Sorel
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Respuesta: Música clásica
El problema de que un chaval prefiera a U2 antes que a Chopin reside en que no esté escuchando a los dos o, siendo más amplios, la razón por la que escuche a uno y no a otro no se deba a su preferencia por un autor u otro sino a prejuicios de género; es decir, que recahce la múisca clásica por ser clásica, por desconocimiento, por ignorancia.
La música es música; la musica clásica no es inherentemente más importante o de mayor valor The Number of the Beast o Powerslave.
La única ventaja que tiene la música de Beethoven sobre, digamos, la de U2 (aparte de que para mí sea Dios/gitano, pero no por el tipo de música que hace cada uno) se debe al juicio del tiempo, y a la calidad que uno le atribuye; un Beethoven es música en la cima; no se puede hacr mejor música, al igual que no se puede scribir mejor que Shakespeare o Goethe, y es una lástima que una persdona, joven o vieja, no se acerque a un arte en su máxima expresión de grandeza; pero lo mismo se puede decir de los Beatles o los Rolling Stones, o Bob Dylan; no se puede hacer mejor rock o musica pop, y es trágico que un elitista decida darle la espalda a un tipo de musica que tiene sus propios valores culturales, tan importantes como un concierto de Mahler.
Stravinski es tan importante para el siglo XX como Elvis. Pero ojo; eso ha de elevar a Elvis, no descender a Stravinski, o viceversa, pues igual de peligroso que el elitismo es el populismo, ese tipo "desmitificación" que en vez de admitir qu todo es importante, define que nada lo es, y convierte la cultura en un producto de consuno enlatado carente de importancia; pues si es de lamentar que existan quienes creen en la superioridad de una manera de hacer música sobre cualquier otra, h de admitir con pesar, no obstante, que ese tipo de elitismo en cierta manera tan reprobable, es uno de los pocos foros donde al menos se reconoce la importancia que el arte tiene más allá de la producción de placer en momentos de ocio; el arte visto como fundamento de la comunicación de la experiencia, el conocimiento y el estudio de la experiencia humana.
Es triste que lo hagan de forma tan miope, torpe y cerrada, pero cuando lo malo te defiende de lo peor sabes que estás mtido en hondos problemas; en una sociedad que define un arte tan masivo como el cine como "la industria del entretenimiento", la defensa de lo contrario debería ser fundamental. Claro que no menor culpa qie los snobs tienen aquellos que definen su propio arte como "lemento de entretenimiento", para alejarse de "lo culto", "lo intelectula". YO voy al cine a entretenerme, no a ver arte, dicen.
Logicamente, esto se basa en una percepción equivoca del concepto de arte, como un elemento intelectual, serio e importante, mientras que el pop, lo popular, es divertido, suelto, encantador. Se olvidan de que la opera es melodrama puro, esencialidad en estado de gracia, que Mozart y Mahler pueden ser divertidos, jocosos, incluos infantiles, que su musica esta llena de bromas, de puira algría, y de que una canción de Sinatra puede hablar sobre un sentimiento tan profundo como el abandono o una pieza de Monk bucear las mismas simas insondables del alma humana que, diganos, Debussy.
Olvidan que el propio Stravinski lloró al escuchar a Art Tatum.
Todo lo que es aburrido, es negativo. Si el dolor te avisa de que algo va mal en tu cuerpo, el aburrimiento de avisa de que algo estás haciendo mal con tu consciencia. Por supuesto que la gente va al cine a entretenerse. ¿Alguien cree realmente que un ensayo filosofico pretende ser aburrido? Se aburre el estudiante cuando no aprende, pero el estudioso rara vez se aburrira, salvo cuando busque un ejercicio; el ejercicio tiene ese lado poco simpatico.
El propio Schiller, en un ensayo, admitía que el único valor didactico de una obra de eatro residía en su cariz lúdico; aprender divirtiendo. Y Schiller era un autor de ideas. No siempre es el caso, pero siempre ocurre; comemos por diferentes motivos, el hambre o el placer, o el saber que lo necesitamos, pero lo hagamos por aquello que lo hagamos, su finalidad es siempre la misma; cargar baterias. Que exista más de un motivo para realizar un acto fundamental para nuestra subsistencia muestra la sabiduría de la naturaleza, cuandio se ve obligada a ser práctica; pero no podemos comer por gula sin alimentarnos, al igual que nunca obtendremos arte sin alimntar el alma, aunque nuestro motivo fuera solo pasar el rato.
Y al igual que con el arte, hay que tener cuidado con la obesidad.
Es sin embargo fundamental que tratemos a este alimento como un bien necesario y no un lijo superfluo; una mala alimentación afecta al buen funcionamiento del cuerpo. Un alma demasiado seca, seca las posibilidades de ese espíritu.
Convertir el arte en un fragmento de su completud solo fragmenta nuestra comprensión del mismo y, en consecuencia, nuestro uso de él. Su efecto seguira lacerandonos para bien o mal, pero en nuestra mano está hasta dónde podemos llegar. El arte produce gozo, en parte, el gozo del aprendizaje, aunque no seamos muy conscientes de ello. Si no produce gozo, o tenemos un problema o lo tiene él.
No hay que tenerle miedo, pero tampoco hay que venerarlo, mucho menos en una demente concesión a un politeismo ficticio que introduce las falacias de la peor religion allá donde solko cabe la honesta devoción incondicional. Dar lo que uno recibe. El arte no necesita máscaras; el arte habla sobre el vivir y ha de tener la misma naturalidad que tiene la vida. Puede ser más complejo, o puede ser más sencillo, como la vida misma, y como en la misma vida, cada momento, cada segundo, grande o pequeño, cuenta.
Como cantaba Paul Maccartney: "And in the end the love you take is equal to the love you make."
