Hong Sang-soo

Hay dos partes de la crítica que me gustaría resaltar y que me parecen importantes:

"In an interview with Hong Sang-soo following the release of Right Now, Wrong Then (2015), the director stated, “the artist I admire most is Cezanne.” Cezanne’s impressionism was manifested by abstracting nature into simpler forms. Hong in his more recent years has done something similar: he replaced the cut with the zoom. These zooms clarify and emphasize moments for us, limits the space we are in—a method not of freedom, but prevention. Yet in the first part of Hong’s new film, On the Beach at Night Alone, we nevertheless explore landscapes as ways of contextualizing the feelings of the characters. Landscapes become experiential for Kim Min-Hee’s Younghee, a Korean visitor in Hamburg, turning open spaces into locked ones. "

...

"Furthermore, there’s considerably less room for humor in this work than before, almost a confirmation of how earnestly they take each other’s feelings. This seriousness drifts into Hong’s visual sensibility, a silent cinema-like emphasis on the position of bodies, whole emotional tones are communicated purely by the way a person leans on a wall, or sitting up to greet a friend, or kneeling to caress a flower."

La admiración que profesa Hong Sang-soo por Cézanne me resulta muy lógica. Una admiración que le profesan también Danièle Huillet y Jean-Marie Straub. En ambos cines creo que se puede sentir ese ideal de Cézanne de materializar sensaciones en la propia obra, en vez de intentar provocarlas en el espectador.
 
Última edición:
Tengo por ahí esa de La puerta del retorno, pero ufff... lo que no tengo últimamente es tiempo de ver tanto cine, una lástima.
 
Vistas dos joyas descomunales, la comentada La puerta del retorno (2002), efectivamente, difícil que no sea de sus mejores películas (y de las de cualquiera), gira en clave de metáfora entorno a una leyenda enunciada, Sang-soo la interpreta y nos ofrece uno de los mejores finales que recuerdo, lleno de pura poesía. Se divide en 2 partes diferenciadas, una con un errático triángulo sexual/amoroso y otra, absolutamente majestuosa, con un romance que empieza cuando la película parece haber acabado, con un concatenación de escenas memorables: en un tren, una depalmiana vouyerista, un tímido (comparado con lo que vedrá después en su filmo) juego con la confusión del pasado, y todo este tramo dialogando con la primera parte con cambio del elemento dominante de la pareja y con una sensualidad fuera de lo común. Una obra maestra absoluta.

Y después La mujer es el futuro del hombre (2004), ésta más moral, incluso más pesimista, vuelve al triángulo e incide mucho más en el pasado, con escenas a modo de flashback que son introducidas prácticamente sin diferenciarse de las otras, elemento que evidencia uno de los grandes temas de la película como es el eterno adolescente, el intentar revivir el pasado como si no hubiera pasado el tiempo. Los protagonistas masculinos quedan retratados especialmente patéticos (incluso más de lo que en él es habitual) porque, aunque ellos quieran obviar el paso del tiempo, éste les ha dejado huella en lo emocional y no son capaces ni de encontrar momentos íntimos cuando se relacionan. Quizás la más rohmeriana de cuantas he visto.
 
Última edición:
Descomunal La puerta del retorno, preciosa y melancólica, con otro de esos personajes masculinos quebrados y algo sombríos. Efectivamente la peli da un giro de golpe; si en su primera parte asistimos a la descomposición emocional de un tipo perdido (siempre directores de cine) que es arrastrado en un juego amoroso a tres bandas y se plantea el leit-motiv de la leyenda de La puerta del retorno, en su segunda y especialmente bella segunda mitad intentará coger las riendas de su vida al seguir a una misteriosa y atrayente mujer. Como pasa en otras pelis del coreano (es la tercera que veo así que tampoco puedo asegurar que sea una constante), construye sus films con estructuras especulares, donde siempre hay framentos que potencian de significado de otros que por oposición quedan perfectamente evidenciados. En Noche y día era esa dualidad entre el fucker wannabe diurno y el marido atormentado de por las noches, que hacía más patético el personaje a medida que avanzaba, y en Ahora si directamente es la propia estructura de la peli repitiendose la que no deja lugar a la duda. En esta es lo visto en su relación amorosa primero lo que otorga sentido a la segunda, a la que además se añade el cuento de la puerta para alcanzar un final de esos de hacerte caer de culo.
 
