La campaña, como todas... está siendo un sainete. Si de mi dependiera, pues no gobernaba ninguno. A tomar por culo.
No, la cosa es que si eres una persona con un poco de espíritu crítico, ves que ninguna de las campañas te buscan, sino que te excluyen. Lo más seguro es que sea mi culpa, pero también me es difícil entender que la gente compre sin más un discurso y no recuerde... Ya hable una vez de la propia corrupción de la que parte un sistema presuntamente democrático. El voto. La papeleta la corrompemos los propios votantes según como actuemos con ella. Y otras cosas mucho más políticamente incorrectas que me guardaré dentro de mí.
Pero bueno, el día 24 hay elecciones locales y autonómicas. El que lleva cuarenta años en el mismo sitio, se propone para liderar el cambio, o para hacer lo que no ha hecho los ocho años anteriores, o para ofrecer lo que hace tiempo no ofrecías y no vas a poder aplicar... O... Después está el considerar a estos tipejos, iconos. Como si sus promesas o sus análisis de la situación política tuvieran alguna clase de rigor. Como si fuera vida inteligente o similar. No deja de ser sorprendente. Y obviamente, no hay nada más hipócrita que una campaña electoral. E inútil. Porque pocos votos se rascan ahí.
¿Y sí Ciudadanos no apoya a la marca madre?