Islamismo. Una chica en minifalda embiste a un país

Otra pirueta diplomática más... Hace un año hablábamos de como Obama quedó como un primo cuando dio un ultimatum a Siria, que habilmente respaldaron los rusos. El ultimatum era más bien una especie de cuenta atrás para bombardear al régimen sirio, disfrazado de ultimatum para que la comunidad internacional no dijera que no lo avisaron. Pero los rusos apoyaron la moción, con la certeza de que con ello Al Assad se iba a mostrar colaborativo con la comunidad internacional en la inspección de arsenales de armas químicas... Ya sabemos que muchas de las matanzas de Siria no eran culpa del dictador, sino de aquellos que intentaban derrocarlo, pero se presentaban como tales de cara a facilitar una opinión pública favorable a acabar con el dictador. En fin, pasó eso. Que al final Obama quedó como un cenutrio, como un hombre que sufrió un gatillazo y no atacó al régimen sirio.

Un año después, la Casas Blanca estudia bombardear Siria. No contra Al Assad, sino contra el Estado Islámico. Osea, quieran o no quieran, en beneficio de Al Assad bombardeando a aquellos que hace un año tan buenos, liberales y democráticos eran, como todos los hijos de puta surgidos de esas primaveras árabes.

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/08/22/actualidad/1408740421_735067.html
 
Pero es que manda cojones. Hillary, también intentando desmarcarse de Obama con el fin de no enturbiar su lanzamiento como candidata demócrata a las próximas presidenciales, está hablando de todas esas pifiadas que hace Obama con el consabido "yo ya lo avisé". Pero es que tienes a un inútil como Secretario de Estado, John Kerry. No habrá gente cojonuda en la administración y en la empresa privada dándoles consejos y explicándoles todo cada día, que la siguen jodiendo. Pero de todas, todas... Es que no saben ni manejar el lenguaje diplomático ni los tiempos... Mirad la crisis que se ha liado con los rusos. Y han sido ellos solitos... Ni Bush metía la pata así. Sería un hijo de puta y lanzaría bombas (bueno, él, él, no sabía nada), pero por detrás tenía gobernando a gente inteligente...
 
Enric González: Los nuevos bárbaros

Las imágenes del asesinato de James Foley, uno de esos periodistas que dignifican el oficio y, según quienes le conocían, una de esas personas que dignifican la especie, son repugnantes. También asquea el jolgorio con que se difunden por la red. No creo, sin embargo, que convenga evitar su visión, porque contienen un elemento informativo relevante. Se trata del discurso del asesino, parte del cual Foley fue forzado a recitar. Ya saben, la culpa de todo es de Estados Unidos y de Occidente en general, de las agresiones imperialistas, de la arrogancia de los infieles, etcétera. Es bueno recordar lo que dicen los sociópatas del Califato y compararlo con un cierto discurso, frecuente entre la izquierda europea, en el que aparecen argumentos similares. Se trata de un discurso tan obtuso e impresentable como el del sociópata británico que decapitó a Foley.

Seamos claros: en el mundo islámico habitan los nuevos bárbaros. La gran mayoría de los musulmanes son gente pacífica y más o menos razonable, como lo eran la mayoría de las tribus bárbaras que se acumulaban junto a las fronteras del Imperio romano y se adentraban poco a poco en él, sin especiales problemas de convivencia. El colapso de Roma y del imperio de occidente no se debió a una voluntad específica de invadir y destruir por parte de esas tribus, que en cualquier caso se regían por valores incompatibles con la civilización romana (igual que ocurre ahora con el islam y los valores de libertad y representación democrática), sino a las guerras internas de los bárbaros. El empuje de nuevos grupos procedentes de Asia provocó el caos más allá del limes y ese caos se derramó sobre una Roma decadente, dispuesta a pactar lo que fuera porque se sentía incapaz de defenderse.

