Ésta sí, eh (y no ese pseudo-timo en forma de vacío presuntuoso e histérico que era La Bruja). Está cuidada en todos los aspectos, desde la idea formal inicial y recurrente de las miniaturas y de que algo está dirigido desde más arriba, pasando por una fotografía y unos encuadres absolutamente deliciosos, la obsesión en generar miedo y angustia a través de la puesta en escena y la atmósfera contra el susto fácil, hasta una historia y un guión de doble capa que, si bien es cierto que no se llega a fundir completamente (como comentáis), le da mucha profundidad al conjunto. A los personajes, a todos, se les da espacio, no hay ninguno de una sola pieza, todos dudan, temen, los comprendemos a todos (bien al contrario que en La Bruja).
Algún Spoiler
Comentáis lo de la fiesta teen, puede ser trillado pero ahí se establece mucho la degeneración del hijo con lo que tendrían que ser sus costumbres adolescentes, a partir de ahí ya no mira ni el culo ni la cara de la chica, salir de esa fiesta emporrado con ese marrón también es un puntazo. Después la pulsión involuntaria de la Collette hacia el mal (vista con retrospectiva) durante toda la película también es muy sutil, y muy bien cuidada la reacción final de Gabriel Byrne al apreciarlo. Y yo sí compro toda la escena final, con un punto hasta de comedia negra.
No es masterpiece, pero sí recomendabilísima. A este director sí le seguiré la pista.