Joder que maravilla de artículo. La imagen visual de Ethan y el chino ante lo infranqueble me ha hecho soltar lágrima. Es increible que un concepto como el del héroe errante sin encontrar la paz pero arreglando tinglaos, siga siendo una de las construcciones más sólidas a día de hoy y se mantenga tan fresco... me viene a la mente el maravilloso poema Itaca de Kavafis. Creo que la peli que más ganas tengo de ver son sus últimos estrenos, en especial la de esta Berlinale. Mientras tanto seguiremos devorando todo lo que ha hecho este titán. La próxima la de la Huppert...
 
Yourself and Yours es una obra maestra absoluta. Su filmografía no tiene ningún borrón.

Para mí es el mejor director vivo en activo.
 
La puerta del retorno

O cómo sacarse de la manga una película sencillísima, con unos cuantos actores y posiblemente con cuatro duros. Ignoro la importancia que tendrá dentro de la vasta filmografía de este director surcoreano, si será algo especial o todo irá en la misma línea. Cine, en cualquier caso, que parece europeo, pero con una sutileza y un hermetismo tal vez bastante orientales. Un actor en horas bajas, con pinta de estar muy perdido en la vida, contempla a las mujeres como simples espacios donde meterla. Hasta ahí el primer segmento en que se divide el relato, ya que el segundo es casi otra historia diferente pero protagonizada por el mismo tipo; ahora parece haber encontrado el amor... pero entonces, el amor le da con la puerta en las narices, en el sentido más literal de la expresión (la metarreferencia a la leyenda del título supone el único elemento abiertamente poético en una película enfocada desde el más puro realismo, además de esa profecía fatalista del final).

La idea de que menos es más, seguida a rajatabla, ofrece aquí unos resultados muy sugerentes, no siempre “entretenidos” o emocionantes (es difícil interesarse por lo que le pasa a un protagonista más bien repelente). Todos los que salen podrían ser cualquiera. Lo que ocurre es sumamente previsible; primero una situación (el hombre pasando del tema) y luego la contraria (ella es quien pasa de él). Lo que va de un punto a otro no deja de ser un tiempo muerto en sí mismo, sumamente banal, poco o nada novelesco, sin énfasis en lo dramático ni en lo cómico... pero así es la vida y así son las cosas, parece decirnos el chino éste. Quien, por cierto, parece profesar una fe absoluta en el plano fijo, moviendo apenas la cámara para re-enfocarla y dándole cierto protagonismo no sólo a la gente sino al entorno, buscando siempre lo esencial. Los polvos los filma con distancia, pero sin frialdad. Hasta la música le estorba, colándose Arvo Part como único añadido final.

Algo así como la anti-épica de un drama romántico cualquiera, pero incluso manteniendo lo bonito y sin caer en el típico feísmo autoral. La condición humana, contemplada desde el bar de la esquina. Seguiré al tipo éste.
 
Última edición:
@Harkness_666, si es la primera que has visto de Hong Sang-soo a lo mejor te interesa saber que muy poco tiempo después daría un giro a su manera de filmar, relacionado también con unos medios de producción más escuetos y ajustados (en cada película el despojamiento de este hombre parece incrementarse) e introdujo un elemento formal que se ha convertido en marca de la casa: el zoom. Se hace muy extraño ver esas primeras películas ahora sabiendo que, aunque son puramente suyas, carecen de algunos elementos formales que luego se harían esenciales en su cine.

Yo te recomendaría seguir con una de las últimas. Por ejemplo Right Now, Wrong Then, para que veas la evolución que ha sufrido su cine y como, en esencia, su estilo sigue ahí intacto. Su filmografía es de una enorme coherencia y cobra cada vez más grandeza una vez que se han visto un buen puñado de ellas. Es el gran maestro de las variaciones.
 
@Harkness_666, si es la primera que has visto de Hong Sang-soo a lo mejor te interesa saber que muy poco tiempo después daría un giro a su manera de filmar, relacionado también con unos medios de producción más escuetos y ajustados (en cada película el despojamiento de este hombre parece incrementarse) e introdujo un elemento formal que se ha convertido en marca de la casa: el zoom. Se hace muy extraño ver esas primeras películas ahora sabiendo que, aunque son puramente suyas, carecen de algunos elementos formales que luego se harían esenciales en su cine.

