Los secesionistas se quitan la careta: ahora proponen que los niños catalanes no sepan ni una palabra en castellano
Quieren crear un país aldeano que da miedo.
Xavier Deulonder es licenciado en historia y un nacionalista iluminado que no duda en empobrecer a Cataluña con tal de convertirla en su pobre y aldeana ensoñación. Además de escribir numerosos artículos para wikipedia en catalán (imagínense su fiabilidad), también esparce en algún digital nacionalista. Lo último, un artículo que merece que nos fijemos en él para tomar conciencia de lo chalados que pueden llegar a estar los nacionalistas.
El artículo, titulado
Jo em planto pel català, es una buena muestra de cómo partiendo de presupuestos erróneos se llega a resultados disparatados.
Deulonder parece no haber viajado mucho, pues
está convencido de que en un territorio no pueden convivir dos lenguas con normalidad. De hecho, esto es lo que ocurre en Cataluña, una realidad que no quiere ver, y en muchos otros lugares del mundo.
Deulonder pone como ejemplo Nueva York, donde -dice- todo el mundo tiene necesidad de dominar a la perfección el inglés. El problema es que no es cierto: en Nueva York, como en Miami, se hablan muchas lenguas, entre ellas el español, que convive tranquilamente con el inglés, sin leyes que prohíban que los comercios rotulen en cualquier idioma. Hay mucha gente que habla un inglés de supervivencia, y sobreviven muy bien. No pasa nada, la convivencia es magnífica y, afortunadamente,
no abundan los locos esencialistas que dedican su vida a desterrar una lengua de un territorio.
A partir de este error, que se cura viajando y observando sin prejuicios,
Deulonder pretende que el catalán se convierta en la lengua sin la cual, o mejor dicho, sin un dominio perfecto de la misma, uno no pueda vivir en Cataluña.
Ahora agárrense, que vienen curvas. Escribe el Torquemada lingüístico:
“
Aquest gir de cent vuitanta graus en la situació lingüística de Catalunya no es pot aconseguir pas a curt termini, ni tan sols admetent que, després de la independència, l’única llengua oficial de l’estat sigui el català, ja que mentre tots els catalans sapiguem el castellà, és impossible eliminar-ne la presència social sense recórrer a mètodes repressius i totalitaris, impropis d’un sistema democràtic i inacceptables en qualsevol país civilitzat”.
El problema es enorme: mientras los catalanes sepamos castellano no hay solución posible, pues al final somos capaces de responderle en castellano a quien se dirige a nosotros en ese idioma y, como somos educados, lo hacemos así. Incluso -habría que añadir- hay algunos catalanes que responden en inglés o en francés cuando se dirigen a ellos en esos idiomas. ¡Qué horror! Realmente los catalanes no tenemos solución… o sí.
Deulonder nos ofrece su bálsamo milagroso:
“
Per això, el primer pas per restituir al català el paper de llengua comuna que va tenir a Catalunya fins a principis del segle xx, cal començar per deixar de considerar obligatori saber el castellà, és a dir, a l’escola, l’estudi i aprenentatge del castellà ha de ser una matèria optativa; qui vulgui que als seus fills els ensenyin castellà, cap problema, i qui vulgui que els ensenyin una altra llengua o matèria, també”.
Castellano optativo, y para acabar de rizar el rizo, ¿por qué no extraescolar y en horarios intempestivos? Porque lo de
Deulonder pretende es desanimar a quienes duden y
conseguir que las nuevas generaciones de catalanes no tengan ni idea de castellano, que les sea tan extraño como el swahili o el sánscrito. Sólo así
“farem una Catalunya catalana”. El objetivo es muy claro y así lo explicita este visionario:
“
D’aquesta manera, d’ací vint o trenta anys, arribarà al mercat laboral una generació jove on podrà haver-hi gent que el castellà o bé no el sàpiga o el sàpiga malament; llavors, serà a partir d’aquest moment, però mai abans, que, a Catalunya, fins i tot a Barcelona, editar llibres o revistes, representar obres teatrals o exhibir pel·lícules en castellà deixarà de fer-se, no pas perquè estigui prohibit —una cosa del tot inconcebible i inadmissible— sinó perquè, en l’aspecte comercial, ja no resultarà rendible”.
O sea que el objetivo del nacionalismo no es que los catalanes sepamos hablar 3, 4, cuantas más lenguas mejor, para enriquecernos culturalmente, ser competitivos y poder ir por el mundo; sino
conseguir que los catalanes seamos monolingües en catalán. ¡Qué gran avance!
En 20 o 30 años habremos conseguido “una generación joven que no sabrá castellano o lo sabrá mal”. Menudo panorama ¿Y éstos son los tipos que nos van a llevar a la República de Catadisney, donde el dinero nos saldrá por las orejas y ganaremos los Oscars, los Grammy y probablemente el Mundial de fútbol?
Deulonder, por si alguien pensaba que había leído mal (algo probable después de soltar tamaño disparate), insiste:
“
I, amb això, espero haver deixat ben clara una idea, que a mi em sembla fonamental: mentre tots els catalans sapiguem el castellà, el català estarà sempre condemnat a ser una llengua de segona o tercera divisió”.
Hay que erradicar pues el castellano, aunque también
Deulonder se da cuenta de quizás habrá que transigir un poco, durante algún tiempo, mientras
Justo Molinero y
Reyes se olvidan de su español, y escribe:
“
Així doncs, si per qüestions polítiques ens veiéssim obligats a admetre el castellà com a llengua cooficial de la República Catalana —que millor que no— això ho podrem acceptar, sempre i quan, però, quedi clar que el caràcter optatiu i voluntari de l’estudi del castellà a escola és una cosa innegociable; d’aquesta manera, a Catalunya, el castellà tindria una oficialitat de segona”.
O sea, que si no hay más remedio (que mejor que no, insiste)
podemos aceptar el castellano como una lengua de segunda y a quienes lo hablen como a ciudadanos de segunda. ¿No les recuerda a ciertos regímenes totalitarios?
Después de tanta tontería se agradece uno de los comentarios al artículo, escrito desde Vic, que no nos resistimos a reproducir:
“
La solución es que los estelados se sometan a sesiones de hipnosis en un hospital psiquiátrico para olvidar lo que sepan de castellano. Esto se puede completar con campos de reeducación donde aprendan a pensar solo en catalán y les apliquen descargas eléctricas cada vez que piensen algo en castellano”.
Dolça i embogida Catalunya…
http://dolcacatalunya.com/2015/04/2...alanes-no-sepan-ni-una-palabra-en-castellano/