Re: La Nochebuena es una mierda...
No soy precisamente un amante de las navidades, ni de las reuniones familiares ni del concepto tradicional de familia, que siempre me suena como pronunciado por Vito Corleone; siempre hay cierta hipocresía y tirantez en el ambiente, pero no es menos cierto que uno debe aprender con quienes juntarse y con quienes no en estas ocasiones, de manera que al final uno puede pasárselo bien...
La nochebuena fue en casa de mis padres y nos juntamos 8 personas (mi padre, mi madre, mi hermana, mi novia, mi tio, mi tia, mi primo y yo) y un perro moníiiiiiiiiiiiiiiiisimo de esta raza y este color:
El perro es de mi hermana y es un despiporre de bicho; le están cambiando los dientes y no para de juguetear y mordisquear todo; además le dan unos increibles arranques de afecto hacia mi persona, se me subia hasta la chepa y me dejaba la barba lustrosa a lametazos...
La cena la preparamos en diversas fases: gambas con gabardina (increibles) y pimientos asados (recojonudos), mi padre; consomé de carne (delicioso) y fritos varios (rabas, croquetas...) mi madre; langostinos, canapés de salmón y paté con mermelada (mi hermana y mi tia); gambones a la plancha, yo. Además las vecinas nos invitaron a una aleta rellena estupenda... Abrimos una de vino blanco de Rueda, un tinto de Ribera, brindamos con cava y luego me pasé el resto de la noche pegado a un licor de hierbas.
Compré regalos para todo el mundo, porque suelo adelantarme a los reyes por aquello de aprovechar la paga extra
: un Protos y una cartera para mi padre, ropita diversa para mi madre y mi hermana, unas botas y un bolso para mi novia, un Chivas para mi tio, un bolso de viaje para mi tia, el Pro Evolution Soccer para mi primo. A mi me regalaron una camiseta muy friki de Futurama (que llevo puesta ahora mismo) y un mandil y un guante de Homer para cocinar... en bolas
Después de abrirlos, jugamos a las cartas con los vecinos, mientras mi padre, mi tio y yo nos fumábamos unos puritos como señores mayores acompañados de licor de hierbas; como los vecinos eran muy inútiles jugando, la partida fue un poco ortopédica, pero estuvo entretenida.
Al día siguiente me tocó comida con la familia política, que la hacen en plan (des)comunal y se juntan ciento y la madre; me tocó repartir apretones de manos y besos a 200 tios/tias primos/primas y demás, pero disfruté de una merluza cojonuda, y cordero excelente, unos buenos Riojas y unas copichuelas de brandy Peinado de 100 años
Además, como estos adultos tan serios y trajeados me aburrían, me escapé con las sobrinas de mi novia, que deben tener entre 13 y 14 años, y estuve cuchicheando con ellas como una adolescente más
Tanto que se despidieron de mi llamándome "super-amiga barbuda", "tita Paula" y cosas por el estilo.
Con esto no quiero decir que mis navidades sean maravillosas; todas estas fiestas están llenas de tiranteces, malos rollos, puñales que vuelan de un lado a otro de las mesas, etc, etc, etc... Vamos, lo que son las familias. Pero la experiencia de esta situación radica sobre todo en la postura personal ante esto, y, aunque no andaba de mucho humor estos días, acabé por divertirme, siempre hay un perro o una sobrina a mano para echarte unas risas, o un puro, o un buen vino