Yo te recomendaría seguir con una de las últimas. Por ejemplo Right Now, Wrong Then, para que veas la evolución que ha sufrido su cine y como, en esencia, su estilo sigue ahí intacto. Su filmografía es de una enorme coherencia y cobra cada vez más grandeza una vez que se han visto un buen puñado de ellas. Es el gran maestro de las variaciones.

Gracias por la recomendación. Sí, aunque conocía el nombre de este señor desde hace tiempo, hasta ahora no había visto nada. Tenía pensado de momento continuar de manera más o menos cronológica a partir de lo que he visto, ya iré diciendo.

Querría ver también más cosas de Rohmer, otro al que tengo pendiente siempre y con el que veo suelen hacerse comparaciones.
 
Un cuento de cine (2005). Aquí introduce explícitamente el elemento metacinematográfico, y lo hace como con los flashbacks de su anterior película, es decir, sin anunciar qué es película y qué es real, y esta confusión va en plena concordancia con el discurso de la película.

Es fascinante la manera en que se retroalimentan ficción y realidad, una historia contada que deviene una película y ésta, a la vez, sirve de modelo para una situación post-visionado para el que contó originalmente la historia con la actriz de la película. En realidad, nada de lo no visto se llega a saber con certeza si pasó, y hay otras historias que se demuestran falsas o manipuladas o condicionadas por el punto de vista. Lo que sí se nos manifiesta verdadero son objetos o elementos recurrentes a ambos lados del espectro, como la torre de Seúl o el Marlboro rojo.

Todo ello revestido de bastante pesimismo, con su película que más toca el tema de la muerte (con un personaje en off que centraliza el tema) y con un protagonista más perdido y más perdedor que de costumbre, si cabe.

Otro diamante.
 
Última edición:
Y otra más he visto ... Mujer en la playa (2006). Aquí Rohmer vuelve a estar en cuerpo y alma, no sólo ya la playa remite a él y el propio modelo de cine de Sang-soo, sino que una cierta ligereza se apropia del relato en comparación con la (relativa) gravedad de las anteriores. En cierto modo parece una variación del esquema de La puerta del retorno en el sentido de triángulo en la primera parte que se resuelve a favor del "invasor" y segunda parte con nueva mujer, pero aquí introduce una rompedora variante y es que las dos partes interactúan entre sí formando una tercera parte morbosa y voyeurista. La película, sobre todo en su primera parte, sería aquello que Tarantino denomina "Hangout movie", 3 personajes perdidos en un sitio que no conocen y un tiempo fílmico que nos sirve a los espectadores para conocerlos, aunque si Tarantino utiliza este término para que la primera parte sirva para causar impacto en una segunda con más acción, Sang-soo es capaz de borrar personajes para esa segunda parte a lo Antonioni.

El protagonista lo podríamos definir como el más enérgico, el que tiene más personalidad de lo que he visto de su filmo, incluso con momentos casi violentos, sin tener su presente sentimental/sexual nada claro igual que los otros, sí que tiene una idea de la película que quiere hacer, mujeres y cine copan su existencia y, aunque tenga demonios, no es el clásico atontado que puebla la filmo de Sang-soo, otra cosa es que sus valores sean más que cuestionables.

Y aquí la variante más interesante es un contenido metacinematográfico algo camuflado en la gestación de la repetición de la trama desde el primer tercio al segundo. El protagonista, director de cine (cómo no), en busca de inspiración para elaborar un guión, experimenta una situación sentimental/sexual y busca reproducirla con otra persona interrogándola, comentádole frases e ideas de la otra chica, en pocas palabras un proceso de traslación de una experiencia a otra, justo el trabajo de un cineasta de plasmar la realidad en la ficción. Además introduce explícitamente, en boca del prota, unas ideas interesantísimas entorno a los límites de la realidad para crearnos ideas, imágenes, una conceptualización de la realidad en la que se puede ampliar la visión de la realidad mediante repeticiones si se añade información en ellas.

Fantástica de nuevo.
 
