No todo el mundo comparte (siempre) esa visión materialista de la vida; por eso lo de Ucrania ha cogido por sorpresa a muchos occidentales (que exclaman asombrados: "¿cómo puede suceder esto en la Europa de hoy?").
Nada aparece en estado puro, claro... Siempre hay intereses (materiales), pero también componentes irracionales, instintivos, psicológicos, supralógicos, etc. que pueden influir de forma mucho más decisiva a la hora de actuar.
Un fundamentalista islámico sería un ejemplo evidente. Pero un nacionalista catalán que está dispusto a renunciar a cierto bienestar para alcanzar sus sueños de independencia también entraría dentro de esa casuística.
En "Fundamentos de Geopolítica", de Duguin (que es lectura obligatoria en las academias militares rusas) los enemigos de Rusia quedan bien claros (lo que dice sobre Ucrania es profético).