La situación, ahora, no es muy distinta. El islam sufre una compleja y violentísima guerra interna, cuyo eje más visible, pero no único, es el enfrentamiento entre el sunismo, tradicionalmente dominante, y el chiísmo, revitalizado desde la revolución islámica iraní de 1979. Esa fue la única revolución del siglo XX, como subrayaba el historiador Eric Hobsbawm, que no se remitió ni de lejos a los valores de la Ilustración, la razón y las libertades, sino todo lo contrario. El chiísmo ha desarrollado grupos fanáticos como los Guardianes de la Revolución en Irán o Hezbolá en Líbano; del sunismo están surgiendo aberraciones cada vez más estrambóticas, desde Al Qaeda al Estado Islámico.

Estados Unidos y sus aliados, lo que llamamos Occidente, han cometido gravísimos errores y agresiones intolerables. Por supuesto. Francia y Gran Bretaña se repartieron sin escrúpulos las ruinas del imperio otomano (1916) y sometieron de mala manera a las poblaciones locales; Washington aupó a la atroz dinastía wahabista de los Saud (1932) a cambio de explotaciones petrolíferas; la CIA acabó con Mohamed Mossadegh (1967) y destruyó las expectativas de un Irán libre; Jimmy Carter y Ronald Reagan armaron y financiaron a los muyahidines en Afganistán desde 1979; George W. Bush organizó dos invasiones, la de Afganistán (2001) y la de Irak (2003), extremadamente cruentas en lo militar y fallidas en lo político. Existen muchos más ejemplos. Pero debemos ser conscientes de que el problema musulmán viene de muy lejos y es musulmán, no occidental. El islam ha sido incapaz de confrontarse con la modernidad y en su expresión más contemporánea, la que arranca con la descolonización, ha rebotado sin cesar entre las dictaduras nacionalistas y las llamaradas hiperreligiosas. La clave está ahí.

Existen países musulmanes no estrictamente calamitosos, como Indonesia o Marruecos. El panorama global sí lo es. La llamada primavera árabe, un proceso antiautoritario rápidamente sofocado (aunque no extinguido) por las tensiones de fondo, demostró que son pocos los que reclaman libertades. Por debajo del macroconflicto histórico, la guerra entre suníes y chiíes por el dominio geoestratégico y religioso, hierven casi todos los problemas concebibles: la citada e interminable pugna entre militares e islamistas, una corrupción prodigiosa, una evidente incapacidad para alcanzar un aceptable desarrollo económico, una natalidad desbocada y, muy al fondo, el empecinamiento en mirar al pasado y no extraer de él más que recuerdos de humillaciones, reales o inventadas, que exigen venganza. La crueldad casi caricaturesca de las bandas ultrayihadistas (el gran Jon Lee Anderson las compara, en un muy recomendable artículo publicado en The New Yorker, con Los Zetas del narcotráfico mexicano) se ha convertido en un lenguaje, un mensaje y un programa político. Más allá de los degüellos, decapitaciones, crucifixiones y torturas diversas no hay nada más que ensoñaciones de un pasado remoto, frustración, estupidez y furia en estado puro.

No vale la explicación de que las sociedades violentas, como las árabes, generan violencia. Hasta una cuarta parte de los efectivos del Estado Islámico, unos dos mil o tres mil, proceden de Europa. De Londres, de Madrid, de París, de Milán, de Barcelona. De ciudades abiertas y tolerantes. Tampoco vale esgrimir la tragedia palestina: esa tragedia es real, muy real, pero los países árabes no son menos despiadados que Israel cuando se trata de los palestinos. Israel se ha convertido en una coartada cómoda para justificar un inmenso fracaso colectivo.

El hundimiento de las sociedades musulmanas es rápido y generalizado. Siria, Libia, Sudán, Irak, Egipto, son en la práctica estados fallidos, como Afganistán. Pakistán representa el peor peligro de crisis nuclear. Los países más ricos, los que disponen de tesoros fabulosos gracias al petróleo, hacen lo posible por empeorar las cosas exportando fanatismo (caso del wahabismo saudí) o financiando a los fanáticos (Catar ha sustituido a Siria como patrón de Hamás y respalda de forma encubierta a los sociópatas del Califato). La frustración acumulada por los nuevos bárbaros lleva tiempo derramándose sobre Europa y, en menor medida, sobre Estados Unidos. Es el gran problema contemporáneo y conviene encararlo con lucidez y sin gilipolleces bondadosas.