He visto 2 más, y 2 gozadas más, lo más impresionante es que, repitiendo tantos conceptos, cada película suya tiene una personalidad propia arrolladora.

Noche y día (2008). Ésta ya la comentó Groucho, sólo añadir que es en la que más explícita se hace el tema del egoísmo, no hablemos ya de su protagonista ya con un primer encuentro con una ex con fatales consecuencias, pero también en los otros personajes, la chica con sus chanchullos de la universidad o la mujer con una mentira muy oportuna. Siguen sus habituales estructuras de tramas espejo (chica y mujer) o la inmadurez como perpetua de su protagonista (ese ridículo pulso con el norcoreano). Esta especie de Lost in Paris con el protagonista de picos pardos sin rumbo fijo, sin saber si volver, y con sus conversaciones nocturnas con la esposa, explota de talento en su final que convierte el pasaje de París en una metáfora de una aventura y la une a la séptima sinfonía de Beethoven, el motivo pictórico de las nubes y un sueño, una unión de cuatro elementos que funden el discurso de la película en un final sublime.

Like you know it all (2009). Difícil sorprenderse ya con este director, pero ésta me ha parecido especialmente memorable. Con dos mitades bien diferenciadas, la primera parte nos sumerge (en alcohol) en un festival de cine, con su protagonista director (como no) como miembro del jurado, pues bien, aquí Hong Sang-soo dispara con bala a todo lo que se mueve, actrices que se ofrecen sexualmente para papeles, desfase alcohólico de jurado y organización a lo bestia y con consecuencias más salvajes que de costumbre, pelea de gatas borrachas, siestitas mientras ven las películas; la segunda parte nos lleva a una escuela de cine y el clima no dista mucho, estudiantes desfasados, profesores inmaduros, un supuesto mentor del protagonista, viejo y admiradísimo pintor, se convierte en el jefe de los depravados y, por analogía, hace sentir vergüenza propia y ajena al protagonista cuando da su discurso sobre su arte y la vida (maravilloso momento de identificación y decepción).

Y lo más curioso de todo es que todo esto que acabo de describir es el background de la película, está ahí de fondo, porque el gran tema de la película es el matrimonio y sus expectativas, ilustrado, como no, mediante 2 situaciones espejo en las 2 mitades, al margen de todo el desfase, y que analizan el concepto de pareja con el protagonista de espectador e incluso de elemento desestabilizador. Si todo esto fuera poco, la parte final nos obsequio con un elemento romántico/nostálgico, culminado con una situación tragicómica y un epílogo desarmante.

Maravillosa.
 
Y otras dos, las dos que hizo en 2010, la primera ganó premio en Cannes y la segunda la presentó en Venecia. Me parece absolutamente acojonante que este hombre no baje el pistón en ninguna película, siempre introduciendo cosas nuevas en su cine. Curiosamente me han parecido, respectivamente, la más sencilla y la más sofisticada.

Hahaha (2010). Rebosa sencillez pero, a la vez, la manera de contarlo es novedosa, 2 amigos se emborrachan (cómo no) y deciden contarse mutuamente una estancia en una localidad costera, en la que resulta que estuvieron al mismo tiempo sin darse cuenta y sólo los espectadores lo advertimos. Formalmente digo que es novedosa, también, porque de la conversación de los narradores sólo vemos fotos en b/n y oímos la voz, al estilo de La Jetée, cosa que le da al relato, a la vez, un toque nostálgico y también desdramatizador por el buen rollo del momento presente.

Mientras, en las 2 historias, Hong Sang-soo aprovecha para mezclarlas, colisionarlas y juega magníficamente con los ecos y los detalles de una a otra (especial atención a una gorra roja). Como siempre hace, identifica personajes, la madre de uno le llama, también, hijo al amigo del otro, aprovecha localizaciones recurrentes para ello, para repetir situaciones o variantes con distintos personajes, etc. Con uno de los protagonistas de director de cine (cómo no), también hay guiños meta, como una recomendación en un sueño por parte la reencarnación de una figura mitológica local, un almirante que le habla al director de la mirada y el punto de vista. El tono es distendido, casi de comedia, cosa que contrasta con las habituales miserias y momentos patéticos que vuelven a habitar en sus protagonistas. Extraordinaria resolución de las 2 tramas en el mismo pasaje y, por lo tanto, una de ellas ejecutada elegantemente en off.