El problema de que un chaval prefiera a U2 antes que a Chopin reside en que no esté escuchando a los dos o, siendo más amplios, la razón por la que escuche a uno y no a otro no se deba a su preferencia por un autor u otro sino a prejuicios de género; es decir, que recahce la múisca clásica por ser clásica, por desconocimiento, por ignorancia.
La música es música; la musica clásica no es inherentemente más importante o de mayor valor The Number of the Beast o Powerslave.
La única ventaja que tiene la música de Beethoven sobre, digamos, la de U2 (aparte de que para mí sea Dios/gitano, pero no por el tipo de música que hace cada uno) se debe al juicio del tiempo, y a la calidad que uno le atribuye; un Beethoven es música en la cima; no se puede hacr mejor música, al igual que no se puede scribir mejor que Shakespeare o Goethe, y es una lástima que una persdona, joven o vieja, no se acerque a un arte en su máxima expresión de grandeza; pero lo mismo se puede decir de los Beatles o los Rolling Stones, o Bob Dylan; no se puede hacer mejor rock o musica pop, y es trágico que un elitista decida darle la espalda a un tipo de musica que tiene sus propios valores culturales, tan importantes como un concierto de Mahler.
Stravinski es tan importante para el siglo XX como Elvis. Pero ojo; eso ha de elevar a Elvis, no descender a Stravinski, o viceversa, pues igual de peligroso que el elitismo es el populismo, ese tipo "desmitificación" que en vez de admitir qu todo es importante, define que nada lo es, y convierte la cultura en un producto de consuno enlatado carente de importancia; pues si es de lamentar que existan quienes creen en la superioridad de una manera de hacer música sobre cualquier otra, h de admitir con pesar, no obstante, que ese tipo de elitismo en cierta manera tan reprobable, es uno de los pocos foros donde al menos se reconoce la importancia que el arte tiene más allá de la producción de placer en momentos de ocio; el arte visto como fundamento de la comunicación de la experiencia, el conocimiento y el estudio de la experiencia humana.
Es triste que lo hagan de forma tan miope, torpe y cerrada, pero cuando lo malo te defiende de lo peor sabes que estás mtido en hondos problemas; en una sociedad que define un arte tan masivo como el cine como "la industria del entretenimiento", la defensa de lo contrario debería ser fundamental. Claro que no menor culpa qie los snobs tienen aquellos que definen su propio arte como "lemento de entretenimiento", para alejarse de "lo culto", "lo intelectula". YO voy al cine a entretenerme, no a ver arte, dicen.
Logicamente, esto se basa en una percepción equivoca del concepto de arte, como un elemento intelectual, serio e importante, mientras que el pop, lo popular, es divertido, suelto, encantador. Se olvidan de que la opera es melodrama puro, esencialidad en estado de gracia, que Mozart y Mahler pueden ser divertidos, jocosos, incluos infantiles, que su musica esta llena de bromas, de puira algría, y de que una canción de Sinatra puede hablar sobre un sentimiento tan profundo como el abandono o una pieza de Monk bucear las mismas simas insondables del alma humana que, diganos, Debussy.
Olvidan que el propio Stravinski lloró al escuchar a Art Tatum.
Todo lo que es aburrido, es negativo. Si el dolor te avisa de que algo va mal en tu cuerpo, el aburrimiento de avisa de que algo estás haciendo mal con tu consciencia. Por supuesto que la gente va al cine a entretenerse. ¿Alguien cree realmente que un ensayo filosofico pretende ser aburrido? Se aburre el estudiante cuando no aprende, pero el estudioso rara vez se aburrira, salvo cuando busque un ejercicio; el ejercicio tiene ese lado poco simpatico.
El propio Schiller, en un ensayo, admitía que el único valor didactico de una obra de eatro residía en su cariz lúdico; aprender divirtiendo. Y Schiller era un autor de ideas. No siempre es el caso, pero siempre ocurre; comemos por diferentes motivos, el hambre o el placer, o el saber que lo necesitamos, pero lo hagamos por aquello que lo hagamos, su finalidad es siempre la misma; cargar baterias. Que exista más de un motivo para realizar un acto fundamental para nuestra subsistencia muestra la sabiduría de la naturaleza, cuandio se ve obligada a ser práctica; pero no podemos comer por gula sin alimentarnos, al igual que nunca obtendremos arte sin alimntar el alma, aunque nuestro motivo fuera solo pasar el rato.
Y al igual que con el arte, hay que tener cuidado con la obesidad.
Es sin embargo fundamental que tratemos a este alimento como un bien necesario y no un lijo superfluo; una mala alimentación afecta al buen funcionamiento del cuerpo. Un alma demasiado seca, seca las posibilidades de ese espíritu.
Convertir el arte en un fragmento de su completud solo fragmenta nuestra comprensión del mismo y, en consecuencia, nuestro uso de él. Su efecto seguira lacerandonos para bien o mal, pero en nuestra mano está hasta dónde podemos llegar. El arte produce gozo, en parte, el gozo del aprendizaje, aunque no seamos muy conscientes de ello. Si no produce gozo, o tenemos un problema o lo tiene él.
No hay que tenerle miedo, pero tampoco hay que venerarlo, mucho menos en una demente concesión a un politeismo ficticio que introduce las falacias de la peor religion allá donde solko cabe la honesta devoción incondicional. Dar lo que uno recibe. El arte no necesita máscaras; el arte habla sobre el vivir y ha de tener la misma naturalidad que tiene la vida. Puede ser más complejo, o puede ser más sencillo, como la vida misma, y como en la misma vida, cada momento, cada segundo, grande o pequeño, cuenta.
Como cantaba Paul Maccartney: "And in the end the love you take is equal to the love you make."