Los grandes desequilibrios de la economía en cifras......por Roberto Centeno
Roberto Centeno/Catedrático de Economía de la Escuela de Minas de la UPM.
Decía la pasada semana mi maestro el Profesor Velarde que lo primero que tiene que hacer el Gobierno para afrontar la crisis es decir la verdad. Uno de los numerosos lastres de la partitocracia oligárquica, profundamente antidemocrática, que nos impusieron los padres de la Transición, uno de los episodios más desastrosos de nuestra Historia, ha sido la degradación de los organismos independientes, entre ellos el sistema estadístico nacional. España es el país desarrollado con mayores diferencias entre cifras oficiales y realidad: “Las cifras económicas españolas son difíciles de creer”, decía hace unos meses el Sr. Trichet. La última estimación de PIB del INE, reduciendo la caída de la construcción a un 6%, cuando el empleo en el sector ha caído un 25,4%, es de auténtico escándalo. Pero aun con cifras oficiales -lo que significa que la realidad es peor aún-, los desequilibrios más relevantes, déficit y deuda de las Administraciones Públicas (AAPP), deuda exterior y desempleo, resultan simplemente insostenibles.
El primero en importancia, no sólo porque resulta incompatible con la permanencia de España en el euro, sino porque, de persistir, supondría la suspensión de pagos como nación, es el déficit y la deuda de las AAPP. Y dicho esto, debo aclarar inmediatamente que no creo que esto pueda llegar a ocurrir, porque ambos escenarios serían el Apocalipsis. Razón por la cual el Gobierno estará obligado a reducir drásticamente el nivel de gasto, tanto si quiere como si no, y muy probablemente dentro de un durísimo programa de ajuste impuesto y controlado por el BCE, flanqueado por nuestros grandes acreedores, Alemania y Francia. Ni el BCE, ni Alemania, ni Francia, y mucho menos España, pueden permitir el default, máxime cuando hay posibilidades casi ilimitadas para recortar gasto público en CCAA y Ayuntamientos.
Las cuentas públicas son aterradoras: el Estado gasta el doble de lo que ingresa y CCAA y Ayuntamientos, tres veces más. Dado que, en el segundo semestre, fundamentalmente diciembre, los gastos son superiores a los del primero, la estimación a fin de año con los datos conocidos de julio es de un déficit del Estado del orden de los 100.000 millones de euros. Y aunque CCAA y Ayuntamientos funcionan en un régimen de total opacidad, la estimación de déficit es de 36.000 millones, aunque la realidad será muy superior con seguridad absoluta; Moody´s afirma que “las cuentas públicas de CCAA y Ayuntamientos se deteriorarán significativamente este año y, sobre todo, en 2010”. En todo caso, extrapolando las cifras oficiales, el déficit 2009 para el conjunto de AAPP será de 136.000 millones de euros, equivalente al 13,6 % del PIB.
Hasta aquí, más o menos la previsión oficial. Pero lo que nadie ha explicado es que en ésta cifra no está todo: no incluye el Plan E, los 11.000 millones a las CCAA, los 19.000 millones de gasto en infraestructuras, las compras de activos bancarios, el rescate de CCM… ya que todo esto y mucho más va directamente a deuda sin pasar por déficit. Es decir, quitando 8.000 millones de los 400 euros, el cheque bebé, la ayuda al desarrollo y poco más, todo lo demás es déficit estructural: gasto corriente y social. Y esto es muy serio, porque, o se reduce en unos 90.000 millones el gasto estructural, o España ni cumplirá con Maastricht ni podrá financiar el déficit por mucho tiempo, porque las necesidades netas de financiación pueden estar comprendidas entre los 200.000 y los 230.000 millones de euros, el 20 o el 23% del PIB, según incluyamos o no los 30.000 millones adeudados a pymes y autónomos.
Lo siguiente es el endeudamiento, que a finales del primer trimestre se situaba, según el BdE, en 602.973 millones de euros, el 60 % del PIB para el conjunto de las AAPP. Y a partir de aquí, el endeudamiento sólo del Estado ha crecido en 32.480 en el segundo trimestre, por lo que, a fin de año, una estimación conservadora sería de 90.000 millones adicionales. Y luego, CCAA y Ayuntamientos, a las que el BdE ha advertido de la gravedad de que sigan ocultando la realidad y gastando como si no hubiera crisis. La mejor estimación es que la deuda está creciendo unos 3.000 millones de euros al mes, o 27.000 de abril a diciembre, pero sin incluir la de las empresas públicas regionales -los INIs autonómicos-, más de 1.800 entidades dedicadas principalmente a ocultar gastos y colocar familiares y correligionarios, y cuya deuda declarada era de 13.123 millones (la mitad en Cataluña), pero cuya parte oculta se estima en 32.000 millones. Sumando todo lo oficial más lo debido a proveedores, la deuda pública total a fin 2009 ascenderá a unos 760.000 millones de euros o el 76 % del PIB. Y aunque no todo es computable a efectos de Maastricht, es obvio que estaremos por encima del 60%.
¿Y qué pasa ahora? Pues que el déficit 2010 no bajará del 12%, contando la supresión de los 400 euros, la eliminación de la ayuda al desarrollo, la supresión de los ministerios de Igualdad y Cultura, la congelación salarial a funcionarios y el efecto neto de la subida de impuestos, porque la caída del consumo y el aumento del paro que representará reducirá notablemente el incremento teórico de recaudación. Y porque el nivel de gasto alcanzado por CCAA y Ayuntamientos, más de 200.000 millones, ya no es financiable, pero no cesa de crecer. O porque las prestaciones por desempleo se irán a las estrellas, cerca de 50.000 millones, y porque el servicio de la deuda superará loa 3.000 millones mes a partir de mediados de año. Y a eso súmense los 100.000 millones del FROB, las infraestructuras y los demás compromisos de gasto, el último de 20.000 millones para “ahorro energético e innovación”, y estaremos por encima del 27 % del PIB en necesidades netas de financiación.