Oki's movie (2010).
Ésta es la sofisticada porque la estructura en una suerte de Rashomon, como si 4 cortos formaran la película (cada vez vuelve a sonar Elgar y salen los créditos). De hecho, leo sinopsis que me parecen, directamente, erróneas, hablan de 4 historias que son variaciones y para nada, todo es parte de la misma historia en momentos diferentes, puntos de vista diferentes e incluso formatos diferentes.

La decisión de esta estructura y cómo la maneja vuelve a ser maravillosa, el primer capítulo vendría a ser, si todo fuera lineal, una especie de largo epílogo con todas las secuelas y consecuencias de lo que nos contará después y con alguna incómoda identificación entre personajes. Los dos capítulos centrales, muy diferentes entre sí, relatan y evidencian 2 relaciones cruciales para la historia (atención al descacharrante momento pulpo buñuelesco que cierra el tercer capítulo). Y el definitivo es el de sacarse la chorra, narrado como si fuera una película dentro de la película, paraleliza momentos en el mismo lugar y misma época del año con distintas personas y separados por 2 años, todo en busca del momento mágico en que pueda unir las 2 líneas paralelas. Otro finalazo.

Y la película crece al recapitularla y ver lo bien dosificada que ha estado la información, los guiños, detallitos que después cobran importancia y, otra vez, el magnífico y abundante uso del off, ya que hay prácticamente una relación entera que ocurre en off. Una delicia.
 
Última edición:
Aviso que aunque no esté diciendo nada por no haber visto (¡todavía!), como pasó con Rivette, no dudéis que leo porque Ropit está ON FIRE.
 
Es un titán absoluto, dudo haber disfrutado nunca tanto descubriendo a un director. Hoy he visto la de la Huppert del 2012 y es otro disparate de buena, ya la comentaré.

Recuerdo con nostalgia cuando en un hilo de Cannes, creo que fue Trelko quién puso esta maravilla de trailer y me obsesionó ver esa película cuando pudiera, incluso ahora creo que es de sus mejores, la idea del tiempo al revés en una película que es como un bucle temporal etílico:



Turning Gate son palabras mayores. Para mí es top cinco de este hombre y eso es decir mucho. Espero tu comentario.

¿Te atreverías con ese top 5? Yo soy casi incapaz, La puerta del retorno, The day he arrives, Woman on the beach ... Pero es que podría poner todas las que he visto. Y todavía tengo a puntito de ver (y con magníficas referencias) Nobody's daughter Haewon, Our Sunhi, Hill of freedom, The power of Kangwon province y La virgen desnudada por sus dependientes. E incluso su mediometraje Lost in the mountains. La única que no he sido capaz de conseguir es su opera prima, la del cerdo.
 
Pues es raro, la del cerdo rulaba en blu-ray, la revisé el año pasado y es magnífica, tiene ya mucho de su estilo, pero también cosas de las que se ha ido despojando, incluso se le nota cierta influenca de Jarmusch y Kaurismäki.

De las que te quedan yo le daría prioridad a hill of freedom y our Sunhi.
 
Es muy complicado hacer un top cinco definitivo, Ropit. Todas son maravillosas y, por lo tanto, este iría cambiando día tras día. Sí sé que Turning Gate estaría casi siempre en ese top cinco y, por el momento, creo que Yourself and Yours permanecerá durante mucho tiempo ahí también. Así que sin orden te puedo hacer uno provisional a día de hoy.

Turning Gate
Woman on the Beach
Night and Day
Hill of Freedom
Yourself and Yours

A ver si reviso alguna y la comento en extensión, que me apetece mucho.

 
Ropit, tú que me conoces, ¿por cuál o cuáles debería empezar yo?
 
Ropit, tú que me conoces, ¿por cuál o cuáles debería empezar yo?