No, el responsable de los atentados del 11-M no fue Aznar por sumarse a la invasión de Irak: fueron los yihadistas. No, los estadounidenses no se buscaron los atentados del 11-S: fueron los yihadistas. Si esa minoría fanática e hiperactiva, que dura ya bastantes generaciones y acumula rabia y locura, no es derrotada y suprimida, el caos musulmán se desplomará definitivamente sobre el planeta. La tolerancia con otras culturascarece de sentido cuando hablamos de teocracias delirantes, déspotas grotescos, opresión y miseria. La represión sanguinaria de El Assad, la brutalidad de Al-Sisi, el sectarismo de los Hermanos Musulmanes, el fundamentalismo saudí, la diplomacia criminal de Catar y la locura asesina del Estado Islámico son lados distintos de una misma figura geométrica. Esta es una guerra por la civilización. El tipo de guerra que perdió Roma.

http://www.jotdown.es/2014/08/enric-gonzalez-los-nuevos-barbaros/
 
Me parece un acertado análisis.

De todas formas, cualquier solución debe partir del mundo árabe. Desde el mundo occidental, acostumbramos a meter la pata. Y además, tenemos la mierda esa de estado israelí empeñado en hacerse el matón de barrio con sus vecinos.
Poco podemos esperar de los musulmanes moderados mientras Occidente continue apoyando -o haciendo la vista gorda- a Israel
 
ARTURO PÉREZ-REVERTE
Es la guerra santa, idiotas


Pinchos morunos y cerveza. A la sombra de la antigua muralla de Melilla, mi interlocutor -treinta años de cómplice amistad- se recuesta en la silla y sonríe, amargo. «No se dan cuenta, esos idiotas -dice-. Es una guerra, y estamos metidos en ella. Es la tercera guerra mundial, y no se dan cuenta». Mi amigo sabe de qué habla, pues desde hace mucho es soldado en esa guerra. Soldado anónimo, sin uniforme. De los que a menudo tuvieron que dormir con una pistola debajo de la almohada. «Es una guerra -insiste metiendo el bigote en la espuma de la cerveza-. Y la estamos perdiendo por nuestra estupidez. Sonriendo al enemigo».

Mientras escucho, pienso en el enemigo. Y no necesito forzar la imaginación, pues durante parte de mi vida habité ese territorio. Costumbres, métodos, manera de ejercer la violencia. Todo me es familiar. Todo se repite, como se repite la Historia desde los tiempos de los turcos, Constantinopla y las Cruzadas. Incluso desde las Termópilas. Como se repitió en aquel Irán, donde los incautos de allí y los imbéciles de aquí aplaudían la caída del Sha y la llegada del libertador Jomeini y sus ayatollás. Como se repitió en el babeo indiscriminado ante las diversas primaveras árabes, que al final -sorpresa para los idiotas profesionales- resultaron ser preludios de muy negros inviernos. Inviernos que son de esperar, por otra parte, cuando las palabras libertad y democracia, conceptos occidentales que nuestra ignorancia nos hace creer exportables en frío, por las buenas, fiadas a la bondad del corazón humano, acaban siendo administradas por curas, imanes, sacerdotes o como queramos llamarlos, fanáticos con turbante o sin él, que tarde o temprano hacen verdad de nuevo, entre sus también fanáticos feligreses, lo que escribió el barón Holbach en el siglo XVIII: «Cuando los hombres creen no temer más que a su dios, no se detienen en general ante nada».

Porque es la Yihad, idiotas. Es la guerra santa. Lo sabe mi amigo en Melilla, lo sé yo en mi pequeña parcela de experiencia personal, lo sabe el que haya estado allí. Lo sabe quien haya leído Historia, o sea capaz de encarar los periódicos y la tele con lucidez. Lo sabe quien busque en Internet los miles de vídeos y fotografías de ejecuciones, de cabezas cortadas, de críos mostrando sonrientes a los degollados por sus padres, de mujeres y niños violados por infieles al Islam, de adúlteras lapidadas -cómo callan en eso las ultrafeministas, tan sensibles para otras chorradas-, de criminales cortando cuellos en vivo mientras gritan «Alá Ajbar» y docenas de espectadores lo graban con sus putos teléfonos móviles. Lo sabe quien lea las pancartas que un niño musulmán -no en Iraq, sino en Australia- exhibe con el texto: «Degollad a quien insulte al Profeta». Lo sabe quien vea la pancarta exhibida por un joven estudiante musulmán -no en Damasco, sino en Londres- donde advierte: «Usaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia».

