Respuesta: JOHN BOORMAN: violencia, bosques verdes y otras aventuras
- A quemarropa (Point Black, John Boorman, 1967)
Intrigado por las palabras de Renn al respecto, por fin logré ver esta joya de los 60. Basada en la novela de Donald Westlake (The Hunter, 1964) la película es un claro ejemplo donde planificación, enfoque y plasmación, donde el montaje (abrupto, seco y un tanto extraño) dan como resultado una violenta obra maestra donde un Lee Marvin como ese Walker (del que nunca sabremos su nombre) - pasando de bestia parda de fantasmal presencia en muchos casos - hará todo lo posible por vengar su "supuesta" muerte y recuperar sus 93.000 dólares. Momentos cumbre como la pelea en la disco, la entrada a lo bestia en el piso o toda la parte del puente son hipnóticos y cinematográficos a partes iguales (sin olvidar hacer mención a los créditos de inicio donde fotos estáticas hacen juego con escenas en movimiento de forma muy sutil).
Está claro que Boorman (y más con este caso) es un potente influyente en la cinematografía de directores como Mann o Fincher. Pues al igual que estos, Boorman le da una personalidad especial a la ciudad en general y a los edificios en particular, como si de una especie de fortificaciones inexpugnables se tratasen, como si de un western y sus fuertes se tratase. La narrativa, confusa en algunos momentos por su radicalidad de montaje, y la fotografía, donde la paleta de colores juega un partido psicotrópico en algunos momentos dotando a todo de una ensoñación extraña. Pero lo que más me llama la atención es la fisicalidad rabiosa que contiene la película, una fisicalidad que descoloca como pocas y dota al metraje de una sensación de no haber salida posible ante un angel vengador como Marvin y su gatillo fácil.
Recomendable 100%.