Referéndum africano
Albert Soler
Si no lo he entendido mal, hay convocado un referéndum no pactado con el Gobierno español, que cuenta con el apoyo de grupos parlamentarios que suman un 47% de los votos en las últimas elecciones (ni siquiera la mayoría de los catalanes en general), en el que participarán sólo los partidarios de una de las opciones que se ponen a votación, donde los apoderados serán también de una sola de las opciones, donde la organización estará a cargo de «voluntarios» de una ideología concreta y no de funcionarios, que no se espera que sea reconocido por ningún gobierno europeo, que ha sido desautorizado por la comisión de Venecia (a instancias del Gobierno catalán!), que debe servir para validar una ley de desconexión redactada de espaldas a los ciudadanos y sus representantes y, en fin, un montón de detalles más que si nos les explicaran un referéndum en un país africano nos provocarían la carcajada; mira que son de burros estos negritos ... Y aún así, unos pocos creen que al día siguiente mismo de este, ejem, referéndum, saldrá al balcón l'exalcalde de Girona para hacernos saber que Cataluña es independiente . Puede vociferar tanto como quiera desde el balcón, es sabido que si un árbol cae en una isla deshabitada, no hay ruido.
Entre estos pocos, por supuesto, no hay ni un solo miembro del gobierno. No es que a estas alturas crea que nuestros presidente y consejeros tengan muchas luces, pero incluso ellos, en sus limitaciones, son conscientes de que un referéndum así no va a ninguna parte. Su última opción, la bala que guardan en la recámara, es que el Gobierno español l'impedeixi. Así podrán aprovechar el recurso del victimismo una temporada más. No digamos ya si l'impedeix por la fuerza bruta, esto sería el paraíso soñado: fracasar, tal como estaba previsto, pero quedando como unos mártires en lugar de como unos payasos. Quizá Rajoy hace este favor a Puigdemont, como agradecimiento a los votos del PDeCAT en el decreto de l'estiba o en la moción de censura.