La culpa es enteramente de sus responsables, que han sacrificado la calidad de sus productos y varios años de consolidación en manos de los anteriores propietarios, como un negocio de comida rápida rentable y eficaz. Desde que aquello cambió de dueño, precios irreales, bajón de calidad BRUTAL en sus pizzas... solo han tenido una consigna: beneficios. Cubrir costes a cargo de hacer pizzas de mierda explotando al trabajador y racaneando provisiones, y venderlas a precio de oro. Y claro... a eso añádele que estamos en crisis, una época en la que ese tipo de comercios, aún muy bien llevados y económicos, lo van a pasar mal.
Vamos, que ni pizca de pena.