Nicholas Ray

A mi me fascina toda ella, segunda prte incluida, tan desangrada, tan apasionadamente trágica, solo falta el coro griego; es uno de mis westerns top.
Yo no llego a despreciar esa segunda parte, ojo, pero prefiero claramente toda la introducción y la presentación del conflicto, que te deja patidifuso, desarmado... Y luego la madrugada intimista entre Johnny y ella, expresando un romanticismo que llega a doler.
 
Esto es GENIAL:

1* La composición. La disposición de los personajes en formaciones laterales, crea una amenaza real de grupo. Formación de ataque, las aves de rapiña que decía el propio Ray. El formato cuadrangular de la pantalla y la oblicuidad de alguna de estas líneas acentúa el efecto. Existe en la presencia de esos personajes constreñidos, una lucha contra los segmentos físicos de la pantalla. La isocefalia (recurso pictórico, con larga tradición histórica) crea la uniformidad formal y de pensamiento al tiempo que refuerza la sensación de ímpetu a duras penas contenido. Con sabiduría plástica, Ray otorga el liderazgo “moral” del linchamiento frustrado a la única que rompe (¡a la baja!) la línea de las cabezas: Oh, her name was Emma Small, was Emma Small; cantará Johnny.

3* El decorado. En el primer tramo de la secuencia con Joan Crawford situada en lo alto de la escalera, los picados y contrapicados nos muestran las vigas y los techos aplomados sobre las cabezas. En el segundo tramo, la pared del fondo excavada en la roca (herencia de la Taliesin, luego visible en la arquitectura del refugio de Dancin’ Kid), fortalece la negativa a expandirse que va de lo visual a lo narrativo para concluir en lo simbólico. Una negación materializada en el la botella estampada por Ward Bond.

http://www.kinodelirio.com/tecnicamente-suave/johnny-guitar-y-el-origen-del-universo/

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Y este plano, en un espacio excavado en roca, es... mágico:

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Party Girl (1958) -- (Movie Clip) He's Out There Again - YouTube


"Chicago años 30" ("Party Girl")

Escultural Cyd Charisse, deliciosos los números musicales, hermoso el colorido, interesante el perfil nada "limpio" de la pareja protagonista (ella y él, movidos por el dinero aunque no sea por causas nobles), brillante e inquietante Lee J. Cobb y estupendo el contenido violento (tanto el soterrado como el explícito, sobre todo el celebérrimo asunto del taco de billar, que hoy sigue acojonando). Todo eso, muy bien.

PERO el final creo que está muy mal resuelto. Impactante, sí, pero me parece un disparate la risible torpeza de los malosos. Y me sobra también un poco el tema de la operación de cadera, no sé.

Bastante bien, aunque tampoco para tirar muchos cohetes. Ray las tiene mejores, yo creo. De hecho, soy mucho más partidario de su etapa en blanco y negro.
 
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En un lugar solitario

Dixon Steele (Humphrey Bogart), un guionista en decadencia, se ve obligado a escribir la adaptación de una novela que no ha leído. Por una serie de circunstancias, termina viéndose involucrado en el caso de una joven que ha sido asesinada.

Bogart de nuevo en el papel de tipo rudo y cínico, siempre con una mordaz réplica preparada, en un título donde la trama “noir” es puro mcguffin. En realidad, una historia de amor entre un pobre cabrón inadaptado, de carácter difícil e irascible, y una mujer igualmente solitaria y desengañada, a la cual ha estado mucho tiempo buscando. En medio de una situación que le pone a prueba, él no puede evitar ser así, inestable, siempre al límite, capaz de mostrarse irónico y elegante, pero con un lado oscuro que le convierte en un ser despreciable y violento. El amor puede salvarte y ser tu tabla de náufrago, pero también es un vínculo frágil, efímero, capaz de romperse en cualquier momento por las circunstancias de la vida.

Con una realización puramente clásica, Ray acierta a plasmar la mentalidad contradictoria del protagonista, en escenas como la de la recreación del crimen (con él dando rienda suelta a su vena psicópata) o la de la pianista, de un encanto y melancolía incomparables. El final, tras el cual ya es demasiado tarde, te golpea sin dejarte siquiera pestañear. Se hace patente la crítica a Hollywood y a la farándula, el diálogo en el que hablan de cómo debería ser una escena de amor es toda una declaración de intenciones, así como un pequeño y nada pretencioso ejemplo de cine dentro de cine. Un gran secundario, el actor caído en desgracia recitando, como muestra de un orgullo personal que otros mediocres no tienen.

Inevitable el paralelismo entre la persecución a Bogart y la paranoia de la “caza de brujas” del momento. Una película cargada de romanticismo y de amargura, que entronca directamente con la oscura fatalidad y la atmósfera del cine negro, no tan ausente como podría parecer. Desgarradora.
 
