Howard Winchester Hawks.

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Seleccionada para el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.

:palmas:palmas:palmas:hail:hail:hail:atope:atope:atope

 
Ride, boldly ride, till you find El Dorado...












P.D: Y va con segundas, Atreyubín.
 
Esta lluviosa tarde de domingo tocaba revisión (en blu-ray) de Red River... y, es curioso; hace poco comentábamos (en el hilo de Peckinpah) Mayor Dundee y no he podido evitar observar ciertos paralelismos entre ellas. Sobre todo en lo que respecta al viaje físico como representación de un cambio de mentalidad, de tránsito entre los viejos y los nuevos Estados Unidos (también en la de Hawks aparece la guerra civil... como fantasma reciente). Los dos protagonistas son tipos intransigentes que obligan a sus subordinados a cumplir lo pactado (firmado) so pena de muerte (hasta que el indio muera... o hasta llegar a Missouri) aunque, curiosamente, Wayne representa el pasado y Heston el futuro... (el liberal) Bloody Sam resulta ser el nostálgico de tiempos pretéritos y (el conservador) Hawks el (aparente) defensor del progresismo (si es que no hay cierta ironía en los planteamientos de la película). El paso de la libertad absoluta (con los peligros y dificultades que conlleva) del anárquico salvaje oeste, al liberalismo moderno de los actuales USA. Todo esto sólo demuestra que no hay más que esperar un tiempo para que lo viejo se convierta en lo nuevo y viceversa... Luego está esa escena final en la que Wayne avanza con determinación absoluta por en medio del ganado (que se aparta a su paso), primero a caballo y después a pie (genial como la cámara avanza con él) que es muy similar a la de Dundee caminando entre los presos sureños... No sé, veo algunas similitudes flotando por ahí.

Pero vamos con Red River... Es una historia gigantesca y ambiciosa, casi una epopeya (la fantasmal y religiosa escena de la salida, con la música sobrenatural de Tiomkin, se convierte en una especie de ritual en el que todos toman conciencia de la importancia del gran acontecimiento que están a punto de protagonizar... una nueva etapa se abre paso) que se fundamenta en un un concepto tan simple como inabarcable: el devenir del tiempo, del país, de las costumbres, de la historia, de los valores... simbolizado en ese río del título (Rubicón que marca un nuevo inicio e, inevitablemente, un nuevo final) y en el caudaloso río de ganado (las imágenes fluyen... vaya planos vertiginosos y llenos de vida) que avanza campo a través por el país junto a los seres excepcionales que lo guían (y lideran... primero uno, después el otro). Dunson es la vieja guardia, la virilidad pura que se impone para sobrevivir y obtener su sitio en un nuevo mundo peligroso y brutal... debe dejar morir su lado "femenino" (por así decirlo), simbolizado en su mujer (que muere a manos de los apaches). Es un pionero en la conquista del Oeste y, para ello, debe desviarse del primer y débil río que fluye en la película: el de la caravana de lo común, cuyo destino es perecer en ese nuevo mundo salvaje. La vieja civilización queda reducida a cenizas y, con ella, sus viejos valores... para sobrevivir se necesita un nuevo enfoque completamente "masculino" y competitivo.

Hago aquí un inciso para comentar la escena nocturna de la escaramuza india, que me parece fabulosa (posiblemente la mejor que he visto en el género junto a la de El sargento negro). Tiene un manejo del suspense ejemplar; simplemente utilizando un par de planos estáticos y jugando hábilmente con el sonido (la quietud que transmiten las cigarras, actuando como un anestesiante telón de fondo, quebrada de repente por los ululantes indios imitando a un coyote y el posterior ruido del rifle al ser amartillado). Después, la flecha de fuego desata la locura dejando que la música entre por fin en escena contribuyendo al estado general de excitación... y la cámara empieza a moverse: esos planos de los indios avanzando casi de forma suicida o Wayne esquivándolos... Maravilloso.

