No se puede hacer una crítica común de algo como esto. Ponerte a hablar de foto histórica, arte en su sitio, PTA dirigiendo como los ángeles y los actores dando lo mejor que uno puede dar, no tiene sentido.
Creo que PTA, uno de los únicos directores de la historia con obra maestra y clásico instantáneo por entrega, se dio cuenta de ello antes de Pozos de ambición y ya no construye películas, construye tesis. Sabe que todo lo que haga, si quiere, será algo totalmente potente y se agarra, como mucho, al único que hizo lo mismo y sabía que lo hacía tras Lolita: Stanley Kubrick. Creí, cuando murió Stanley, que nadie más llegaría a este grado. Nos equivocábamos.
Lo mejor de todo es que PTA colabora con gente como él: gente que no tiene ya que sacarse la chorra, eso ya lo hizo. Todo es muy grande. Absolutamente eterno, pero es silencioso. No hay que meter la cámara en el agua para demostrar el talento, ya no. Es una película de ROSTROS. De VERBO. De actores en estado de gracia y un equipo dando lo mejor pero apartándose. Una película de MADUREZ. De MAESTRO absoluto. De conjunto de personas con una obra que no sólo habla de espíritus solitarios en dos vertientes: solos de verdad (sin nadie al lado) y muy acompañados de muchos espíritus solitarios (falsas compañías, consuelo de tontos)...sino que esa preciosa propuesta te la deriva para volcarla en EL PRINCIPIO DE CUALQUIER RELIGIÓN. O el principio del cristianismo mismo, cambia Hoffman por Jesucristo. Os vale.
The master no tiene que ser tratada como película aislada. Ni comentada como tal. Ha de recibirse como una tesis. Como un estudio de lo humano y lo cinematográfico. Ha de recibirse como se reciben las grandes obras: con todos los respetos y metiéndola, ipsofactamente, en un museo.
The Master cambia vidas. Debe hacerlo. Y para bien.