista lo tacharían de memo (en el mejor de los casos), o de acosador heteropatriarcal (o alguna absurdez de ésas) por sonreírle insistentemente y sin permiso a una mujer en su puesto de trabajo y robarle después un beso al salir del cine. Lo cierto es que ambos estuvieron casados hasta que la muerte finalmente los separó (esto, a día de hoy, ya es casi contracultural).
Es verdad, pero la forma de usar esos efectos barateiros e integrarlos de manera eficaz en la narración es lo que marca finalmente la diferencia. En ese sentido me recuerda muchísimo a Fuller (hace poco me tragué A bayoneta calada, recien editada en blu-ray). Se habla de Ryan pero yo veo algo mucho más clásico, más pictórico, más focalizado en narrar que en presentar una recreación hiperrealista o pseudodocumental de la batalla.
Son pequeñas píldoras que el fulano te mete sin aviso previo; a mí me parecen fundamentales. Mi preferida es aquélla en la que se cruza con el soldado desfigurado (con la cara quemada) cuando va a visitar (feliz) a su novia enfermera al hospital; es una verdadera bofetada que irrumpe de forma significativa en la narración.
Es estupenda... a mí me recordó a una de las grandes escenas del cine bélico patrio (aquélla de La fiel infantería en la que también se cruzan las columnas de refresco y la de bajas)
Es que hay un tono cómico buscado en muchos momentos (yo incluso he pensado en una versión inversa de Verhoeven; al estilo Kitt y Karr); es uno de los grandes valores de la cinta: la forma de lidiar y gestionar ligeras variaciones tonales sin descarrilar en ningún momento. La elección de Vaughn para ese papel no es nada casual, y hay además un rollo hawksiano (en muchos momentos) desde que empieza la fase de instrucción.
Ahí hay una dialéctica entre dos culturas contrapuestas... dos formas de ver el mundo: una pro-vida y otra pro-muerte. Y ojo, que Gibson trata con muchísimo respeto ambas visiones (incluso conjugándolas en una especie de indescifrable designio divino). Recordemos, por ejemplo, que sin el machoman que usa cadáveres desmembrados de chaleco antibalas al protagonista le hubieran freído el culo y no habría podido salvar a nadie. Son dos piezas que trabajan en común y se necesitan.
Respecto a los japoneses: La escena final en la que el mando superior comete sepukku y su asistente lo decapita mientras sus soldados se rinden o se inmolan es de una dignidad impresionante. El tratamiento que le concede el director a toda la ceremonia, la forma que tiene de retratar el rostro de los presentes, es de un respeto casi religioso (muy diferente a la visión más airada y "occidental" del Eastwood de Cartas desde Iwo Jima).
Por otro lado, hay una clara lectura del panorama sociopolítico actual en todo ello: y no sólo en esos combatientes suicidas... hay detallitos por ahí, como esa escueta broma (fruto de los prejuicios) que le gastan al protagonista cuando dice de dónde es y uno le llama hillbilly y si se ha casado ya con su prima (o algo así). Los famosos "destripaterrones" y "paletos" injuriados, despreciados y olvidados (por los progres de ciudad) que se han revelado (y rebelado) ahora con Trump (que como buen espabilado ha visto libre ese nicho de mercado y se ha lanzado a por él). Esto no es nuevo, claro. En Apocalypto, sin ir más lejos, ya estaba hablando de nosotros: una sociedad decadente y corrupta manejada a través del miedo y que todavía no es consciente de su debilidad. El miedo post 11-S... el miedo a la muerte, al compromiso, a creer, a luchar... Creo que ya he citado alguna vez a Hegel cuando decía que los pueblos que tienen miedo a la muerte acaban convirtiéndose en esclavos (y aquí seguimos... con el "welcome refugees").
Cuando os leí lo de ese epílogo arrugé la nariz. Me dije: "Otro caso Ryan, American Sniper..." pero aquí entra con vaselina; es consecuencia directa de la progresión dramática y emocional de todo el tinglado (con la duración y los cortes justos... y sin gente llorando: el que tiene que llorar, en todo caso, es el espectador); me parece simplemente perfecto.
Pero es que eso lo dijo el tipo allí; suena peliculero, pero fue REAL... Lo de la granada lo mismo. El día que hagan una película sobre Roy Benavidez no se la va a creer nadie...
Pues a mí me parece una verdadera maravilla, con el ojo bien puesto en el mejor cine clásico. Un prodigio de narración (toda la película lo es) que redunda además en un equilibrio melodramático perfecto (cortando donde debe para no pasarse de frenada). Incluso la sobreiluminación me parece (finalmente) bastante acertada dado el tono escogido (era una de las cosas que más me chirriaba del tráiler). Ya se ha dicho un millón de veces, pero lo del padre en el cementerio es puro Ford (aquí empieza además lo de la sangre como elemento simbólico/religioso utilizado de forma obsesiva: la lluvia de lágrimas antes de entrar en "Oz", los estigmas, milagros, etc.).
