Una vez vista la segunda temporada, a mí se me cae de las manos totalmente, independientemente de haber visto la serie BBC o no.
Si alguien no ha visto esta temporada, le aconsejo de todo corazón no verla y, en todo caso, saltar directamente a la tercera. Así evitará malgastar 13 horas de su vida (personalmente yo tengo True Detective esperando y me fastidia que no veas).
La disponibilidad inmediata de la serie habrá afectado la apreciación de la mayoría de los espectadores, pero a mí particularmente me ha dado igual, por la sencilla razón de que casi todas las series las veo cuando salen en Blu-ray (antes en DVD), así que nada me impediría verme seis episodios por noche, pero nunca lo hago. Así que para mí ha sido una serie como cualquier otra.
En fin, vamos al grano.
SPOILERS
SPOILERS
SPOILERS
La primera temporada tenía el aliciente de dos malsanas relaciones de Frank Underwood: con la periodista y con un congresista de carácter bastante imperfecto. Una vez desaparecidos de escena estos, la serie se resume a Frank contra el mundo. Y en ese mundo, nadie le puede hacer sombra. Todos son unos crédulos, ingenuos y decididamente un poco alelados, así que ver cómo Spacey les embauca una y otra vez es como ver a un supervillano robando caramelos a los niños. No tiene mérito ser invencible cuando los demás son unos inútiles.
El ejemplo más sangrante es el propio presidente, un ser tan anodino y manipulable que uno se pregunta cómo narices pudo ganar unas elecciones.
Se ha hablado de las raíces shakespearianas de la serie, con sus comentarios aparte al estilo de Ricardo III, pero a la vista de la estatura de sus contrincantes, más bien parece Ricardo III contra los caballeros de la mesa cuadrada.
Los aspectos positivos se reducen a una Robin Wright que está muy bien cuando la dejan. La exhibición de interpretación que hace en el capítulo 4 de la segunda temporada ha sido muy comentado, pero ahí se queda todo. Más adelante, parece que va a venirse abajo como Lady Macbeth ("¡Fuera, maldita mancha! ¡Fuera digo!" - ya sabéis), pero claro, estamos en el reino de la política y los remordimientos no duran más de cinco minutillos.
Se ha hablado mucho de la categoría de antihéroe, y se ha comparado con Los Soprano o Breaking Bad, pero los protagonistas de estas dos últimas series tenían muchas más capas que Frank.
En fin, que a estas alturas supongo que veré la siguiente temporada, si realmente cumplen su promesa y es la última.