Niño-Becerra "La independencia de Cataluña no tiene ningun sentido economico"
A pesar de que España haya salido de la recesión, las previsiones de Santiago Niño-Becerra (Barcelona, 1951) continúan siendo apocalípticas. «Y eso que soy optimista», señala en un momento de la entrevista. Catedrático de Estructura Económica en la universidad Ramon Llul, acaba de presentar su último trabajo «Diario del crash» (Los libros del lince) en el que hace una cronología de la crisis desde que la predijo en las páginas de ABC allá por 2006.
—¿Cree que España ha tocado fondo, como señalan el Gobierno y organismos internacionales?
—Me remito a la previsión actual del Fondo Monetario Internacional para el año que viene: habrá un crecimiento del 0% del Producto Interior Bruto. Si nos conformamos y decimos que partimos de cero sería ficticio, porque significaría olvidar la caída acumulada desde que comenzó la crisis. Aún suponiendo que España en el 2014 crezca un 0,7%, que no lo va a hacer, este dato es de risa. El paro no retrocede en términos desestacionalizados. La tasa de pobreza sube. La renta y el salario medio baja. Las hipotecas bajan. El consumo baja. ¿Dónde está la mejora? Yo lo que veo es que aumenta la desigualdad en España, y no solo entre personas, sino entre regiones. Las famosas exportaciones, que parecen que nos van a salvar la vida, se concentran en un 45% del país. Estamos yendo hacia las tres o cuatro Españas.
—Entonces, no cree que haya recuperación europea tampoco...
-¡No! La fecha que va a ser crucial va a ser el primer trimestre de 2014, cuando el Banco Central Europeo haga los test de estrés a los bancos continentales. Esta va a ir en serio y va a salir dinamita. Habrá que tener mucha cintura para que no cunda el pánico y arreglar la situación de la banca. Después, se acelerará la unión bancaria, fiscal...
—¿También la banca española presentará problemas, a pesar de haberse auditado ya?
—Recuerdo que Oliver Wyman, que hizo la madre de todas las auditorías en España, dijo que el Banco de Valencia necesitaba 3.500 millones. Finalmente fueron 4.500. Yo creo que la auditoría de la banca no se ha afrontado: se han hecho chapuzas para ir tirando. Pero aún quedan muchos muertos en el armario.
—¿La mayor integración europea permitirá la salida de la crisis?
—La salida de la crisis o el nuevo modelo se va a cimentar sobre la Europa de los clúster, de varios países. Los estados como los entendemos van a ir a menos.
—En este escenario, ¿cómo ve el proceso independentista que se plantea en Cataluña?
—Cataluña tiene un problema económico, si bien yo vinculo el concepto de independencia al ámbito político y jurídico. Para resolver este problema económico no es en absoluto necesario un proceso independentista. ¿Conviene que Cataluña sea independiente? No lo sé. Si conviene al gran poder económico internacional, lo será, y si no, no. Lo que sí es necesario resolver es el problema económico que tiene, y yo creo que se resolverá.
—Desde el punto de vista económico, ¿conviene al resto de España y a la propia Cataluña la independencia?
—Creo que si vamos hacia una mayor integración europea, encaminarnos hacia más particularismos legales y administrativos no tiene sentido económico para nadie. La única posibilidad que le veo, desde este punto de vista, es que para avanzar en el plano económico no quede otra que ser independiente. Pero eso sería válido en el siglo XIX, no hoy. Una independencia de Cataluña sería mala para todo el mundo. Y abriría la puerta a una serie de problemas que no sé si alguien ha pensado en ellos.
—Estados Unidos parece haber salido más rápidamente de la crisis que Europa...
—La economía norteamericana me da mucho miedo. EE.UU. compra 85.000 millones de dólares en deuda cada mes para reactivar su economía. Yo, si fuera EE.UU., suspendería pagos en vez de aumentar el techo de deuda. Negociaría y aceptaría quitas... porque el país no puede pagar todo lo que debe. Todo tiene un límite. Se está manteniendo la economía a base de anfetaminas, dopándola para que siga corriendo. Y todo tiene un límite.
—En su nuevo libro apunta que en breve vendrá la «supercrisis»...
—La supercrisis no será económica, sino social, y se producirá tras el actual periodo de ajustes y adaptación al nuevo modelo, más productivo y eficiente, pero con niveles de paro estructural altísimos. Aceptar que 2006 no volverá nunca será durísimo.
Una Merkel blanda
—¿Qué política debe tener Europa?
—Ahora que ha ganado Angela Merkel las elecciones, apoyo su política, porque está a favor de un proceso de limpieza, quimioterapia y saneamiento económico, pero debería ser más rápida. Ordenar directamente a Rajoy y Hollande lo que hay que hacer. De todas formas, que la señora Merkel continúe influye poco, las decisiones vienen impuestas o sugeridas. Hubiera sido mejor que hubiera obtenido mayoría absoluta para tener más libertad.
—¿España ha ganado en competitividad y productividad?
—Sí, pero lo ha hecho bajando salarios y destruyendo empleo. Esta mejora no ha venido por una mayor inversión en I+D, productividad o tecnología. La economía nacional está en una situación débil ante el modelo futuro, con un PIB basado en sectores de bajo valor añadido.