A Occidente, a Europa, le costó siglos de sufrimiento alcanzar la libertad de la que hoy goza. Poder ser adúltera sin que te lapiden, o blasfemar sin que te quemen o que te cuelguen de una grúa. Ponerte falda corta sin que te llamen puta. Gozamos las ventajas de esa lucha, ganada tras muchos combates contra nuestros propios fanatismos, en la que demasiada gente buena perdió la vida: combates que Occidente libró cuando era joven y aún tenía fe. Pero ahora los jóvenes son otros: el niño de la pancarta, el cortador de cabezas, el fanático dispuesto a llevarse por delante a treinta infieles e ir al Paraíso. En términos históricos, ellos son los nuevos bárbaros. Europa, donde nació la libertad, es vieja, demagoga y cobarde; mientras que el Islam radical es joven, valiente, y tiene hambre, desesperación, y los cojones, ellos y ellas, muy puestos en su sitio. Dar mala imagen en Youtube les importa un rábano: al contrario, es otra arma en su guerra. Trabajan con su dios en una mano y el terror en la otra, para su propia clientela. Para un Islam que podría ser pacífico y liberal, que a menudo lo desea, pero que nunca puede lograrlo del todo, atrapado en sus propias contradicciones socioteológicas. Creer que eso se soluciona negociando o mirando a otra parte, es mucho más que una inmensa gilipollez. Es un suicidio. Vean Internet, insisto, y díganme qué diablos vamos a negociar. Y con quién. Es una guerra, y no hay otra que afrontarla. Asumirla sin complejos. Porque el frente de combate no está sólo allí, al otro lado del televisor, sino también aquí. En el corazón mismo de Roma. Porque -creo que lo escribí hace tiempo, aunque igual no fui yo- es contradictorio, peligroso, y hasta imposible, disfrutar de las ventajas de ser romano y al mismo tiempo aplaudir a los bárbaros.

http://www.finanzas.com/xl-semanal/...verte/20140831/guerra-santa-idiotas-7566.html
 
El pasado Agosto han robado 11 aviones comerciales en Libia. Por si se estrellara alguno con código Mickey Mouse o algo.
 
Han decapitado a otro, británico esta vez.

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España no adopta una posición clara sobre su participación en la coalición contra el Estado Islámico. Frente a la política de Aznar, adopta una posición excesivamente prudente apuntando a que una posible participación española en la coalición debe estar sujeta a que se le solicite, que esté basada en una resolución internacional y que tengan consenso entre las fuerzas políticas.

Muy demócrata, humanitaria, solidaria y prudente la posición española. Tanto que estamos a años luz de esos países a los que nos queremos comparar y que rápidamente se han subido al carro. Ya sabemos que una de las principales cualidades de Rajoy es no tomar decisiones cuando han de ser tomadas, y eso también es una decisión según nuestro querido Presidente. También podemos vislumbrar un escenario ante el cual están acojonados tras los resultados de la operación anterior contra Irak por sus peligrosas e inexistentes armas de destrucción másiva. Nuestros aguerridos soldados se sumaron a la operación cuando estaba ya todo tomado. Enviamos una fragata a Irak desde la cual nuestra querida amiga Leticia Ortiz hizo una crónica para el Telediario que la catapultaría como reportera de guerra de cara a su curriculum para casarse con el heredero y actual Rey.

Se pueden decir muchas cosas. Al Gobierno español que ni tanto ni tan calvo. Si a Aznar le decíamos "No a la Guerra" por considerar que esa era una guerra inútil en la que nada se nos había perdido y no era más que hacerle la pelota a los americanos psicópatas deseosos de liarla en algún lugar del mundo para repartirse fondos federales (ya sabemos todo lo que es esta mafia de contratistas y de dejar arrasado un país para robarlo con mano de hierro), aquí hablamos de otra cosa, o no...

