Opiniones hay para todos los gustos, pero lo que está claro que si los presupuestos no cuadran, o recortas gastos o subes impuestos. Y Cospedal a optado por lo primero.
Ahora bien, ¿qué hacer? Yo no sabría muy bien.
Por un lado si recurres a la presión fiscal, te puedes ahorrar en recortes (sociales, funcionarios, etc...), pero estrangulas la ya maltrecha economía, con lo que seguiremos sin crear empleo... con lo que nos tocará hacer recortes.
Por otro lado si recurres al recorte de gastos, te puedes evitar subir la presión fiscal... pero se corre el peligro que se recorte en temas sagrados como sanidad, educación, etc... ahora bien, no extrangulas al empresariado y es una vía para la creación de empleo.
Yo por mi parte soy más partidario de un recorte de gastos...y que se centren en los desfilfarros en la administración, que ahí sí que se puede recortar.
De todas formas, me da que vamos a tener una conjunción de recorte de gastos y de un incremento de la presión fiscal, si bien esa presión va a recaer más en el ciudadano de a pie que en la empresa.