La verdadera historia de la foto de la anciana y el guardia civil que utiliza la CUP
La
Guardia Civil registraba hace unos días la sede del semanario tarraconense
El Vallenc en busca de papeletas para el
referéndum del
1 de octubre. Mientras, en Twitter se viralizaba la fotografía de una señora que aguardaba con los brazos cruzados y el abrigo sobre los hombros frente a un guardia civil. Sobre su cabeza, una señal de dirección prohibida y los baldosines que identifican el lugar en catalán como
Plaza de la Constitución. El independentismo había encontrado un símbolo de resistencia en una imagen que, sin embargo,
ni había sido tomada en Valls ni tampoco era actual.
La fotografía, en realidad, es obra del periodista
Joan Socies y sirvió para ilustrar en enero de 2012 una protesta contra el entonces presidente del Govern balear,
José Ramón Bauzá, durante la celebración de un Consejo de Gobierno en el municipio mallorquín de
Felanitx. El diario local
Última Hora la publicó acompañando la información sobre el descontento que los ciudadanos mostraban contra la política educativa de Bauzá, que abogaba por el trilingüismo, el uso paritario en Educación del castellano, el catalán y el inglés en las aulas frente a la inmersión en catalán.
La
abuela de la fotografía ni siquiera era una manifestante, solo una mujer nonagenaria que
había salido a visitar a una amiga y al volver no podía acceder a la calle de su vivienda porque estaba cortada debido al despliegue policial. "Ella quiso regresar y se encontró con la Guardia Civil por una parte y los manifestantes, por otra. En lugar de buscar un camino alternativo, decidió esperar durante media hora porque no tenía nada que hacer", relata Socies. "Desde luego, no se estaba oponiendo a nada", añade el periodista, quien al tomar la imagen pensó que era "curiosa" porque el encuadre incluía el nombre de la Plaza de la Constitución. Ya entonces, logró cierta repercusión y alabanzas, pero no pasó de un reconocimiento local sin enfoques políticos. De vez en cuando, reconoce Socies, volvía a circular por las redes sociales y recibía felicitaciones por ella.
En julio, sin embargo, la CUP la rescató para usarla como cartel de una manifestación en Barcelona en favor del referéndum independentista con un texto que rezaba: "¡1 de octubre de 2017 votaremos! No haréis callar la voz de un pueblo".
Entonces, familiares de la protagonista involuntaria, que hoy tiene 97 años, contactaron con Socies para pedirle si había "alguna forma de parar" aquel uso de la imagen de una anciana sin los vínculos que se le atribuían. "Estaban enfadados por la utilización política". El periodista poco podía hacer ante un fenómeno viral al que solo le queda convertirse en carne de memes. "No esperaba esta repercusión mediática. Estoy asombrado, pero me siento mal por la familia de esta señora", concluye sobre una abuela que solo quería volver a su casa y prefirió aguardar de pie hasta que todo aquel revuelo ajeno cesara