Según los Telediarios, estos señores de ese ente tan raro, de ese Sultanato de facto denominado Estado Islámico son muy malos. Cortan la cabeza a los periodistas, matan a muchos musulmanes y amenazan con tomar países que nos la traen al fresco como Irak y Siria. Me refiero, después de todo lo ocurrido, eso de ayudar a los Gobiernos muertos y títeres de la zona nos la suda bastante. Al fin y al cabo no son más que Gobiernos impuestos para cumplir los intereses de la anterior potencia invasora. Por lo tanto, tampoco hemos de fiarnos mucho su papel para la estabilidad de un país que ni aún antes de la existencia de la amenaza, existía.

Por otra parte no se que es el Estado Islámico ni a que intereses responde. Son muy malos, no lo pongo en duda. Unos hijos de puta del quince a tenor de lo que vemos en las noticias. Lo son, pero lo preocupante es que nos lo muestren las noticias como tales para que la gente diga que sus impuestos deben ir a comprarle a Boeing unos misiles para reventárselos en la puta cara. Porque, no me vengan que no queda ridículo Obama bombardeando posiciones de este nuevo enemigo exclusivamente metiendo pepinazos en un descampado que ellos dominen. Máxime cuando no se mucho de ellos, pero creo que gilipollas no son y probablemente una campaña de gastar dinero en misiles de Boeing sea tan inútil como beneficioso para la empresa de Chicago.

Son el mal, lo peor... Pero EEUU como garante de la libertad en países como Irak (permitanme el chiste) lo que debe hacer ante un grupo tan malvado, tan nazi es entrar con todo y destruirles hasta el último pelo a todos y cada uno de ellos. Osea una operación de la hostia por tierra y aire que los elimine. Pero no, parecen inclinados a acabar con ellos desde el cielo confiando en que dejarán el camino fácil al ejército de Irak para recuperar el terreno perdido (son unos máquinas). En fin, esto va a durar mucho, mucho tiempo... No tienen prisa por acabar con ellos. Pero bueno, el Estado Islámico sigue gozando de una excelente salud que no se si es lo que ellos quieren. Al fin y al cabo, les están pasando armas por otro lado.

En fin, que la estamos liando bastante gorda los occidentales, la verdad. Esos alemanes armando al noble y maltratado pueblo kurdo con armas, degenerará en radicalizar a los kurdos y ametrallen donde tenemos aliados, pero parece que no les importa, porque saberlo lo saben. En fin, son muchas las reflexiones, solo me gustaría que alguna mente preclara me explicase en que consiste el juego.

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/15/actualidad/1410809183_737666.html
 
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Son el mal, lo peor... Pero EEUU como garante de la libertad en países como Irak (permitanme el chiste) lo que debe hacer ante un grupo tan malvado, tan nazi es entrar con todo y destruirles hasta el último pelo a todos y cada uno de ellos. Osea una operación de la hostia por tierra y aire que los elimine.

No puede, en período electoral no puede hacerlo.
 
Ya se que soy utópico y que la normalidad desgraciadamente es esa... No gobernar por motivos electorales... Es para cortarles la cabeza a ellos. Sí se presenta durante tu mandato una situación que requiere actuación, tu deber es actuar, que para eso estas.
 
A tenor de la sospecha de la existencia de combatientes "españoles" en el Estado Islámico, el Gobierno se plantea cambair la ley para que la lucha en conflictos extranjeros sea considerada como terrorismo. La idea que me viene a la cabeza es que esta ley tendrá unas tragaderas demasiado grandes, será chapucera y que generará indefensión jurídica en algunos casos. Muy en la linea de Rajoy.

http://politica.elpais.com/politica/2014/09/16/actualidad/1410865949_035401.html
 
A tenor de la sospecha de la existencia de combatientes "españoles" en el Estado Islámico, el Gobierno se plantea cambair la ley para que la lucha en conflictos extranjeros sea considerada como terrorismo. La idea que me viene a la cabeza es que esta ley tendrá unas tragaderas demasiado grandes, será chapucera y que generará indefensión jurídica en algunos casos. Muy en la linea de Rajoy.

http://politica.elpais.com/politica/2014/09/16/actualidad/1410865949_035401.html
Primero les dejamos entrar, les damos educación, sanidad...y cuando tienen la barriga llena, a combatir por el Islam :mcallo
 
Bueno en algunos barrios de Ceuta, no tienen muchas alternativas.

