He tomado la determinación de que renuncio al cielo, no quiero ir, me niego. Es más, si me toca me cabrearé y montaré un cipote muy grande ahí arriba.
¡Tú sabes lo que es ir allá arriba, coño, con ese Dios tan horroroso que nos venden! Además, mira cómo son sus fans. iCágatelorito! Y esas caras que tienen, que se te cae el alma a los pies, esa cara de mala hostia. ;Claro, como pecan tanto! Yo también peco,pero no creo que haga daño a nadie. En cambio ellos, como deben de hacer mucho daño a la gente, pues se pasan todos los domingos dentro de la iglesia para pedir que les perdonen. Esta gente es muy inteligente, y se creen muy listos. Se han hecho un Dios a su medida y andan tan felices, pero si ese Dios un día les toca los huevos, entonces seguro que lo mandan enseguida a galeras.. .
Hacen una cabronada, van a misa, piden perdón, les perdonan y a por otra cabronada, y así van capeando la vida. Y luego, al final, se van arriba, con ese que es de los suyos, Dios. Y claro, ¡de puta madre!
Yo, la verdad, a ese Dios todavía no le conozco, ni ganas. Y no tengo el más mínimo interés en compartir mi eternidad con esa gentuza a mi lado. Con esas rubias teñidas y esos ejecutivos de postín. Prefiero mil veces irme directo al infierno. Ahí está la gente de mi clase, la gente de clase baja, mal educados pero en el fondo mucho más sanos. No quiero estar con esa mierda ahí arriba, debe de ser horroroso. Además, no es una temporada, sino que es in secula seculorum, o sea, por los siglos de los siglos, amén. ¡Aquello tiene que ser terrible! Además, no puedes ni gritar porque ahí no te escucha nadie. Lo único que puedes hacer es quedarte sentado en una nube esperando que la eternidad acabe alguna vez, pero como la eternidad no acaba nunca porque si no no sería eternidad sino que sería algo que acaba, pues.. . Pues eso, ya ves.. . Esperando que ese algo que no acaba, un día acabe y entonces.. .
Estoy seguro de que ahí en el infierno hay ambiente, hay caldo, sabor, caldera, fuego. Y ya se sabe, ¡donde hay calor hay alegría!
Seguro que ahí está la gente más cojonuda. Están todos los grandes gángsteres que han existido, todo tipo de personajes románticos, aventureros, inquietos ... Y no esa basura que vivimos hoy en día, esos tontos del nabo, del móvil en el aeropuerto y todo aquello. Esos, que se vayan para arriba. ¡Mira que tener que pasarte toda la eternidad con esa gentuza! Cada uno busca a los suyos, simplemente. Y claro, yo busco a los míos.
Sé que el Diablo debe de ser un tío cojonudo, un tío cargado de pecados, el hombre más malo del mundo, pero es un malo sano. En realidad lo malo es ser malo y querer pasar por bueno, lo jodido es querer aparentar que eres bueno cuando en realidad eres malo.
Ellos ya tienen sus centros de reunión, que son las iglesias, y ahí se juntan y se ponen de acuerdo para viajar juntos hacia el más allá, para arriba.
Pero yo no quiero que me líen ni que me metan en esos rollos. Además, siempre he pensado que los santos deben de ser unos tíos muy pesados, ¡más aburridos que la hostia! Todo el día haciendo el bien y con esa cara de buenos. ¡No me jodas, hombre! No hay un pecadillo, coño, un pecadillo, algo humano. Yo, que vengo de la tierra, estoy acostumbrado a eso. Que no me metan con esos seres tan puros. ¡Que les den por culo a todos, hombre! Qué aburrimiento tanta perfección y tanta santidad. Ese Dios ya tiene a sus fans y a su gente. ¡Que se vayan, que se vayan para allá! Yo escojo libremente mi destino y lo tengo muy claro: me quedo con el infierno. Estoy muy contento de irme para aquel lugar. Estoy seguro de que, cuando llegue, me llevaré una gran alegría. Además, cuando me metan en el ataúd quiero que cuelgue de él un letrero que ponga: «Ey, que quiero ir al infierno, ;eh! Destino, infierno. Destino infierno, que no me jodan. Que no se líen «Oye, ?este dónde va?». Que quede bien claro.
iTe imaginas que ahí en el cielo, en la nube, te toque al lado de Aznar! Hostia, qué horror, qué aburrimiento. Eternamente con él. Y al otro lado, su mujer. Y toda la familia, hasta con los nenes. ¡Hostia, quita pa allá, qué horror! Ese tío tan ridículo, tan poca cosa, tan ruin y miserable. Me cago, me cago en la nube, la mancho, la dejo marrón, me cabreo muy seriamente, ¡eh! Y luego ya se sabe que si te cagas en la nube se desencadena inmediatamente un ciclón de la hostia y.. .
Si a mí me tocara estar en el cielo me imagino todo el día cabreado, hasta que llegara un determinado momento en el que el divino hacedor me echara para abajo: “Venga, echadme a este tío que se me ha cagado. Lo pongo al lado de un buenazo y un hombre serio como es Aznar y va y se me caga, se me caga en la nube, ¡coño!”.
Sí, sí, sí. Lo tengo muy claro. Quiero ir de cabeza al infierno porque sé que allí tiene que haber ambiente. Además, ¡seguro que la cosa está que arde!