En la Transición todos cedieron un 50% en sus posiciones (los centralistas y los separatistas): el resultado es el Estado de las Autonomías.Sin querer entrar en debate sobre independencia, en tu post dices “ceder de un solo lado”, cuando la negociación sería ceder de ambos. Por el lado indepe, dejar la independencia (por x años) y por el lado “nacional” lo que sea que se pida ahora que no sea independencia (que he de admitir, que ya me he perdido).Aunque respeto que Krell piense que pactando se van a solucionar las cosas, tengo cristalino justo lo contrario, que pactando y cediendo solo de un lado solo alimenta su idea de que ese es el camino a seguir y que acabarán consiguiéndolo, de hecho, se ha visto que siempre consiguen más que lo que pierden, su saldo siempre es positivo. Ya si consiguen indultos o despenalización de sedición, seguro que nadie conseguirá que no prosigan por ese camino.
Lo que no puede ser es que, ahora, una parte (minoritaria... y sobredimensionada en el Congreso, por haber cedido demasiado en su momento) pretenda renegociar otra vez a la fuerza... y encima no desde cero, sino desde ese 50% que ya tienen "asegurado" para invadir el 50% de los que no piensan como ellos (y así llegar hasta un 80, un 90, un 100% e incluso más: los Países Catalanes).
Eso no es negociar: es una deslealtad, un chantaje, una imposición, un timo...
A los "políticos" independentistas se les llena la boca con la palabra democracia, pero lo que ellos defienden es, en realidad, una perversión de la misma (donde no se respeta al discrepante): dan por sentado que sólo lo que ellos piensan es lo correcto o lo razonable... y por eso tienen derecho a llegar a un 100% en sus aspiraciones (y que el de enfrente se quede a cero).