La Caixa asume una pérdida del 50% en sus pisos respecto a la tasación original
Las cuentas de La Caixa, caja que en pocos meses será banco, reflejan con fidelidad el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. La entidad ha provisionado en un 50% los pisos que tiene en cartera respecto a la valoración del momento de compra. Para gestionar este riesgo, ha trasladado sus adjudicados (3.650 millones) a un banco malo.
Isidro Fainé y Juan María Nin, presidente y director general de La Caixa, tuvieron esta mañana una de las ruedas de prensa más importantes de la larga historia de la mayor entidad financiera del país en banca minorista. En ella, los directivos explicaron que La Caixa dejará de ser una caja para convertirse en un banco y así poder acceder con más facilidad al capital y cumplir con los estrictos mandatos de Basilea III.
Uno de los principales cambios en la estructura organizativa de la caja-banco es que la cartera de activos adjudicados (inmuebles que se queda la entidad por impago del cliente) se traslada de forma íntegra a la sociedad Servihabitat, a la que el director general ha calificado en un momento de la comparecencia ante los medios como “banco malo”. Es decir, una sociedad que se queda con los peores activos de La Caixa.
El tamaño de esta entidad es considerable: 3.650 millones de euros en activos netos. Una cifra que sería muy superior si los activos que la componen se computasen a precios de tasación originales, cuando se concedieron los créditos en pleno boom del ladrillo patrio. Fainé ha reconocido que los pisos están a un 50% de tasación original, mientras que el suelo está al 40%.
Por lo tanto, el grupo financiero con sede en la Diagonal barcelonesa reconoce que los precios de estos activos se han depreciado en los porcentajes descritos. Según la presentación de La Caixa, 1.723 millones de euros se corresponden con inmuebles acabados, mientras que 1.774 millones son suelo, el activo más ilíquido en el actual momento. La cobertura media es del 25%.
La entidad catalana mantiene una gestión activa de este ladrillo, ya que cuenta con una cartera de alquiler de 2.615 inmuebles (707 millones de euros), con una rentabilidad del 3% anual y un ratio de ocupación del 83%. Además, ha vendido cerca de 1.000 millones de euros en 2010, aunque la caja-banco no ha descifrado la cantidad de inmuebles que se adjudicó en el mismo periodo.
“La actividad inmobiliaria está en el holding debido a que los precios son muy rabiosos”, dijo Juan María Nin. “Hay gente de fuera que quiere hacer negocio inmobiliario […] podemos hacer una alianza con alguien de fuera”, añadió el presidente en al menos un par de ocasiones durante la presentación. “Esto será un negocio […] el 70% de los solares que tenemos son buenos”.
En todo caso, Nin reconoció poco antes de la conclusión de la rueda de prensa que aún queda algo de margen en la caída del precio de los inmuebles (Servihabitat tiene nada menos que 12.000 pisos en cartera, una ciudad del tamaño de Ávila). Además, el director general comentó que se piensa en una futura salida a bolsa de este banco malo, aunque “a larguísimo plazo”.
EXPOSICIÓN AL LADRILLO EN EL BALANCE
El nuevo banco de La Caixa nace, por lo tanto, sin la cartera de adjudicados en balance, por lo que no tendrá que hacer más provisiones a futuro de estos activos. Lo que no implica que de continuar la crisis del sector inmobiliario el nuevo banco tenga que adjudicarse más viviendas y, lógicamente, sanearlas según marca el calendario impuesto por el Banco de España.
La caja-banco catalana tiene una exposición al negocio promotor de 26.300 millones de euros, de los que algo más de 20.000 millones son empresas de mediano o pequeño tamaño. La mora de la totalidad de la cartera es del 15,5%, aunque la incidencia de los impagos es del 22,3% en los 6.000 millones de euros en crérditos a las grandes promotoras. La cobertura total es del 66%, y del 144% con las garantías hipotecarias.
Estos altos niveles de morosidad contrastan con una tasa de impagos más contenida en el conjunto de créditos (3,71%), lo que demuestra la escabechina en el ladrillo español en apenas tres años de crisis financiera. La Caixa ha constituido provisiones por 2.651 millones de euros en 2010, de las que 1.454 millones son recurrentes y 1.197 millones entre extraordinarias y para cubrir riesgos futuros.
A pesar de este esfuerzo, La Caixa ha mantenido incólume su colchón de genérica, que se mantiene en los 1.835 millones gracias a que ha compensado parte de los saneamientos extraordinarios con las plusvalías de la venta del negocio asegurador Adeslas a Mutua Madrileña, el traspaso de Agbar y algunas operaciones de menor calado. Por otro lado, la absorción de Caixa Girona incrementó la mora en 627 millones en el cuarto trimestre.