Amor romántico old school... Supongo que hoy en día al protagonista lo tacharían de memo (en el mejor de los casos), o de acosador heteropatriarcal (o alguna absurdez de ésas) por sonreírle insistentemente y sin permiso a una mujer en su puesto de trabajo y robarle después un beso al salir del cine. Lo cierto es que ambos estuvieron casados hasta que la muerte finalmente los separó (esto, a día de hoy, ya es casi contracultural).
Es verdad, pero la forma de usar esos efectos barateiros e integrarlos de manera eficaz en la narración es lo que marca finalmente la diferencia. En ese sentido me recuerda muchísimo a Fuller (hace poco me tragué A bayoneta calada, recien editada en blu-ray). Se habla de Ryan pero yo veo algo mucho más clásico, más pictórico, más focalizado en narrar que en presentar una recreación hiperrealista o pseudodocumental de la batalla.
Son pequeñas píldoras que el fulano te mete sin aviso previo; a mí me parecen fundamentales. Mi preferida es aquélla en la que se cruza con el soldado desfigurado (con la cara quemada) cuando va a visitar (feliz) a su novia enfermera al hospital; es una verdadera bofetada que irrumpe de forma significativa en la narración.
Es estupenda... a mí me recordó a una de las grandes escenas del cine bélico patrio (aquélla de La fiel infantería en la que también se cruzan las columnas de refresco y la de bajas)
Es que hay un tono cómico buscado en muchos momentos (yo incluso he pensado en una versión inversa de Verhoeven; al estilo Kitt y Karr); es uno de los grandes valores de la cinta: la forma de lidiar y gestionar ligeras variaciones tonales sin descarrilar en ningún momento. La elección de Vaughn para ese papel no es nada casual, y hay además un rollo hawksiano (en muchos momentos) desde que empieza la fase de instrucción.
Ahí hay una dialéctica entre dos culturas contrapuestas... dos formas de ver el mundo: una pro-vida y otra pro-muerte. Y ojo, que Gibson trata con muchísimo respeto ambas visiones (incluso conjugándolas en una especie de indescifrable designio divino). Recordemos, por ejemplo, que sin el machoman que usa cadáveres desmembrados de chaleco antibalas al protagonista le hubieran freído el culo y no habría podido salvar a nadie. Son dos piezas que trabajan en común y se necesitan.
Respecto a los japoneses: La escena final en la que el mando superior comete sepukku y su asistente lo decapita mientras sus soldados se rinden o se inmolan es de una dignidad impresionante. El tratamiento que le concede el director a toda la ceremonia, la forma que tiene de retratar el rostro de los presentes, es de un respeto casi religioso (muy diferente a la visión más airada y "occidental" del Eastwood de Cartas desde Iwo Jima).
Por otro lado, hay una clara lectura del panorama sociopolítico actual en todo ello: y no sólo en esos combatientes suicidas... hay detallitos por ahí, como esa escueta broma (fruto de los prejuicios) que le gastan al protagonista cuando dice de dónde es y uno le llama hillbilly y si se ha casado ya con su prima (o algo así). Los famosos "destripaterrones" y "paletos" injuriados, despreciados y olvidados (por los progres de ciudad) que se han revelado (y rebelado) ahora con Trump (que como buen espabilado ha visto libre ese nicho de mercado y se ha lanzado a por él). Esto no es nuevo, claro. En Apocalypto, sin ir más lejos, ya estaba hablando de nosotros: una sociedad decadente y corrupta manejada a través del miedo y que todavía no es consciente de su debilidad. El miedo post 11-S... el miedo a la muerte, al compromiso, a creer, a luchar... Creo que ya he citado alguna vez a Hegel cuando decía que los pueblos que tienen miedo a la muerte acaban convirtiéndose en esclavos (y aquí seguimos... con el "welcome refugees").
Cuando os leí lo de ese epílogo arrugé la nariz. Me dije: "Otro caso Ryan, American Sniper..." pero aquí entra con vaselina; es consecuencia directa de la progresión dramática y emocional de todo el tinglado (con la duración y los cortes justos... y sin gente llorando: el que tiene que llorar, en todo caso, es el espectador); me parece simplemente perfecto.
Pero es que eso lo dijo el tipo allí; suena peliculero, pero fue REAL... Lo de la granada lo mismo. El día que hagan una película sobre Roy Benavidez no se la va a creer nadie...