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Obama consigue que le aprueben la ayuda a los "rebeldes moderados sirios" para luchar contra el Estado Islámico... Espera ¿no luchaban contra la dictadura de Damasco? ¿Cómo? ¿Dos frentes? ¿Qué?

Es brillante la estrategia, la verdad... Me recuerda a algún tipo de ficcion irónica sobre diplomacia encubierta, tipo El Sastre de Pánamá o algo así... Es gracioso. En primer lugar podríamos divertirnos analizando el término "rebelde moderado". Creo que sobrarían las palabras para describir el cachondeo que se trae este nuevo concepto diplomático. Pero bueno ¿qué sabremos nosotros que no sabe el departamento de prensa de la Casa Blanca. Seguro que hay un montón de tíos con kilos de chatarras en hombrera y pecho que a ciencia cierta saben que es un "rebelde moderado" pero en el ámbito académico seguro que catedráticos de Relaciones Internacionales, Sociología, Historia o de otras ramas, están deseando averiguar y estudiar a esa especie de eslabón perdido.

Pero bueno, vamos a suponer y eso es mucho suponer que realmente el Estado Islámico y los rebeldes moderados sirios expertos en gases, son unos enemigos de la hostia que no se pueden ni ver. Osea rechazamos cosas tan extrañísimas como que a algunos moderados se les hinchen las pelotas ante el remanso de paz que es su rebeldía frente a la tiranía de Damasco y se pasen con sus armas americanas al Estado Islámico, que al menos dan caña y además son sunnies, como ellos... ¿A quién estamos ayudando? ¿No estarás diciendo que...? ¡Comunista!

Por el otro lado armamos a los kurdos, que como todos sabemos son pacíficos también de la hostia. Como cualquier pueblo criado entre montañas, con el agravante que no crece la hierba. Espera... Si también hay kurdos en Siria y se deben llevar de mil amores con los rebeldes sirios moderados estos... No hombre, pero seguro que han firmado un contrato con los occidentales para usar las armas solo contra los del califato este... Sí, porque Alemania les envía un porrón de millones en armas a los kurdos, los mismos alemanes que conviven con millones de inmigrantes de procedencia turca, que como todos sabemos se abrazan a cualquier kurdo que vean. Porque sí amigos, nuestros aliados turcos también tienen kurdos con una milicia, el PKK que no ha tenido mucho problema en pasar por la piedra a muchos turcos. La diplomacia ha hecho que sea considerada una organización terrorista, pero ahora somos amigos. Mola ¿eh? Bienvenidos a Oriente Medio.

Siria... Paraíso terrenal del Estado Islámico, los "rebeldes Gandhi", Kurdos... y espera ¿no había un Estado? ¿Qué fue de Al Assad? En teoría no ha sido derrocado que era lo que tenían que hacer los rebeldes buenos frente al dictador... Ya sabemos que un hijo de puta con fuerza mantiene "calmaditos" a miles de hijos de puta, pero bueno, hay que derrocar al dictador y llevar la libertad a Siria, como ya la hemos llevado a Egipto o Libia donde todo el mundo baila y hace el amor. Pero nada, hombre... Ahora hay que derrocar a Al Assad y que además los moderados derroten al Estado Islámico, y los kurdos por ahí. Podríamos enviar también unicornios y piruletas.

Armamos y entrenamos a un ejército tan leal como el iraquí. Cuando tenían a Saddam, hace años no eran un ejército malo... Ahora dudo que con sus relucientes armas americanas, no salgán muchos pitando y se vayan al otro bando. Vamos, que no lo dudo nada.

Me preocupa seriamente si los americanos pensaran que soy tan gilipollas, porque si quieren venderme que el objetivo es luchar contra los radicales islámicos no moderados... creo que se están equivocando de estrategia.

http://www.elmundo.es/internacional...cb2610240009d2c6bae3aeccc0c5844f&t=1410999373
 
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