Respuesta: M. Night Shyamalan: El post (comienza la guerra)
Se me olvidaba, que memoria la mía. El sábado daban en La sexta 3 "
El protegido". Haciendo eones que no la veía recurrí a mi ejemplar y me la puse para volver a zambullirme en esta obra maestra y clásico por antonomasia de Shyamalan (para mi gusto su mejor título hasta la fecha). Mención especial para JNH y su banda sonora, quizás una de las mejores.
Con spoilers, es imposible no hacerlo. Dedicada a Troy.
Homenaje al género de los comics creando a partir de su base, elementos y reglas esatablecidas 2 personajes dignos de formar parte de esa cultura pop: Mr. Irrompible vs. Don Cristal. Cada uno con sus poderes y sus debilidades. Fuerza contra fragilidad, poder contra locura. Shyamalan tiene una forma de rodar y narrar muy concisa, muy a su manera pero en este caso es imposible no maravillarse por ese tono pausado, como si de una película de suspense y cotidianeidad se tratase, como si lo que sucede en ella pudiese ser algo real (con el mensaje final consigue redondear el producto: darle ese toque de veracidad y encima guiñando un ojo hacia las formas clásicas de los comics y tebeos a los que todos estamos acostumbrados).
Me encanta la forma de emplear la cámara de Shyamalan (aunque he oído quejas también al respecto, pero quizás por no comprender el porqué) y como la coloca en el momento preciso y el lugar indicado: momentos como Elijah de joven delante del televisor, o David Dunn con su nuevo traje de superhéroe (ese chubasquero más largo de lo normal, a modo de capa, y la capucha mucho más ancha, a modo de antifaz) en el balcón de la casa, donde la cámara está fija pero vemos la acción a través de las cortinas... con un plano para enmarcar: Dunn en el túnel del campo, como si estuviese resguardado y a la espera de tomar acción.
Es el hombre cotidiano en una situación extraordinaria: ese anónimo que desconoce que es un superhéroe pero que nació para serlo. Paulatinamente, siguiendo las pesquisas que su némesis irá dejando a modo de miguitas de pan hasta llegar a la guarida, irá descubriendo (y nosotros con él) cual es la verdadera identidad de David Dunn. Impecable como poco a poco se van descubriendo sus poderes: la fuerza y el don de conocer el interior de las personas como en la mejor escena de toda la película: la estación y como demuestra la falsedad y malicia de la gente. Pero lo mejor de todo es como el guión sigue jugando con nosotros haciéndonos dudar porque nos cuesta asimilar lo que estamos presenciando desde el primer instante: ese hijo apuntándole a su padre con el revólver para demostrar de una vez por todas que él es un superhéroe.
Me sigue fascinando como Elijah Price ya es un villano en ciernes: ese bastón de cristal, enfundado en guantes perennes, peinado estrambótico, con un coche digno de cualquier némesis totalmente acolchado para acabar convertido en una mente perversa, que maquina y planea sistemáticamente asesinatos multitudinarios con la única intención de encontrar al superhéroe que pueda convertirse en su archienemigo. El guión es una obra de orfebrería al respecto porque aún conociendo el final después de tantísimos visionado sigue fascinando como todo está orquestado para crear un microcosmos entre dos caras de la misma moneda. Ya desde pequeños están marcados por su destino (Elijah como bebé y los huesos completamente rotos / David de chaval con su aversión y miedo letal al agua).
Imprescindible.