Un informe de Standard & Poor’s afirma que el Banco Nacional Suizo (SNB) ha comprado este año 80.000 millones de euros en deuda de Alemania, Holanda, Francia, Finlandia y Austria para contrarrestar la oleada de efectivo que ha entrado en el país y sujetar la divisa nacional a un tipo de 1,20 euros por franco suizo.
Es una operación a gran escala. A efectos prácticos, durante este período el SNB ha financiado casi el 90% del conjunto de los déficit presupuestarios de cinco países principales de la UE. Las reservas totales del banco central helvético han aumentado hasta un 79% del PNB.
Parte del flujo monetario que entra en Suiza consiste en dinero repatriado por ciudadanos suizos que buscan un refugio de la tormenta financiera mundial. Sin embargo, otra gran parte proviene de fuga de capitales de Italia, España y Grecia, o dinero que los bancos suizos han retirado de los países mediterráneos para reducir sus riesgos.
Esto ha tenido como consecuencia que el spread Norte-Sur se ha ensanchado todavía más, alimentando el círculo vicioso de la eurozona. “Creemos que este ‘euro-reciclaje’ está intensificando la tendencia hacia condiciones de mercado divergentes para la deuda soberana en la eurozona”, dijo la agencia.
Simon Derrick, de BNY Mellon, afirmó que el SNB estaba más o menos obligado a comprar únicamente deuda de máxima calidad en su lucha por defender el tipo de cambio máximo frente al euro. “La regla de oro de los administradores de reserva es que no debes perder el dinero de los contribuyentes. Pero la verdad es que esto se ha convertido en un conducto para la fuga de capitales del Sur al Norte”, dijo.