Si se me permite, quiero tirar mi comentario al aire sin recurrir al botón spoiler, lo digo porque si alguien no ha visto la peli aún que no me lea, por favor.
Con un comienzo realmente adictivo... con esas casualidades de la vida (aunque sean del todo inverosímiles de creer) nos empezamos a dar cuenta de que las cosas, las situaciones de la vida, los momentos tristes o los momentos inesperados no son por casualidad y si lo son no son como hubiesemos creído o pensado.
Con unas vidas disolutas, tristes, llenas de problemas, prejuicios, complejos, desastres... el elenco coral, sin tener nada que ver entre sí nos demuestran o resumen, a lo largo de estas 3 horas perfectas (nunca tres horas de reloj me han mostrado o enseñado tanto cine), como la vida, en sí misma, no es nada más que una desgracia eterna y aún así, como sucede en el último plano final, aún a pesar de toda la mierda que nos puede envolver... se puede sonreir, hay una luz al final del túnel. Que una lluvia de ranas invada el momento más crucial de toda la película es otra muestra más de que las cosas suceden porqué sí, no hay razón y si la hay no hay explicación más allá de que tenía que ser así.
Niños prodigios que han aprobechado esa fama para autodestruirse, nuevos niños prodigio que no desean serlo, esposas infieles arrepentidas a su pesar, padres desgraciados que arruinan a sus familias y que luego se arrepienten por ello (aún siendo tarde), hijos que odian a sus padres pero que no desean que se mueran....
Un cúmulo de personas anónimas entre ellas que no tienen más relación que tener una vida llena de problemas y tristeza. No los une nada más que el desconsuelo y un cúmulo de achaques sin ápice de esperanza. La vida no hay por donde cogerla y si la cogemos no comprendemos por qué es así pero así es. NO hay más, ni hay menos. Todos están perfectos (hacía tiempo que no encontraba una película donde todos y cada uno de ellos aportase tanto a la película). Cada historia es un mundo y cada mundo tiene su historia. La BSO es desconcertante y a la vez tan hipnótica, tan necesaria para comprender lo que no vemos y lo que no se narra con el diálogo. Ayuda a comprender las frustraciones, los engaños, las tensiones, los momentos de soledad, de falta de cariño, de histeria colectiva (e individual).
Pero no sólo la BSO, la cámara... la cámara expresa perfectamente lo que el director quiere que sintamos por esas vidas, por esas historias. Sin espavientos, sin giros radicales, sin movimientos forzados pero a la vez tan perfectos. Historias como el niño que se mea encima en medio de un programa de televisión, ese Tom Cruise con ese caracter de sobrado, de sabelotodo, de saber más que nadie cuando en realidad, en medio de una entrevista, se encuentra rodeado y ese muro de falsa autoestima se derrumba y se descubre que no es tan fuerte como uno (se) cree, o esa Juliane Moore que engaña a su esposo pero luego le quiere sin saber porqué pero a su vez, su marido, el padre de Tom, un desgraciado en toda regla que abandona a su mujer e hijo por ser un auténtico egoista asqueroso pero que en el borde de la muerte siente arrepentimiento y remordimiento; al igual que ese padre afectado con cáncer que no puede perdonarse el haber abusado de su hija y esta, a su vez, lo odia con razón y cae en la espiral maldita de la drogadicción hasta que encuentra su salvación, su punto de partida en ese policía torpe pero de un corazón enorme.
Sin olvidarnos del padre del niño prodigio, otro egoista asqueroso que sólo piensa en él y en la mina de oro que es su hijo sin mostrarle el más mínimo amor y afecto, al igual que lo fue ese niño prodigio, ya crecido, que quiere arreglarse los dientes para enamorar y que no hay peor suerte que rompérselos en un intento frustrado de robo arrepentido. Y todo, todo, todo dentro de una monotonía y rutina falsa que es rota, de sopetón, por esa lluvia de ranas que lo trastoca y lo convierte todo en un final (re)lleno de algo de aire fresco aún sabiendo que todo volverá a su rutina.
Momentos inolvidables como ese Tom Cruise maldiciendo y odiando con lágrimas en los ojos y esa rabia incontenida ante un padre moribundo, mientras un enfermero llora ante la impotencia de una vida anterior llena de rencores, egoismo y sufrimiento; o cuando el padre intenta suicidarse y una rana lo salva del tiro; o la citada entrevista de Tom Cruise, donde con la mirada y el rostro compungido va transformándose en un ser asustadizo de su futuro oculto; o... son tantas y tantas escenas que merecen ser citadas y que son imposible de narrar todas aquí que es una película que merece ser revista otra vez. No para comprenderla pero sí para captarla en todo su esplendor. Es tan rematadamente buena que uno no puede quedarse con la primera capa, necesita escarbar y escarbar. Tantas historias en una sóla película merecen ser descubiertas.
RECOMENDABLE.