La Diada 2012, ¿un antes y un después?


Y luego dicen que los excluyentes y totalitarios son otros. :facepalm
Os imagináis que en Cataluña se prohibiese un acto unionista?

No, allí no hace falta prohibirlos. Ya se encargan los "cachorros" de insultar, abuchear, y hasta agredir si se da el caso.

Una de dos: o te crees las monsergas sobre "lo que ocurre en Cataluña", o directamente mientes como un canalla.

Ayer mismo, Albert Rivera celebraba un acto en Barcelona, en la calle y en completa normalidad. Lo puedes ver en cualquier sitio.

Por cierto, puse un rato TVE para ver la retransmisión de la Diada. Los tertulianos de estudio eran: Juan Arza, fundador de Sociedad Civil Catalana (SCC); Josep Ramon Bosch, ex-presidente de la misma entidad e imputado por insultos y amenazas, Nicolás Redondo, ex-dirigente del PSE-EE y Pedro Jiménez, redactor jefe de la SER. Todo un ejemplo de pluralidad informativa.
 
Claro que sí, campeón. Sois un ejemplo de tolerancia con los que no comulgan con vuestras ideas. Solo hay que leerte a ti cada vez que hablas de Ciudadanos.
 
Ciudadanos es un partido nacido desde el odio, con vinculaciones demostradas y demostrables con la extrema derecha. Aún así, nunca me verás amenazarlos ni agredirlos. Simplemente, les saco la careta.
 
Por cierto, puse un rato TVE para ver la retransmisión de la Diada. Los tertulianos de estudio eran: Juan Arza, fundador de Sociedad Civil Catalana (SCC); Josep Ramon Bosch, ex-presidente de la misma entidad e imputado por insultos y amenazas, Nicolás Redondo, ex-dirigente del PSE-EE y Pedro Jiménez, redactor jefe de la SER. Todo un ejemplo de pluralidad informativa.

Ayer alguien puso este vídeo de la diada de 1977 contada por el NODO (!), y sorprende ver el espectacular retroceso que ha habido.

 
A ver ¿qué pinta esa mierda en Madrid? Pues eso, a prohibirla. No se puede hacer propaganda de una ilegalidad. En Madrid y en Tombuctú.
 
Por cierto, puse un rato TVE para ver la retransmisión de la Diada. Los tertulianos de estudio eran: Juan Arza, fundador de Sociedad Civil Catalana (SCC); Josep Ramon Bosch, ex-presidente de la misma entidad e imputado por insultos y amenazas, Nicolás Redondo, ex-dirigente del PSE-EE y Pedro Jiménez, redactor jefe de la SER. Todo un ejemplo de pluralidad informativa.

Ayer alguien puso este vídeo de la diada de 1977 contada por el NODO (!), y sorprende ver el espectacular retroceso que ha habido.



Impagable documento y sorprende el respeto y hasta la admiración de la locución. Normal que se llegaran a entender en la Transición.
 
No se puede hacer propaganda de una ilegalidad.

En esencia el tema es ese. Se presupone que ese acto alienta una ilegalidad. Creo que es el mismo caso que el toque de atención a TV3. De todas maneras es una elucubración mía. Eso si, a mi me parece injusto, exageradisimo y muy del extremo de la diestra que se prohiba el acto. Where's Geminis?

Un abrazo!
 
Lo voy a poner íntegro porque merece la pena

Tribuna | El verdadero problema catalán

El verdadero problema catalán
Si nuestros males vienen de España, las soluciones, naturalmente, requieren menos España. Ese es el discurso del independentismo y el resultado es una sociedad
rota. Y es así porque su proyecto asume la exclusión como principio regulador


A diferencia de lo que sucede en la ciencia, la imprecisión es un hábito en la política: la defensa del cambio, la necesidad de mirar “hacia delante”, las reclamaciones de entendimiento. Ya conocen la cháchara. Y su porqué: la imprecisión no se puede tasar. Como saben los echadores de cartas, incluso a un Buda incapacitado “le sucederá algo”.

Una de las vaguedades de más uso editorial es la reclamación de diálogo. ¿Quién no está a favor? “Rajoy”, se dispara Pavlov. Milagrosamente, en este caso un experimento natural permitió refutar el tópico. Y está grabado: cuando en un memorable ridículo le faltó tiempo para contestar a dos periodistas radiofónicos que, haciéndose pasar por Puigdemont, llamaron a Moncloa. Cuando quiera y donde quiera, poco más o menos. Y casi: sobre lo que quiera.