Pero hete aquí que, al día siguiente, lo femenino empieza tímidamente a hacer acto de presencia (otra vez) en la vida de Dunson. Y ese elemento no es otro que Matt, un chaval extraviado (de la primera caravana) al que decide adoptar (en una simbólica escena en la que aparece acompañado de una vaca... la primera de una nueva estirpe de ganado texano que engendrará) y para el que tendrá que ser padre y madre. Tras regar la nueva adquirida tierra con la sangre del pistolero de don Diego (incluyendo una ceremonia religiosa, casi como si de una hecatombe con libaciones a los antiguos dioses griegos se tratase) se produce una maravillosa elipsis de catorce años (narrada por el prota) donde los panes y los peces (las vacas y toros) se multiplican en paralelo al número de tumbas y de almas que Dunson se ve obligado a despachar para proteger sus conquistas. Y, transcurrido el tiempo, los tres siguen ahí: Matt crecido, Dunson con canas y Groot sin piños. Casi se podría decir que padre (adoptivo) e hijo son la misma persona, y que el lado femenino (Matt... vemos que ahora lleva puesta la pulsera de la fallecida mujer de su mentor) ha ido creciendo con los años para poder adecuarse a los nuevos tiempos de posguerra y sobrevivir. A medida que la misión avanza es el personaje de Clift el que acaba tomando el control... el rebaño deja atrás a Wayne y a lo que representa. El cambio de mentalidad (que da paso a una nueva época civilizada que deja atrás la anarquía y la barbarie) aparece también en la relación con Valance. Al principio todo parece indicar que se acabará enfrentando a Matt, pero Hawks dinamita nuestras expectativas convirtiéndolo en su mejor y más esforzado amigo.

Hay, además, una relación expresa entre la noche y lo femenino que Hawks establece desde el comienzo (la conversación de Wayne con su mujer). De noche los hombres se sienten inseguros y llenos de dudas (la barbarie, lo masculino, les acecha) y la mujer aplaca esos miedos (Clift, en la niebla, compartiendo sus ansiedades con su amada). Dunson es un Dionisio salvaje e implacable y Matt un Apolo seducido cada vez más por las promesas de paz y prosperidad del mundo moderno. El viaje termina. El río fluye y desemboca finalmente, como un afluente, en otro nuevo y más grande... el del progreso, el que simboliza el ferrocarril como tabla de salvación. Aparece una vanguradista mezcla de música diegética y no diegética, con ese violinista esquivando reses al entrar en el pueblo (por fin han llegado a nuestra época... a donde estamos nosotros). Y entonces llega el polémico final. Lo femenino (lo apolíneo) acaba domesticando la virilidad de los protagonistas, algo que resume todo lo anterior... El problema viene por el repentino tono cómico que adopta la película y que deja un regusto extraño. Sin embargo, hay momentos, durante el metraje, que sugieren que Hawks no se toma completamente en serio esos nuevos tiempos (la polémica escena de las pistolas) y este final resultaría coherente con ello (más allá de cómo glorifica el triunfo del liberalismo capitalista como hijo domesticado y blandito de los rudos, caóticos y salvajes tiempos del viejo oeste). Como si el director, desde su tradicional conservadurismo, abrazara la mayor parte de los aspectos del progreso, pero no todos... o no, al menos, sin cierto escepticismo (casi al contrario de lo que hacía Peckinpah en Dundee, donde abrazaba pocos y señalaba al pasado con nostalgia para aprender lo esencial).

En ese sentido me llama mucho la atención un detalle que no quiero dejar pasar (porque podría estar relacionado con esto último): el humor como algo que te puede hacer bajar la guardia y producir desgracias (el azúcar y la estampida). ¿Un aviso, quizá? ¿Demasiado azúcar puede mandar nuestra actual era apolínea al carajo? ¿Los viejos se lo trabajaron para que los jóvenes lo despilfarren? Quién sabe, pero lo que uno disfruta con Groot (y con su amigo indio) no se paga con dinero. Su "yihaahhh!" ahogado por la tos (en contraposición a los estentóreas voces de sus compañeros) me sigue arrancando carcajadas. Gracias sean dadas al señor Brennan, donde quiera que esté.
 
Igual soy el único, pero me gusta más "Tierra de Faraones" (ENORME, MAYESTÁTICA) que sus westerns.

