El multiculturalismo planificado desde gobierno (dígase indigenismo por poner un ejemplo de América) no es otra que la subvención y subsidios a personas que por el simple hecho de ser indigenas o tener orígenes indígenas se les tiene que mantener para que mantengan sus particulares estilos de vida e inutilizandolos para la vida moderna y condenarlos a la lástima. Está destinado al fracaso, así como fracasó en la URSS y en la China de Mao.
Quien provoca estos disturbios es, en realidad, el gobierno, por dos razones: una, porque trata a las poblaciones migrantes con guantes de seda cuando se trata de la aplicación de las leyes criminales (por la corrección política). Pero cuando se trata de las leyes LABORALES, los primeros discriminados son precisamente esas poblaciones, produciendo el resentimiento en muchos hijos de migrantes (segunda o tercera generación) los cuales ven con escepticismo o cinismo la aplicación de todas las leyes. Estas personas creen encontrar consuelo en ideologías más coherentes en sus principios que prometen aplicación más justa, como la ley Sharia.
¿Cuál es entonces la solución? Una: las comunidades migrantes musulmanas tienen que hacer una introspección y aceptar que el radicalismo les afecta a ellos mucho más que a sus vecinos seglares o cristianos. Dos: el gobierno debe de dejar de intervenir en la economía en el grado que lo hace ahora, permitiendo que las empresas puedan entablar arreglos más directos con sus empleados, y que puedan despedirlos cuando les parezca.
Tres: El gobierno debe(DEBERIA si bien nos va) aplicar las leyes criminales por igual y NO permitir que las comunidades musulmanas apliquen sus propias reglas (como sucede en Francia) si al mismo tiempo el gobierno no va a permitirle al resto de los ciudadanos hacer lo mismo.