Respuesta: Magnolia
A veces me ocurre esto.
Me encuentro ante una película desconocida con una premisa muy atractiva planteada a través de un fabuloso prólogo. Una trama formada por pequeñas historias aparentemente independientes que se va desarrollando poco a poco pero de forma ágil. Un montaje que hace que cada minuto parezca más intenso, con el que desde el primer momento notas que te están dirigiendo a un destino planeado, que se está acercando el fin aunque queden 2 horas de película. Capas de sonido que nunca pensé que pudieran juntarse con resultados positivos, gente cantando sin que la credibilidad de la película se inmute. Me emociono con Julianne Moore en una farmacia y con Tom Cruise frente a una cama. A estas alturas ya soy consciente de que estoy ante algo grande y de repente empiezan a llover ranas del cielo, y mientras reordeno mi cabeza pienso en lo loco y maravilloso de la idea.
Pero llega el final y a pesar de todo lo anterior me doy cuenta de que no he sido capaz de disfrutar plenamente el viaje y que no tengo ninguna gana de volver a emprenderlo. Algo similar a a la sensación que tuve con Pozos de ambición, por lo que no sé si podría deberse a una falta de conexión con las intenciones o el tono del director.
¿Os ocurre a vosotros? ¿Ver cantidad de virtudes en una película y no poder ponerle ningun defecto grave, pero a la hora de valorarla globalmente no tener una opinión tan favorable?