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Obra maestra absoluta. Posiblemente, mi favorita de Ray.

Y Gloria DIOSA Grahame... :babas

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No tengo palabras para describir lo buena que es En un lugar solitario, capaz de juntar un discurso de una modernidad apabullante, un noir apasionante, un juego meta delicioso y un protagonista irrepetible en su ambigüedad. Ese momento en que reproduce el asesinato todo emocionado! Qué maravilla.
 
Uno de los más grandes. Difícil quedarse con una de sus muchas obras maestras, pero yo estaría entre Johnny Guitar y On Dangerous Ground.
 
yo tampoco tengo palabras, sesión doble con They Live by Night :babas

además es que tiene un manejo de las emociones sencillamente enorme, y luego ese toque Ray con lo desgarrador y fatalista, toda Lonely es impecable, como se puede contar tanto en apenas 3 escenarios de estudio.

They Live -hace unos días vi la de Carpenter, por cierto :juas- la dejaría un escaloncillo menos pero menudo tratamiento de la pareja protagonista, dos inocentones... relativos, enfrentados a un sistema que les supera.

hay algo que sobrevuela muchos Ray y que me encanta y es como mezcla tales escenas de ternura con mucha violencia "emocional", y el verismo que rezuma todo al final, sabes que estás viendo una peli pero hay un extraño momento que todo parece trascender y convertirse en real.

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Johnny Guitar

Western atípico que en el fondo lo es sólo superficialmente, más bien un melodrama inverosímil y extremo, con unos personajes llenos de recovecos y de pasiones ocultas que estallan brutalmente. Entiendes que gente como Almodóvar tenga ésto en un pedestal. Cine excesivo, exagerado, que en manos equivocadas seguramente caería en el ridículo, pero que Nicholas Ray convierte en todo un poema visual. Historia, diría yo, sobre el poder redentor del amor y la fuerza destructora del odio, con dos mujeres de armas tomar que articulan la trama. Curiosamente, el tal Johnny Guitar (supuesto asesino letal que únicamente intuimos) es más bien un secundario. Impagable, por cierto, la mala leche en torno a ese niñato gafe de la banda rufianesca.

Composición de planos tremenda, intensidad interpretativa, líneas de diálogo exposivamente literarias, y muy especialmente, virtuosístico uso del color (la película sería inconcebible sin esto último, que parece representar visualmente lo torturado de las relaciones humanas)... todo ello junto ofrece como resultado una fuerte impresión de modernidad y de atemporalidad. Por mucho, insisto, que la historia sea una cosa tan sumamente peregrina, culebronesca y poco realista. Al fin y al cabo, nos están hablando de manera figurada sobre unas pulsiones casi enfermizas, sobre una relación (Crawford y McCambridge) más allá de la ficción y bastante irracional en el fondo (lo de la diligencia, el robo al banco, todo da igual, se tienen una manía atroz y ya).

Reconozco que tanto las icónicas imágenes de Joan Crawford en plan marimacho como esas frasecitas de culebrón venezolano (“miénteme, dime que me amas”, etc.) me daban bastante dentera. Pues ahora que he visto la película completa, nada más lejos de la realidad. Obra maestra.
 
Lo de Johnny Guitar es algo muy serio. Una de esas películas que en pantalla grande debe ser un orgasmo visual.
 
Yo la vi sin saber más que tenía buen nombre esperando un western en condiciones y me pilló desprevenido, tanto visualmente (¡la caverna!) y porque emocionalmente te está hostiando la cara desde el primer momento; como dice Harkness, todo ese melodrama cuela justo por eso, por lo pasional y ultradramático que Ray te lo planta justo cuando empiezas a verlas venir.
 
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pero qué polvazo tenía Cyd Charisse.

aunque Party Girl / Chicago años 30 (1958) me parece una peli algo irregular, hay destellos del genio de Ray pero a la cinta le cuesta arrancar y tiene varias soluciones argumentales ridículas, pero gracias a los protagonistas, especialmente Taylor ésto se acaba disimulando un poco.

lo mejor de la cinta todo el componente de redención de él.
al final, por mucho que se recuerde su virulencia, dominio del noir y demás queda que Ray sabe como muy pocos retratar la intimidad de una pareja.
 
joder, cada vez me gusta más On Dangerous Ground (1951) es brutal, menudo estudio de personajes, con noir al fondo.. pero noir extraño, rural, entre cabañas y nieve, con todo ese trasfondo soberbio de soledad, tristeza... de almas torturadas, es que Ray es un poeta como pocos, y luego todo ese rollo elegiaco que sobrevuela todo, a veces parece que Ryan se vaya a suicidar casi, es una pequeña pieza de cámara con un fondo enorme, y encima el scorazo de Herrmann.. en el fondo es una trama, gestos y rostros mil veces vistos en el western.

no sé si por el rollo de género que siempre tuvo Ray pero me parece un tipo infravalorado en ciertos aspectos, y ése, el de las relaciones entre sus personajes, es uno de ellos.