No, el problema catalán no es resultado de “falta de diálogo”. Aquí han dialogado todos, mejor dicho, todos han dado por buenas las sucesivas exigencias nacionalistas. El primero, Aznar: recaudación del IRPF (33%), del IVA (35%), de los impuestos especiales (40%); múltiples transferencias, incluidas competencias de la Guardia Civil a los Mossos; supresión de la mili; eliminación de los gobernadores civiles; ampliaciones del puerto y del aeropuerto de Barcelona, AVE; canales adicionales de TDT; defenestración de Vidal-Quadras; paralización de la llegada al Constitucional de una ley de política lingüística que Aznar sabía anticonstitucional. Para un libro. Unas eran de justicia o eficacia y bien estaban. Otras no: tenían que ver con la construcción de identidad y de eso que ahora se llama “estructuras de Estado”. El germen.

En realidad, la tesis de la falta de diálogo es deudora de otra también vaporosa: el problema catalán. El diálogo buscaría, nos dicen, resolver “el problema catalán”. No hagan más preguntas, porque nadie precisa. Bueno, sí, los nacionalistas; en lo esencial, sin decoración, su tesis es que los catalanes tenemos derecho a la autodeterminación porque estamos colonizados: ignorados en nuestra identidad cultural y expoliados. Invadidos, precisó Puigdemont. La realidad desmiente la fábula: la identidad cultural ignorada y despreciada es la de una amplia mayoría de catalanes que, para empezar, ni siquiera pueden escolarizarse en su lengua materna; la explotación económica, una mala broma, si se tiene en cuenta que doscientos y pico cargos de la Generalitat cobran más que Rajoy, incluido Puigdemont, que cobra el doble. Y si les queda alguna duda: pregunten dónde está la calle española “más cara” (y de paso, la más barata). Definitivamente, los españoles, como colonos, imbéciles. Pero la mentira se ha impuesto y con ella sus chorretones sentimentales al describir “el problema” y sus soluciones: la comodidad, el encaje, sentirnos queridos, la desafección, hacer España atractiva.

Aquí han dialogado todos y todos han dado por buenas las sucesivas exigencias nacionalistas

Una vez aceptada esa descripción del problema, los teoremas se disparan. Si nuestros males vienen de España, las soluciones, naturalmente, requieren menos España. Otro teorema: si cualquier problema se le puede achacar a España, el nacionalismo tiene indiscutibles incentivos para crear problemas. Vive de ellos. El tercero: quien acepte esa descripción ha de comprar su implicación completa: la independencia es solo cuestión de tiempo. El límite matemático de la función. La estación término del “siempre un poco más” que nos ha traído donde estamos. El nacionalismo lo sabe y por eso el chantaje no cesa: la independencia o algo a cambio, que también es la independencia. La tercera vía es la segunda.

El problema catalán inmediato es otro: una sociedad rota. Pero no porque sí. La brecha es la ajustada aplicación de un proyecto que asume la exclusión como principio regulador. Basta con examinar el léxico arrojado a diario al discrepante, cualquiera: sucursalista, botifler, anticatalán, españolista, traidor. El campo semántico resulta claro: no eres conciudadano sino extranjero. Desde esa perspectiva, se ilumina lo sucedido este tiempo: las banderas de parte que señorean las instituciones de todos; los señalamientos y el temor a ser señalados; el acoso a las familias que reclaman educación bilingüe; los linchamientos a periodistas; la intimidación en las universidades. El desprecio a los procedimientos parlamentarios no fue un circunstancial calentón, sino una implicación de un nacionalismo que se presenta como “el pueblo catalán”. Forcadell lo dijo en su día: PP y Ciudadanos son extranjeros. Y al extranjero, en el Parlamento, no se le deja hablar. No es que el nacionalismo, de pronto, se comporte mal. El mal está en su naturaleza.

El problema, para decirlo claro, es el nacionalismo, cuyo programa último, el de ahora, es la quintaesencia de la limitación de derechos: la creación de un nuevo Estado mediante la apropiación de una parte de la población y del territorio de un Estado preexistente. En una parte de un territorio que era de todos, y que ahora se reservan para sí, deciden privar a los otros de la ciudadanía. En ese sentido se avecina a otras ideologías y concepciones del mundo que asumen que ciertos ciudadanos, por participar de ciertas características (blancos, varones), pueden limitar los derechos de otros. El problema es de libertades y derechos. El desprecio a la ley, esto es, el miedo.

