Me traicionaría a mi mismo si hablase mal de Karate Kid aún viéndole todas sus taras, sus desperfectos y su anclado formato ochentero. Pero para mi forma parte de mi filmografía sin necesidad de nostalgiadas. Es más, vista hará poquito (ahí rulan mis críticas a la saga).No es master piece, no es trascendental pero para mi es mucho más que aceptable.
Y aunque dista muchísimo de ser un buen Rocky, la esencia de la propuesta está ahí. Es más, Karate Kid era el Rocky para la chavalada de los ochenta.