Centauros del desierto
Pocas veces una puerta abriéndose y cerrándose ha sido tan significativa, como encerrando una existencia, un universo entero, a modo de paréntesis. Un personaje, Ethan, carcomido por el odio, un fantasma derrotado que parece condenado a la soledad, aunque capaz de un último y definitivo gesto, tal vez redentor. El ser humano oculta algo oscuro dentro de sí, pero no todo está perdido. Tras la tempestad, llega la calma. El mundo es blanco y negro para Ethan, pero la película está llena de color, es la vida misma en ebullición, con todas sus alegrías y sus tragedias. Estamos ante una fábula cuyo esquematismo y atemporalidad puede dar lugar a mil resonancias (de ahí la influencia y la imitación posterior), normal, por otra parte, la comparación con la épica; la sufrida amiga del compañero mestizo viene a ser una Penélope del lejano oeste. Buena parte del relato es cine mudo; diálogos y música sobran, bastan gestos, miradas y movimientos para entenderlo todo.
Ahora lo malo. La evolución del protagonista está desaparecida en combate; al final hace lo que hace porque lo pone en el guión, pero no veo por ninguna parte ese cambio que ha habido en él. En lugar de eso, encuentro una reiteración sin objetivo aparente. La propia narración, con esa lectura de la carta a la mitad, yo no sé si es una cosa genial y casi experimental, o una chapuza para explicar el paso del tiempo de una manera un tanto burda. El humor, sintiéndolo mucho, me parece infame, y lo de la boda y posterior pelea, un pegote espantoso... Ford será el colmo de la sutileza para algunas cosas, pero para otras es todo lo contrario, con esos sketches de Benny Hill y esos secundarios cómicos sin puta gracia. Los indios; poco menos que seres inhumanos, hasta el punto de parecer criaturas fantásticas, salidas de un sueño o pesadilla... ocasionalmente veo demasiada caricatura, aunque también misterio y fascinación por sus mundos y sus mitos
Mi primer visionado, y tengo que decir lo siguiente; he visto una cosa irregular, aunque con momentos de belleza. Seguramente lo criticado por todos (el paso del tiempo, el humor grueso, fallos técnicos, etc.) sean muestras de vanguardia, o torpezas maquilladas por el propio mito tras la película... pero sospecho que Ford es instinto, sensibilidad natural que brota incluso entre las grietas de una obra imperfecta, como lo son muchas obras maestras en la historia del arte, y que al final no es sino lo que nosotros vemos en ella.