Y luego, algo que todo el mundo ha olvidado: el Sr Zapatero comprometió a España en los Presupuestos europeos a pagar el 26,7% de la ampliación, 40.000 de 150.000 millones de euros, aunque nuestro PIB es sólo el 6 % del total, mientras que Alemania y Francia, las grandes beneficiarias, no aportan un céntimo. Y la fiesta empieza en 2010. En resumen, Zapatero apuesta, a golpe de improvisación sin estrategia alguna, por el incremento exponencial del gasto y las subvenciones y las subidas de impuestos, el camino más rápido y seguro hacia el desastre. A finales de 2010, la deuda pública superará el billón de euros o el 100% del PIB. ¿Alguien se ha molestado en sumar y explicar a Zapatero que esto no es un juego de Monopoly sino la ruina de la nación?
El siguiente gran desequilibrio es la deuda externa. A finales de 2006 la Comisión Europea advertiría a España que su deuda externa era insostenible, pero como jugábamos en la ‘Champions League’, al Sr. Zapatero el tema le traía al pairo. Y no sólo eso; además, la vicepresidenta De la Vega, en sus periplos vacacionales, se dedicaba y dedica a condonar deuda española a todo bicho viviente, como si fuera Santa Claus. En aquel entonces, nuestra deuda externa era el 135 % del PIB, pero en el primer trimestre 2009 esa cifra era ya del 168 %, la mayor del mundo si exceptuamos EEUU, y la mayor en términos de PIB. A pesar de la crisis y de la bajada de precios de las materias primas, el déficit por cuenta corriente será éste año (34.000 millones en el primer semestre) del orden del 6% del PIB, una cifra increíble dada la brutal caída del consumo y la inversión. Y lo peor es que nuestras exportaciones no despegan y los pagos por intereses crecen exponencialmente. Si España estuviera fuera del euro, habría que devaluar la moneda del orden del 30%; como no es así, el ajuste tiene que hacerse internamente reduciendo costes y salarios para incrementar la productividad, y estamos hablando del 30% o más.
Y lo más relevante: que el sistema financiero es el principal deudor con 781.719 millones de euros, una auténtica espada de Damocles ya que el sector tiene que devolver anualmente el equivalente a 7 veces sus beneficios imputables a España. Y eso sólo puede conseguirlo con la ayuda del Gobierno y reduciendo el crédito interno a familias y empresas, lo que hace imposible la salida de la crisis. Curiosamente, en el análisis de Variant sobre el sector financiero tan profusamente citado estos días, no se han mencionado algunas de sus principales afirmaciones. Recojo dos: “Los bancos españoles ocultas pérdidas y morosidad, y los inversores fuman crack si creen que son los más sólidos de Europa”; y respecto al paralelismo con Japón que algunos pretenden, “la situación de España es mucho peor, porque Japón en 1992 pudo apalancar sus propios ahorros, pues tenía un excedente por cuenta corriente del 3% del PIB”.
Y por último, el paro. Hay tres cifras oficiales; el INEM, mensual e inmediata; Eurostat, mensual y con un mes de retraso; y la EPA del INE, trimestral y con mes y medio de retraso. Aunque las metodologías son diferentes, la cifra del INEM no hay por dónde cogerla, ningún analista serio la toma en cuenta. La penúltima del Sr. Corbacho afirmando que el paro en junio se había reducido en 55.000 personas, mientras las afiliaciones a la Seguridad Social habían caído en casi 200.000, ha pasado a la antología del disparate. Nos quedan Eurostat y la EPA. La más fiable es la primera, y utilizando la misma, el paro en julio alcanzaba el 18,5% de la población activa ó 4.270.000 desempleados. Una cifra que, extrapolada a fin de año, nos lleva a casi 5 millones de parados oficiales; y subrayo oficiales, porque medidos con la metodología anterior a 2005, que el INE cambió a mayor gloria de Zapatero, serían 600.000 más.
Pero hay dos consideraciones adicionales. Los EREs, que en el primer semestre afectaban a 350.000 personas, están creciendo al ritmo de 50.000 al mes, lo que nos lleva a una estimación de 600.000 a fin de año. Unos EREs que, en un 60%, se convierten en paro definitivo. La segunda, que los empleos del Plan E, 425.000, finalizarán a 31 de diciembre. Es decir, que salvo milagro divino, cerraremos 2010 con un paro por encima de los 6 millones. Y ahora sumen: 6 millones de parados, 3,5 millones de funcionarios y similares, dan 9,5 entre 23 millones de activo. Es decir, cada 1,4 activos -un 63%de los cuales son mileuristas- tienen que mantener a 1 persona adicional.
Así las cosas, el penúltimo desatino de Zapatero: la Ley de Economía Sostenible, algo inédito en el mundo, denominación oficial de una Ley para la Subvención y el Pelotazo de los amigos del poder: 20.000 millones del ICO para empezar, mientras a pymes y autónomos ni agua: “La salida de la crisis se apoyará en sectores ligados a la innovación e investigación, nuevas tecnologías y energías renovables”, sectores que emplean unas 30.000 personas gracias a una subvención de 167.000 euros al año por puesto de trabajo. No estamos a la deriva como opinan muchos; tenemos un timonel que nos lleva directos a los arrecifes.