Más que mayestática, faraónica :L

:juas

Por cierto, no sé (no soy entendido) si lo de la arena para ir cerrando galerías fue en realidad tal como muestran en la peli pero, en todo caso MOLA. Sobre todo con / para ese final :diablillo

Reafirmo: TDF (junto a "Su juego favorito") son lo que más me gusta de Hawks :yes :gano
 
En Río Bravo únicamente existen cinco primeros planos.



"I never follow a script literally and I don't hesitate to change a script completely if I see a chance to do something interesting. I like to work on the scenarios. Some of my best movies were written in very little time. Scarface took only eleven days, story and scenario."

“That’s how I hit upon the tempo of my movies. I made a film called His Girl Friday in which the characters spoke so fast that the characters kept stepping on each other's lines. The public liked it. Moreover, the tempo in Scarface was faster than usual in that period. I generally work with a faster tempo than that of most of my colleagues. It seems more natural to me, less forced. I personally speak slowly, but people generally talk, talk, talk without even waiting for other people to finish. Also, if a scene is a bit weak, the more rapidly you shoot it, the better it will be on the screen. Moreover, if the tempo is fast you can emphasize a point by slowing the rhythm. Similarly, when you have a scene with two characters, don't always use a close-up. When you use close-ups sparingly, the public realizes that they are important. I hate movies which, without any reason, are composed completely of close-ups. I don't like them. I don't want to say that they're necessarily bad movies, but I don't like that particular style of film-making.”

Hawks on Filmmaking - Howard Hawks Movies

 
No es un primer plano porque la apertura es demasiado amplia. Se ven los zapatos y una parte de las piernas de Dean Martin.
 
Última edición:
Para mí no es lo mismo. La apertura es más grande en el otro. En el del vaso de cerveza el encuadre se centra casi exclusivamente en ese elemento, aunque en los últimos momentos del plano aun podamos ver una parte de la mano derecha de Dean Martin.

Pero da un poco igual. El caso es que el número de primeros planos usados por Hawks en Río Bravo es ínfimo.
 
La frescura que veo cada vez que me pongo una de Hawks es inaudita, debe ser el director más moderno de la historia, monta su circo a toda velocidad da igual el género, la época y el lugar, ayer tocó Sólo los ángeles tienen alas (1939) y es un non-stop de más de 2 horas, claro, pronto vendría la insuperable Luna nueva (1940). Qué sentido del ritmo tenía! Además aquí es impresionante como en una época tan maníquea para el cine americano es capaz de montar una historia de aventuras ... sin malos!!!
 
Claro, he vuelto a ver Luna nueva (1940), qué gustazo, es un escándalo de buena, cómo están dirigidos los diálogos, muy interesante que Hawks dejara improvisar tanto en esa época tan de estudio. Esa conversación inicial entre Grant y Russell en el despacho de él! Por cierto, de las favoritas de Tarantino y me jugaría bastante dinero a que parte de la trama de Kill Bill sale de aquí (Grant/Carradine: "tú eres una periodista/asesina nata, cómo puedes irte con ese bobo a llevar una vida aburrida).

Después las 2 versiones de El sueño eterno (1945/46), muy curioso, si la versión conocida es una notabilísima película con noir de fondo y pareja memorable, la versión anterior me parece incluso mejor, la complicada trama se entiende mejor y Hawks se entrega más al brillante texto de Chandler, es más noir, más de detective privado, menos cool con la Bacall, de hecho ella es casi secundaria, y esa atmósfera de novela negra está más conseguida. Maravillosa.

Y también Scarface (1932), curioso comprobar los varios hilos maestros de la trama (relación con el jefe, la mujer del jefe, su madre, su hermana, su amigo, ...) que respetaron Stone y De Palma. La película es interesantísima por su valor y contexto histórico, con Al Capone todavía en plena forma, pero en su relación con Hawks me parece que ni tiene sus constantes definidas, ni su empatía con sus personajes. Sí tiene un ritmazo, algunas escenas memorables y una magnitud de la violencia inconcebible, pero veo clichés que han quedado antiguos (cosa que no pasa en sus grandes películas) y no creo que aguante comparación con lo que hacía Lang en este género por aquella época (M!). En cualquier caso sigue siendo una notable película.
 
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