Es lo que dice Rimini, casi puedes pegar a voleo, esto no es Bergman o Rivette que tienen etapas claras. En cualquier caso a ti te va el rollo meta por lo que Un cuento de cine es un buen comienzo, es la última de su etapa pesimista u oscura (según comenta Serra) pero a ti el drama no te molesta nada. Después Mujer en la playa es muy paradigmática de lo que es su cine, La puerta del retorno también es gloriosa. Si te gusta Un cuento de cine, puedes probar con Oki's movie dónde la estructura meta se acompleja. Y por otra parte, hay un díptico extraordinario que es In another country (con la Huppert como aliciente añadido) y The day he arrives, en este orden porque en la de la francesa las variaciones y repeticiones son explícitas por diferentes historias y, por tanto, más fáciles de seguir, y en cambio en The day he arrives todo este juego está en una misma narración lineal y, de primeras, puede descolocar por lo que es una buena idea haberse hecho a la idea de esas repeticiones con películas como In another country o Ahora sí, antes no.
 
In another country (2012). Creo que uno de los grandes engaños de este hombre es hacer creer que es un descuidado y que lo fía todo a la pura improvisación (que, evidentemente, la hay) porque a estas alturas me parece clarísimo que prepara cada película con unas ideas muy claras, con distintos tipos de variaciones estructurales para con sus temas, y con un cuidado de cada elemento de la puesta en escena, basta ver aquí el vestuario de Isabelle Huppert en cada una de las 3 historias, un color para cada estado de ánimo.

La estructura de la película es muy parecida a la última que se ha estrenado por aquí, Ahora sí, antes no, con la diferencia de que aquí son 3 historias, que la condición de partida varía (en teoría son 3 mujeres distintas) y que aquí sí hay una justificación explícita del elemento demiúrgico que genera universos alternativos, en este caso, una guionista que escribe 3 historias o 3 variaciones.

La conversación entre las 3 historias entre sí es fascinante, desde pequeños misterios aparentemente irrelevantes que se resuelven de una historia a otra, a comentarios de un personaje en una historia que se vuelve totalmente irónico y paradójico en otra ("hay algunos coreanos que se comportan así" "es increíble que alguien tire botellas a la playa"). Hay momentos de una melancolía finísima, hay elementos de pura poesía que se repiten de una historia a otra como un paraguas, un cruce de caminos o un faro, y hay una inteligentísima asociación entre la dificultad del idioma y de los sentimientos. En general, es un estudio muy refrescante de las reacciones de una misma persona a un mismo sitio y a unas mismas situaciones y personas en función de su estado de ánimo, que utiliza un magnífico recurso como fijar a algunos personajes en las 3 historias (el socorrista, la bellísima dueña o encargada de los apartamentos, ...).
 
Noche y día

Las aventuras mujeriles de un surcoreano exiliado en París.

El amigo Hong hace más obvia que nunca la influencia gala en sus películas. El argumento vuelve a articularse completamente en torno a los intérpretes (que no interpretaciones) y sus diálogos, sin más armazón que la pura sucesión de situaciones cotidianas, sin trampa ni cartón, como la vida misma. París, el día, y Seúl, la noche. El aspirante a bohemio picaflor, literalmente en las nubes, frente al esposo de las llamadas nocturnas a una preocupada esposa; dos caras de un mismo individuo. Le gustan a Hong los protagonistas que son gilipollas integrales (¿alter-egos suyos?) pero que van de románticos por la vida; qué es exactamente lo que en ellos ven las mujeres, no lo sabemos (cosas de ser artista, digo yo).

No es nuestro héroe el único mentiroso, también lo es esa joven conquista (lo del plagio), la propia esposa (le hace volver gracias a una trola), incluso esa ex-pareja de trágico final, probablemente, con ese asunto tan turbio de los abortos. Lo onírico del desenlace parece revelar el auténtico ser del pintor; aunque sea capaz de actos de generosidad, es difícil actuar sin seguir los dictados de nuestro propio ser egoísta, o así lo he entendido yo. La pregunta es ¿hacían falta casi dos putas horas y media para contarnos ésto? Lo del norcoreano, la chorrada esa de las drogas que desencadena todo, las anti-postales parisinas, revelan un humor, una simpleza juguetona sin mucho que ver con lo solemne del Beethoven que resuena por momentos.

Los suaves reencuadres y el particular uso del zoom (centrándose además en detalles insignificantes) parecen ser los únicos recursos visuales que le hacen falta a un tipo que parece realizar todo un exorcismo de sus tormentos personales en esta película, y seguramente en las otras.
 
Arriba Pie