El concurso para subastar la sede de la Gerencia de Urbanismo, en Chamartín, ha quedado desierto. El procedimiento que ponía en venta "la joya de la corona" del Ayuntamiento madrileño, una parcela de más de 9.000 metros cuadrados en el céntrico distrito de Chamartín, aspiraba a conseguir para las arcas municipales 65 millones de euros como mínimo.
De momento, no ha sido posible ni valorar la mejor oferta -no se ha presentado ni una sola- ni la calidad del anteproyecto para la citada parcela, que preveía la construcción de viviendas y zonas comerciales. El 9 de octubre, fecha fijada para la apertura de las plicas, se habría conocido el importe de esta importante operación inmobiliaria para Madrid y sus cuentas.
Así las cosas, la respuesta del Ayuntamiento no se ha hecho esperar y acaba de aprobar un nuevo recorte de sus gastos de unos 74 millones de euros, tal y como aprobó la alcaldesa Ana Botella en su última reunión de Gobierno.
La parcela de Guatemala era una de las cinco parcelas incluidas en el segundo lote de venta de suelo del Ayuntamiento, convocado por el Área de Urbanismo y Vivienda. El Consistorio ha recibido ofertas para dos de las cinco parcelas subastadas por un total de 5,3 millones de euros y no ha recibido ninguna para las tres restantes, entre ellas la sede de Urbanismo, han confirmado desde estas dependencias municipales.
El pasado 20 de septiembre terminaba el plazo para recibir las ofertas de los interesados en la parcela, con una edificabilidad de 32.000 metros cuadrados, en una de las zonas más caras del centro de Madrid, que se había abierto el pasado 1 de agosto. El plazo terminó sin que se haya presentado ninguna oferta para comprarlo y eso que el Ayuntamiento había rebajado en 10 millones de euros el precio de salida barajado inicialmente tras unos sesudos estudios de mercado.
Y el mercado ha dicho no al Ayuntamiento de Madrid. Esa negativa no es tanto por el precio de salida de la subasta pública (64.990.638 euros) que se ha considerado "bueno" por el mercado sino porque no hay financiación. "Los bancos tienen en sus balances mucho suelo que compraron en el boom y ahora nadie los quiere; no están muy dispuestos a financiar la compra de un solar que no sea suyo», explican fuentes conocedoras de la subasta. "Esta operación era muy importante, no sólo para las cuentas del Consistorio, sino como otro termómetro más de la crisis económica", añaden.