Quizá estemos a tiempo de levantar una izquierda realmente comprometida con la igualdad y la razón

Si ese es el diagnóstico, adquiere otro sentido otra de las vaguedades en circulación: la necesidad de ofrecer respuestas políticas. Sí, hay que ofrecerlas, pero no como parece entenderse normalmente, para contentar a quien no aspira a ser contentado, sino en su sentido más digno, como debate de ideas, como crítica política. No se trata de invertir más en Cataluña para que “estemos contentos”. Si se invierte para que no nos enfademos, el enfado está asegurado. Sale a cuenta. Si se invierte, debe ser porque es de justicia dentro de una comunidad de valoración compartida, los ciudadanos españoles, libres e iguales. Algo ininteligible para un nacionalismo al que no preocupan sus conciudadanos, sino lo que pueden obtener de sus conciudadanos. No hay argumento más indecente que “nos sale a cuenta”. Si vale, contemplen la posibilidad de votar la expulsión de Extremadura. Los perdedores nunca salen a cuenta.

El problema catalán es creer que hay un problema catalán, el que nos cuentan los nacionalistas. El problema es una ideología reaccionaria y radicalmente antigualitaria y, si quieren completar el cuadro, el respeto acomplejado de una izquierda incapaz de criticarlo. No es que no se atreva, es que lo defiende.

Después del acelerón nacionalista, hay indicios de que las cosas podrían estar cambiando. Respetados militantes de la izquierda antifranquista, entre ellos, sindicalistas decentes y con lecturas, parecen haber caído en la cuenta de lo que tienen enfrente, de lo que, a qué ignorarlo, tuvieron a su lado y alimentaron. Mejor tarde que nunca. Quizá estemos a tiempo de levantar una izquierda realmente comprometida con la igualdad y la razón. De la otra, la reaccionaria, sobran ejemplares.


Félix Ovejero es profesor de la Universidad de Barcelona.
 
Por cierto, puse un rato TVE para ver la retransmisión de la Diada. Los tertulianos de estudio eran: Juan Arza, fundador de Sociedad Civil Catalana (SCC); Josep Ramon Bosch, ex-presidente de la misma entidad e imputado por insultos y amenazas, Nicolás Redondo, ex-dirigente del PSE-EE y Pedro Jiménez, redactor jefe de la SER. Todo un ejemplo de pluralidad informativa.

Ayer alguien puso este vídeo de la diada de 1977 contada por el NODO (!), y sorprende ver el espectacular retroceso que ha habido.



Sorprendente y didáctico video. De hecho, me resulta hasta increíble que esto se emitiera hace ahora 40 años.
Estamos mucho peor ahora que en el 77. De hablar de "justas reivindicaciones" y de reconocer lo que supuso el 11S, se ha pasado al "chantaje nacionalista" y a la negación sistemática de la Historia.
España va hacia atrás, y por esto el camino está claro.
 
Por cierto, puse un rato TVE para ver la retransmisión de la Diada. Los tertulianos de estudio eran: Juan Arza, fundador de Sociedad Civil Catalana (SCC); Josep Ramon Bosch, ex-presidente de la misma entidad e imputado por insultos y amenazas, Nicolás Redondo, ex-dirigente del PSE-EE y Pedro Jiménez, redactor jefe de la SER. Todo un ejemplo de pluralidad informativa.

Ayer alguien puso este vídeo de la diada de 1977 contada por el NODO (!), y sorprende ver el espectacular retroceso que ha habido.



Sorprendente y didáctico video. De hecho, me resulta hasta increíble que esto se emitiera hace ahora 40 años.
Estamos mucho peor ahora que en el 77. De hablar de "justas reivindicaciones" y de reconocer lo que supuso el 11S, se ha pasado al "chantaje nacionalista" y a la negación sistemática de la Historia.
España va hacia atrás, y por esto el camino está claro.


Yo quiero el vino que tomas...
 
Yo quiero el vino que tomas...

Y este tonito faltón?
Tienes algun comentario sobre el nodo ese?

Jaume, una cosa es que el reportaje sea modélico y otra es que si en esa época se llega a plantear la mitad de lo que tenéis montado ahora mismo es que no hubiera llegado ni la democracia a España porque el ejército ya habría tenido su excusa. De hecho, has leído alguna declaración del Ejército entorno al problema? esto es impagable, hombre. Hasta Cospedal está callada!
 
No es que el nacionalismo, de pronto, se comporte mal. El mal está en su naturaleza.

Edgtho tío, qué mierda es esta?

Y si se refiere a todo tipo de nacionalismos, qué pasa con el nacionalismo español?
Pues un escrito muy bien argumentado y que creo que deberías leer mas razonadamente. Evidentemente todos los nacionalismos son ideologías a evitar, y para mi son recesivas, pero creo que está bastante claro que el autor se refiere a nacionalismos de índole separatista, y por su condición de catalán, habla específicamente del nacionalismo catalán.

El autor razona, con bastante tino, que un nacionalismo de corte separatista NUNCA va a estar contento por muchas concesiones que se le hagan. Creo que se debería de leer aténtamente antes de lanzar un "y tu mas"
 
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