The economist: Zapatero ignoro alegremente las señales de alarma
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "ignoró alegremente" las "señales de alarma" que advertían de una crisis como la que atraviesa ahora el país, fue "lento en reaccionar" y pasó su primer mandato "combatiendo guerras culturales con la derecha", según el último artículo publicado por el semanario 'The Economist' sobre España y que considera que "la fiesta ha terminado".
Bajo el titular "After de fiesta" (tras la fiesta), el semanario ofrece una sombría perspectiva de futuro a España que tras disfrutar de "enormes beneficios" por la moneda única, en 2009 "experimentará la otra cara de la pertenencia al euro ya que su economía se deslizará hacia una aguda recesión".
En opinión del autor del artículo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no ha sabido ver a tiempo la crisis que se avecinaba. Así, afirma que el presidente "pasó gran parte de su primer mandato combatiendo guerras culturales con la derecha cuando debería haber estado resolviendo los problemas subyacentes de España".
Según 'The Economist', "durante años habían estado apareciendo señales de alarma, pero el primer ministro (sic) las ignoró alegremente y fue recompensado con un segundo mandato en las elecciones del pasado marzo".
Lento en reaccionar
Añade que "la economía se ha desplomado incluso más rápido de lo que los pesimistas predecían", "Zapatero ha sido lento en reaccionar". "En lugar de abordar el anticuado sistema educativo, animar a los empresarios o disuadir a los jóvenes españoles de su predilección por los puestos de funcionario, el primer ministro anunció una nueva ronda de hostilidades con los obispos católicos de España", lamenta el semanario.
En su opinión, "la reforma de las leyes del aborto y la eutanasia pueden dar carnaza a las filas del Partido Socialista pero no son las preocupaciones centrales de la mayoría de los españoles, para los que 2009 será un año miserable tras 15 años de rápido crecimiento económico".
Así las cosas, y teniendo en cuenta que el Gobierno no puede "devaluar" la moneda "como hizo durante su recesión en 1993" ni puede "reducir los tipos de interés para ayudar a los endeudados hogares y empresas", "el mejor escenario para los españoles son dos años de crecimiento anémico, con sueldos que perderán valor en términos reales hasta que la economía recupere su competitividad".
La recuperación llegará en 2010
A juicio de 'The Economist', "la recuperación podría comenzar en 2010, pero no antes de que la tasa de paro alcance el 15%, pero también, en el "peor de los escenarios" España, "si no hace frente a las reformas necesarias" entre las que cita la del "mercado laboral", podría sufrir la "esclerosis económica a largo plazo" que sufren otros países europeos como Portugal o Italia.
No obstante, respecto a la reforma del mercado laboral, el artículo incide en que "si el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero no llevó a cabo la significativa reforma durante los buenos tiempos, los sindicatos es poco probable que accedan cuando aumentan las pérdidas de trabajo".
Por otra parte, aunque considera que se ha "alabado correctamente a los bancos y el regulador financiero español por evitar las inversiones arriesgadas" que han realizado otras entidades advierte de que la banca española está "inconfortablemente enredada en el sector inmobiliario, que permanecerá moribundo en 2009 mientras el mercado digiere un exceso de 1,5 milones de casas sin vender".
En este sentido, 'The Economist' previene de que "con cada vez más españoles incapaces de pagar sus créditos y las compañías constructoras cayendo, los bancos españoles se enfrentan a un año funesto". Ante esta situación, y puesto que "muchos (bancos) tienen fuertes conexiones con los poderosos gobiernos regionales, lo que les hace políticamente demasiado importantes para caer", "el Gobierno tendrá que fraguar matrimonios forzosos entre pequeñas entidades para mantenerlas a flote".
"Zapatero hizo que pareciera fácil gobernar a España en su primer mandato pese a no tener una mayoría en el Parlamento", considera el semanario que destaca que el presidente del Gobierno es "un político astuto y sus enemigos le infravaloran" (...) "pero necesitará más que su famosa alegre disposición para gobernar su país durante los tiempos duros de 2009", concluye el artículo.