Se acabó
Santiago Niño Becerra - Jueves, 18 de Diciembre
¿Saben que significa esta rebaja casi-hasta-cero de los tipos en USA, verdad?, pues que ya hemos llegado al final, que ya no queda nada para hacer (independientemente de que lo que hasta ahora se ha estado haciendo sirviera para algo). Ya no hay ni balas en la recámara, ni herramientas en el armario, ni sorpresas en la caja.
Ayer, a las 08:00 h, este titular de Bloomberg no podía ser más diáfano: “Banks Show No Signs of Easing Credit in Step With Fed’s Rates” (
http://www.bloomberg.com/apps/news?pid= ... refer=home). En el texto se decían cosas como que los créditos al consumo habían caído de 6,4 miles de millones de USD en Agosto a 3,5 en Octubre, ¡una caída del 45% en dos meses!; las entidades financieras no dejan pasta: no se fían ni de su madre, pero la gente, empresas, personas, tampoco demanda pasta.
Esa teoría de que la ciudadanía no consume porque espera que mañana vaya a estar todo más barato está muy bien para la gente que, de una u otra manera, tiene dinerito en el bolsillo, para quienes no, la ausencia de consumo -o de inversión, que no es más que consumo contado, considerado y contabilizado, de otra manera- es debida a otras cosas.
Vamos a ver, ¿qué cojones va a consumir alguien que tiene el alma en vilo porque a los compañeros de al lado les han aplicado un ERE y que, además, está pagando un crédito hipotecario que se le lleva el 40% de su salario, pues ¡NA-DA!, y a ese señor le importa un huevo que los tipos bajen. Y a una empresa que ya tiene un 40% de su capacidad productiva inutilizada porque no tiene pedidos, una capacidad productiva que es fruto de una inversión que realizó hace dos años y que está pagando, ¿le importa mucho que bajen los tipos?.
¿USA?, ¿Europa?, ¿existe diferencia?. Consumo: a la baja: interior y exterior: mis exportaciones serán consumo en otra parte, inversión: por los suelos; ¿alguien tiene idea que va a suceder con la recaudación fiscal? y, en consecuencia, ¿con el modelo de protección social?. Y con cosas como la unidad, la cooperación y la coordinación, ¿se sabe que va a suceder?. ¿Saben las respuestas a esas preguntas?, ¿a algunas?, ¿a parte de ellas?.
Se está buscando no caer en la deflación: ¡PERO ES QUE YA ESTAMOS EN DEFLACION!. Esta deflación no es eludible -¿alguna lo ha sido?- porque es el resultado de una evolución: ‘las cosas han ido de tal manera, se han comportado de tal modo que el resultado es …………’, de momento, en la línea de puntos, escriban lo que quieran, al final se deberá escribir esa palabra que nadie quiere pronunciar.
Quieren evitar la deflación, por eso, en USA (aquí, mañana, en JPN llevan años), han colocado los tipos, casi, en el 0,0% (leer esto así impacta, ¿no?). Para un extraterrestre que haya estado absorbiendo la información de varios manuales de economía y que haya estado observando nuestro planeta en los últimos años, ¿saben como interpretaría esta bajada?, pues que las cosas están muy, pero que muy jodidas. (Y, además, con dinero público se van a comprar activos que cuelgan de créditos hipotecarios: palos de ciego).
Ayer, en clase, salió el tema (evidentemente, no era la primera vez). Cuesta entender el ¿fenómeno? de la deflación: nadie ha vivido algo como lo que está llegando. Lo fácil (se está diciendo): ‘la culpa la tiene la gente porque no consume’; más: ‘la inflación está cayendo porque el precio del barril cae’. Por favor, por favor, si vamos a contar la película contémosla entera.
Hasta que los precios del crudo empezaron a derrumbarse nadie hablaba de deflación porque el guarismo crecía de día en día mientras que la subyacente se mantenía. Primer error: hablar de inflación subyacente: no se pueden quitar la energía y los combustibles porque eso es parte del todo, una parte cada vez más importante. Más. ¿Saben que quiere decir que la subyacente no se haya movido?, pues que se ha alcanzado una tasa de productividad muy estable. Sigamos. Segundo error: no haber hecho nada para evitar que ‘el nivel de precios conveniente’ dependiese de los precios de la energía (tenía que ser así). Acabemos. El consumo genera el 60 – 70% del PIB, y el consumo (y la inversión) se sustentan en el crédito. Juntemos todo.
Durante casi dos décadas se ha ido construyendo un montaje que se basaba en que empresas y personas invirtiesen y consumiesen cada vez más y cada vez utilizando más crédito, a la vez, la productividad ha ido aumentando (no en el reino) por lo que los costes se iban manteniendo (los salarios cada vez tenían un menor peso en el PIB pero por eso se iba dando a la gente una mayor cantidad de crédito). ‘¡El Mundo va bien!’. ¡Genial!.
El agotamiento de la capacidad de endeudamiento de la población, unido a la creciente desconfianza de las entidades financieras hacia otras entidades, la paralización del crédito, la enorme capacidad productiva crecientemente inutilizada, las expectativas de desempleo al alza, … ¿Alguien se extraña de que estén cayendo el consumo y la inversión, de que, de resultas de eso, las expectativas de consumo apunten a la baja, y de que los precios tiendan a crecimientos negativos?.
Se dice que, en USA, la Inflación puede colocarse en el -2,0% a mediados del 2009. Posiblemente (en el reino puede llegar al -2,5% a finales del próximo año: como el FMI: a principios de Enero les paso nuevas previsiones): ¿quién demonios va a consumir / invertir con el panorama que se está dibujando. (Y quienes dicen eso de que ‘tampoco está consumiendo la gente cuyos salarios no han caído’ no cuentan toda la historia: ¡¡¡¡evidentemente es así!!!!: en condiciones normales puede que algunas personas no sean muy listas, pero en momentos como los actuales nadie es imbécil.
Bien. Pues todo eso a lo que nos lleva es a una crisis de subconsumo brutal cuya evolución es una depresión deflacionaria. Asumamos que es inevitable y actuemos a fin de mitigar sus efectos. (Pienso que una crisis de sobreproducción no se dará como sí se dio en el 29: hoy las compañías tienen una flexibilidad operativa de la que entonces carecían).
(No quiero volver a oír eso de que ‘los economistas explicamos muy bien el pasado pero que no tenemos ni puta idea de lo que va pasar’. Desde hace más de tres años yo -y otros, muy, muy pocos, es cierto- estábamos hablando de lo que se nos venía encima, pero claro, era mucho más cómodo, mucho más confortable y mucho más productivo escuchar a quien decía que el Mundo iba bien en alguna de las versiones que se utilizaban para decirlo. Lo dicho: no quiero volver a oír eso contra los economistas).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.