'Nos echáis de la UE a los que no matamos por la secesión'
Cena privada en el Hotel Intercontinental de Davos el pasado día 23. Los príncipes de Noruega, Haakon y Mette-Marit, saludan en la entrada, pero no se quedan. Sí acude el principal invitado, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durão Barroso, que tiene ante sí a decenas de asistentes, entre ellos empresarios, inversores y economistas. Habría podido estar presente también el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, porque era el día en que estaba prevista su asistencia a un debate junto al propio Durão Barroso sobre la competitividad en Europa. Rajoy no acudió finalmente a Davos alegando otros compromisos y, sin embargo, en su agenda oficial en Moncloa ese día no consta ni uno solo. Sí de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y también de otros ministros, pero no de él.
La cena estaba destinada a hablar de la Unión Europea y Durão, que ya había protagonizado horas antes un debate público hablando más que ningún otro ponente, estaba a sus anchas exponiendo su visión de la UE y su necesidad de mejora de competitividad. Pero cuando terminó y tras alguna intervención rápida, tomó el micrófono fuera de lo previsto un habitual de Davos, el economista catalán Xavier Sala-i-Martín.
Este profesor de la Universidad de Columbia es una personalidad en el Foro Económico Mundial. Dirige el informe anual sobre competitividad y es ponente y gurú habitual en los debates de Davos, pero compatibiliza su labor docente e investigadora con un creciente activismo en favor de la independencia de Cataluña, según ha destacado 'The Wall Street Journal'.
Sala-i-Martín preguntó en inglés al portugués sin faltar al respeto, pero con vehemencia cómo era posible que estuviera diciendo que una Cataluña independiente quedaría fuera del euro y de la propia UE y, sin embargo, aceptaran candidaturas de Croacia o Serbia. «Le dais la nacionalidad europea a los ciudadanos de los Balcanes, que son independientes tras guerras sangrientas y nos expulsáis a los que ya tenemos nacionalidad europea. A nosotros, que no matamos por la secesión, sino que lo planteamos de forma pacífica y a través de votos». La organización consideró que no era el momento para tamaño coloquio y ordenó servir la cena, pero Durão Barroso interrumpió la orden. Quiso contestar a Sala-i-Martín.
El presidente de la Comisión Europea dijo que no se trata de echar a nadie, sino que son los independentistas los que quieren dejar la UE si quieren dejar España. Repitió lo que le escribió el pasado día 8 al presidente de la Generalitat, Artur Mas, sobre que en caso de independencia se aplica el procedimiento legal: «La UE se basa en los tratados, aplicables únicamente a los Estados miembros que los han aprobado y ratificado (...) Un nuevo Estado independiente, por el hecho de alcanzar la independencia, pasaría a convertirse en un tercer país con respecto a la UE y los Tratados dejarían de ser aplicables en su territorio». Es lo mismo que remitió a la Cámara de los Lores en 2012 sobre una eventual independencia de Escocia.
El economista catalán, no se arredró. Tomó de nuevo el micrófono e insistió recordando el pasaporte de los catalanes: «Tenemos la nacionalidad europea y nos la queréis quitar. ¡Tendréis que explicar con qué argumento!».
El auditorio, que incluía a funcionarios estadounidenses o a la ministra de Finanzas de Noruega, Kristin Halvorsen, quedó en silencio, estupefacto. Durão ya no quiso intervenir más. Sala-i-Martín tuvo suerte de que era el portugués y no el presidente del Consejo Europeo, Hermann Van Rompuy. Éste confesó a Rajoy el pasado 12 de diciembre en una cena en Madrid que como ex primer ministro belga veía este asunto de Cataluña como un pésimo precedente para muchos países de la UE con tensiones internas. Al día siguiente, el belga no sólo contestó de manual, sino que reclamó que España siguiera siendo «un país unido y fiable».
El bloqueo internacional a Mas es clave para Rajoy, porque, según una encuesta interna del PP, el apoyo a la independencia de Cataluña sin garantía de entrar en la UE no pasa del 35%. Es un porcentaje alto, pero más manejable para el Gobierno central.
Por su parte, Sala-i-Martín, hijo de salmantina, opina que con bloqueo e insultos del Gobierno de Rajoy el independentismo crece. Mientras tanto, intercambios como el acontecido ante un auditorio tan cosmopolita como Davos muestran la espeluznante y tristísima espiral de este drama de España.