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que mejor dia para ver...

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he reconocido la voz del narrador (Welles), pero no la de Satanas (Ray Milland), no acreditados

yo creo que la peli, en general, a rebufo de BEN-HUR (Rozsa de fondo), no acaba de funcionar. Parece un greatest hits de la vida de Jesus, enlazados con una molesta narracion (de Ray Bradbury, tampoco acreditado) y con la historia de Barrabas y la revuelta en paralelo para meter accion, y una insistencia con los romanos malsosos y sus cosas palaciegas que alargan la peli a las casi 3h

se agradece el enfoque mas naturalista del tema (incluso al final), apartado de grandes fantasmadas del genero

Ray realiza juegos muy interesante con sombras (cuando Jesus cura a uno, o el mismo final casi en off) y algunos picados potentes en la crucifixion. Y varios planos bifocales en momentos clave (cuando El se entera de que no volvera a casa por su madre, hay un pano contraplano con diopticos)

el casting parece un poco de rebajas pero cumplen (el ex-capitan Kirk, la del Cuponsito, Rip Torn barbudo, el amigo de Harry el Sucio con su peluca de siempre, Robert Ryan -el mejor-...)

el blu-ray se ve de fabula (no como la copia que da ahora mismo TRECE TV!!!) y lleva Overtura, Intermission, Entr'acte y Exit Music

cine GRANDE mas que gran cine
 
Yo también la vi ayer :juas y, aunque mi interés por el cine bíblico es ínfimo, me parece algo mejor que otras coetáneas del mismo tipo, básicamente por la labor de Ray. Coincido bastante (aunque creo que en conjunto te ha gustado más a ti): esas sombras -el paralítico y el ciego- y esa estética crudo naturalista que parece que algunas escenas las rodó Lang (añadiría, también me gustaron, las de Ryan y Hunter en el calabozo), una adecuada escena final, la insistencia con la malvada Salomé y el sustrato político algo menos adocenado de lo habitual (quicir, el ricos y pobres mas real, no una mera postalita artificiosa para el pensamiento cristiano más panfletario), esos bicocales que citas, con el momento silencio entre madre e hijo "esa silla quedará sin arreglar" sorprendentemente escalofriante, más que las torturas (incluidas las de Mel Gibson). Me hicieron gracia los planos con la catapulta-ballesta (lo que sea) romana.
 
Veo esa imagen de Cristo y no puedo evitar pensar en una única cosa.

"BATAMANTAAAA...", "¡Somos una secta, suicidémonos!"

Y hasta aquí mi sesuda aportación de hoy.
 
En "Qué grande es el cine" de El Cid (por cierto, el sustrato político tanto de El Cid como de La caída del imperio romano es muy jugoso, con mucho subtexto de política internacional de la época) decían que Anthony Mann había sido capaz de controlar una gran superproducción como esa, a diferencia de otros grandes como Nicholas Ray, que no pudieron. No he visto la de Ray, ni tampoco su épica de Pekín con Bronston.
 
El subtexto político de 'El Cid' y 'La caida del imperio romano' es efectivamente harto interesante e incluso diría que muy adelantado a su tiempo, pues son temas muy a la orden del día en nuestro mundo contemporáneo. Ambas películas tratan fundamentalmente acerca de la convivencia entre distintas culturas y religiones. En el caso del Cid se puede ver claramente como una alegoría de la amenaza del fundamentalismo islámico y cómo éste puede borrar del mapa, no sólo otras confesiones religiosas, sino las posiciones más moderadas dentro del islam (esto ya lo comentaban de hecho Garci y sus compañeros de debate). En la incursión romana de Mann, el debate se centra acerca de cómo integrar un movimiento migratorio imparable (en este caso, los bárbaros germanos) en las estructuras de la civilización romana, y cómo la intransigencia política al respecto, unida a la corrupción de valores e instituciones, puede llevar a la radicalización del inmigrante y la destrucción final de la sociedad 'invadida'.

En cuanto a la habilidad de Mann para manejar estos espectáculos mastodónticos, probablemente se deba a que ya tenía experiencia con westerns de corte más épico y cercano al de sus obras con Bronston, mientras que Ray era un tipo con una visión más intimista y realista del relato cinematográfico, y por eso quizá nunca se sintió cómodo rodando estos mamotretos. De hecho, ni siquiera llegó a terminar de rodar '55 días en Pekín', sino que tuvieron que sustituirle a mitad del rodaje.

Un saludete.
 
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