Nuevas pinceladas – 6
Santiago Niño Becerra - Miércoles, 18 de Marzo
137 – Un tema del que ya no está de moda hablar: los precios de la vivienda en el reino. Hace unos días estaba viendo un gráfico en el que se mostraba la evolución del precio medio del metro cuadrado de vivienda nueva desde 1995 hasta el 2008. Es muy, pero que muy curioso, ¿saben a que se parece el perfil de la curva resultante de tal representación?, pues a la ley de los rendimientos decrecientes. Explicación: los precios de la vivienda empezaron a hundirse porque, al margen de créditos y similares, físicamente no podían aumentar más.
La ley de los rendimientos decrecientes dice que si se van aumentando los inputs que se dedican a la obtención de un output, primeramente la producción de ese output crecerá más que proporcionalmente, luego menos que proporcionalmente, hasta que, finalmente, decline. El ejemplo que se pone siempre es el de una hectárea dedicada al cultivo de trigo en la que cada vez van interviniendo más trabajadores. Pues bien, eso es lo que ha sucedido en España con la vivienda. Hasta el 2001, crecimiento más que proporcional, de ahí hasta el 2007, menos que proporcional, con una inflexión a la baja en el 2005; desde el 2007 en adelante, para abajo, abajo, abajo.
¿Hasta dónde puede decrecer el precio de la vivienda?. No hay límite, Uds. ya conocen mi opinión: orientativamente y como límite, entre un 60% y un 75% entre principios del 2008 y finales del 2010, pero eso no es representativo: dependerá de la necesidad que de vender tenga quien venda y de la liquidez de que disponga quien quiera comprar; pero es un mal augurio que la curva se ajuste a lo dicho: cuando los rendimientos de algo decrecen ya sabemos donde puede estar el límite.
138 – Varios son los mails que, desde finales del pasado año, me ha remitido un lector que reside en una pequeña localidad del Levante español. ¿Su actividad?, temas relacionados con el mundo del automóvil. A continuación les hago una selección de reflexiones recogidas en sus mails.
“(…) lo que va viniendo es cada vez peor , lamentablemente también nos esta afectando y mucho en nuestra facturación. Aquí como en la mayoría de las poblaciones costeras , lo que impero fue la construcción y básicamente toda la industria esta dedicada a ese sector, por lo tanto si que nos vemos muy afectados ya que las empresas han reducido al mínimo la actividad , por lo cual no hay reparaciones y los particulares , la mayoría de la gente esta asustada, o en el paro y repara lo justo y de la forma mas barata posible.
Le puedo decir que la actividad económica esta realmente parada, los despidos y cierres de empresas y pequeños negocios esta a la orden del día, los pagos cada vez mas retrasados.
Con este panorama ya me dirá la confianza que podemos tener, menos mal que los años anteriores los aproveche para pagar la hipoteca y lo que teníamos pendiente y a día de hoy no debemos nada, pero así y todo estoy intentando disminuir al máximo los gastos para intentar sobrevivir.
(…) ¿ que hacemos ? ¿ que medidas tomamos ? ¿ que es lo que tenemos que hacer ?. Esa pregunta se la hacen muchísima gente, que la gente que yo hablo a diario, nadie sabe que hacer o que decisiones tomar, bueno solo una, mucha gente esta intentando gastar lo mínimo por que no sabe lo que le espera.
Mire yo estoy en contacto con gente de diferentes capas sociales, por mi trabajo y mis aficiones. Los hay que tienen unas empresas medianas (con 80 trabajadores, con autónomos , pequeñas empresas, gente asalariada que van desde abogados, directores de sucursales bancarias hasta el simple albañil de una obra y en todos hay una cosa común a estas alturas “incertidumbre” y miedo porque nadie sabe esto que es y lo que viene.
Así se ha llegado a la circunstancia que nadie paga (dan pagares y al llegar el vencimiento los renegocian ) y no hay manera de que se hagan efectivo. El miércoles vino un cliente dedicado al transporte de mercancías (además de vecino de casa) me debía una factura desde el mes de diciembre y el hombre empezó a contarme su circunstancia y empezó a llorar, no había parado de trabajar sus 3 camiones hasta el mes de diciembre, pero todos los pagares o sea 150.000 euros que se habían acumulado no ha podido cobrar ninguno o sea lo que había trabajado desde septiembre; en enero tuvo que parar porque no podía pagar a sus trabajadores, ni el gas-oil, ni las reparaciones y para colmo esos bancos que le financiaron los camiones ahora le exigían el pago y no querían negociar los pagares ni llegar a un acuerdo con los prestamos, además de eso se había quedado sin nada y tenia orden de embargo de la vivienda donde vivía. Esa es la situación real de muchísima gente sobre todo pequeñas empresas, que el problema mayor es que no les pagan lo que han trabajado”.
No son discursos de político sentado a una mesa con tapete de seda; es lo cotidiano: el día a día.
138 bis – Paul Krugman, este Lunes, en Madrid. Nada nuevo, ¿no?: Uds. ya lo han leído aquí, pero fue muy suave, y demasiado convencional (en cualquier caso es de los pocos que está diciendo algo más realista). Muy suave: ‘en todas partes los planes de estímulo son insuficientes’; estoy convencido de que él sabe que esos estímulos son inútiles porque no pueden ser suficientes: la suficiencia se alcanzará por el decrecimiento que supondrá la crisis. Demasiado convencional: ‘la economía española tiene que recuperarse a través de la innovación’; también estoy convencido de que conoce perfectamente que eso es imposible para un país con la estructura de PIB que España tiene, con una población de 46 millones de habitantes y con el nivel de dependencia exterior que tiene España; pero hablar de I+D+i+d siempre queda bien y no compromete a nada. ¿El Gobierno del reino?: abonando la idea de que el milagro es posible; ¿el principal partido de la oposición?: hablando de indumentaria masculina pero no diciendo claramente que ningún milagro es posible.
138 tris – Tomen nota de lo que sigue porque van a oírlo mucho: una solución ‘a lo que está pasando’ está en la reducción salarial. De entrada, es falso, pero, además, decir eso supone cosas, por ejemplo, aceptar que mejorar la productividad de la economía española es imposible o, peor aún, inútil. Lo peor es que los salarios medios van a bajar: a medida que la oferta de trabajo vaya siendo mayor que la demanda: ‘¡Yo por menos!. ¿Se ganará competitividad?, lo dudo, además, para exportar, ¿qué?, ¿a dónde?.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.