Todavía no se conoce una manifestación, huelga o movilización del colectivo que sea, ante la cual los políticos no hagan su lectura y su valoración que acaba siendo, inevitablemente, un intento de instrumentalizarla.
Lo relevante no es que unos digan que esto es un motivo de dimisión de Ayuso y traten de desgastar al gobierno de la Comunidad de Madrid con esta situación o que los otros digan que esto es agitación política sin más y que no es un problema de la Sanidad sino comunismo y ETA.
Ambos intentan sacar tajada de la movilización y se puede discutir con qué argumentos se está más o menos cerca de la realidad, pero eso solo le puede despistar al que quiere tragar sin pensar.
Lo relevante es la situación de la Sanidad. El deterioro de la Atención Primaria en Madrid y las malas condiciones laborales de los profesionales (contratos precarios, carga asistencial incompatible con ofrecer una buena calidad asistencial, falta de incentivos, etc.) son problemas que llevan mucho tiempo encima de la mesa y que cada vez son más graves. Los residentes de familia que terminan en Madrid se van en su inmensa mayoría y la cantidad de Centros de Salud en los que falta personal es dramática porque no se cubren jubilaciones ni bajas. El descontento y la denuncia de esta situación se viene haciendo desde hace mucho tiempo y la Consejería viene prometiendo un plan para solucionarlo desde hace varias legislaturas sin que se llegue a concretar nunca. Desde la pandemia todo esto ha sido aún más clamoroso hasta llegar a un punto insostenible. Lo que ocurre en Madrid es que la atención hospitalizada suple algunas de esas carencias, maquilla algunos datos y da brillo a muchas situaciones porque en los hospitales hay muchas cosas que si que se hacen bien. Pero la Primaria se la están cargando, es evidente, y no hacen nada por solucionarlo. Y ahi está la clave.
En esta situación el plan de apertura de los SUAPS es la gota que colma el vaso. Se cierran al principio de la Pandemia los 37 Servicios de Urgencias de Atención Primaria y se mantienen abiertos los 40 Servicios de Atención Rural. Desde entonces se viene reclamando la necesaria reapertura de estos centros, pero eso no se hace e, incluso, se dice que no se volverán a abrir. Finalmente se cede ante la presión y se anuncia un plan de reapertura de los SUAPs que, ahora, junto a los SAR, serán 77 centros de Atención Continuada (para garantizar la atención 24/7), pero se van a abrir con el mismo personal que antes atendía los 40 SAR. Y no. No salen las cuentas. Todas las plataformas sindicales se oponen a este plan de apertura y se sientan a negociar con la Consejería. Finalmente SATSE, CCOO, CSIT UNIÓN PROFESIONAL y UGT firmaron un acuerdo y pararon la huelga. La idea era que se hiciera una apertura gradual de los centros de acuerdo a la disponibilidad de personal.
Este pacto no lo firmó Amyts (Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid) que es un sindicato de médicos, oficialmente independiente y conocido por ser mucho más afín a la centro-derecha que a las posiciones de izquierdas (para sorpresa de nadie, ya que el colectivo médico no es, precisamente, un colectivo de comunistas antisistema). Y no lo firmó porque tampoco era un acuerdo que garantizara la viabilidad de la apertura como se demostró posteriormente en una apertura precipitada con mensajes de madrugada a los profesionales para reubicarlos, con la mayoría de centros abiertos de forma precaria (material en cajas, sin médicos o sin enfermera o celador y más aún en los días en los que la cobertura asistencial quedaba en manos de esa voluntariedad propuesta y absurda. Estos datos se han recogido diariamente, son públicos y están disponibles en Twitter para el que los quiera ver).
¿Que hubo bajas en esa situación? No me cabe duda. ¿Que son bajas orquestadas y fraudulentas? No me lo creo. Eso es una acusación muy grave que se debería demostrar y que, como en otras ocasiones, acabará en nada porque es absolutamente insostenible. Pero lo del boicot, la falta de profesionalidad, la falta de vocación y el abandono a los pacientes es algo que ya ha calado en todos los que quieren creerlo y que ahora lo repiten como loros. Ojo, sin datos. Solo acusaciones en los medios repetidas sin cesar y con una agresión a una médico en Guadarrama (votante del PP según ella misma dijo).
Y por ese caos y por esa situación de incumplimiento de la apertura gradual pactada con los sindicatos, los que inicialmente habían firmado rompieron el acuerdo y se volvieron a sumar a la convocatoria de huelga que, por cierto, tiene un 100% de servicios mínimos por lo que su incidencia es mínima.
Y asi se llega a la manifestación de ayer. El descontento en una parte importante de la población es evidente y entre los profesionales ¿qué queréis que os diga? No conozco a nadie que apoye el plan de apertura de los SUAP tal y como se está haciendo. Y no conozco a nadie que considere que la Atención Primaria puede seguir asi. Los habrá, pero no los conozco. Y en esto están profesionales de toda ideología, muchos votantes del PP y la mayoría nada sospechosos de apoyar el comunismo ni a la extrema izquierda.
En fin. Que si, que hablo de Madrid y lo hago porque es donde vivo, donde trabajo y donde conozco la situación de forma directa y por compañeros con los que hablo a diario. Ya se que en muchos otros sitios la situación será parecida y, lógicamente, esto removerá a la profesión en todas partes. No me extrañaría que se movilicen en más sitios. Veremos.
Y si después de todo esto que os cuento, queréis seguir con lo de la izquierda, la instrumentalización y la politización de la salud pues muy bien. Cuando hablo de un caso clínico, decido un TAC, un antibiótico o un ingreso en UCI hablo de Medicina y no de ideología. Pero cuando se habla de la gestión de la Sanidad Pública, de las condiciones laborales, de la fuga de profesionales, del presupuesto para la Atención Primaria, etc... estamos hablando de política y eso es impepinable. Y no le resta valor a la movilización que fue a favor de la Sanidad Pública de calidad y en contra de la gestión que la está deteriorando, en contra del que tiene las competencias y no lo está haciendo bien.
Un abrazo.