Respuesta: Juego de Tronos [HBO-BBC]
Terciopelo y oro. Y dragones.
Llegará el día en el que Cersei Lannister coja a su hijo, el insoportable Joffrey, y lo lance por la ventana. O por la almena, que es más propio y más regio. Como no leo los libros de George R.R. Martin, no lo sé a ciencia cierta, pero deseo con todas mis ganas ver esa escena en 'Juego de Tronos'. Sufro cada vez que la pobre (¡la pobre!) ex/no/casi/futura reina tiene que contenerse para no soltarle otro guantazo (el primero fue épico) a su consanguíneo hijito. Claro que eso le pasa por procrear con su hermano, por muy Coster-Waldau que sea éste.
Llegará también el día en el que 'Juego de Tronos' sea tomada en serio por los que votan en los premios de TV, y la serie no sólo tenga que conformarse con galardones en categorías técnicas, consieradas siempre menores. Con la excepción de Peter Dinklage (cuyo caso es excepcional por muchas otras cosas), ni sus actores ni la serie en sí misma tienen este tipo de reconocimiento. Será que, como le ocurre a 'The Walking Dead', se entiende que tiene ya los premios más grandes: audiencias millonarias y una relevancia que para sí quisieran el 90% de las producciones televisivas "serias".
Y es que para muchos 'Juego de Tronos' no es una serie seria. Porque habla de fantasía, incluso de magia. De reinos inventados y princesas guerreras. De madres de dragones. Y eso parece que anula las grandes interpretaciones, los guiones estupendos y una producción que, por mucho que esté (que lo está) hecha a golpe de talonario gordo, también está a años luz de cualquier cosa que pueda verse ahora en televisión y, por extensión, de todo lo que se ha visto antes. Así de claro.
Ayer algunos privilegiados pudimos disfrutar del comienzo de la tercera temporada de 'Juego de Tronos' en un par de cines de Madrid y Barcelona, gracias a Canal Plus, horas después de su estreno en EE.UU. y una semana antes del español. De nuevo, un lujo ver en pantalla gigante tal despliegue de personajes, tramas y escenarios. La serie ya no se avergüenza de ser un poco un culebrón (una mezcla de 'Falcon Crest', el Risk y un desfile de Givenchy) ni se corta un pelo con la espectacularidad. Y sí, hay algún efecto visual un poco desafortunado, pero por cada uno de ésos hay tres perfectos, y por cada armadura sencillita, cinco trajes que podrían haber sido firmados (¿lo estarán?) por Tisci, Galliano, Rick Owens o (ojalá, fantaseo con ello) Alexander McQueen. Y dragones. Y un gigante. Y el día menos pensado, Joffrey volando por los aires. Vestido de terciopelo y oro.
Cómo mola 'Juego de Tronos', coño.
Elmundo.es