DE LA VIDA DE LAS MARIONETAS (1980) de Ingmar Bergman
Me gusta el título. De Bergman sólo había visto
“Fresas salvajes”, “El séptimo sello” y
“El manantial de la doncella”. Intuyo que son películas
ligeras en comparación con muchos de los tormentos psicológicos que deben poblar su filmografía. La presente si no es el más terrible retrato de pareja que haya visto nunca, no sé cual lo puede ser. Entre el blanco y negro y el color, el drama obsesivo, el crudo realismo y las fugas surreales (las impactantes visualizaciones -en blanco blanquísimo llenando ¿vaciando? la pantalla- de deseos e impulsos interiores primarios) nos presentan a unos personajes que “confiesan” sus emociones sin llegar realmente a una causa: centrándonos en esa pareja protagonista, un hombre y una mujer que se necesitan fervientemente, pero a la vez disfrutan del placer de ver sufrir al contrario. Una especie de desequilibrados retratados sin empatía, o eso me parece (no sé si es una excepción en el acercamiento de Bergman a sus personajes, en general) y que llegan a un final lógicamente terrible. Pa’no echar gota todo el metraje
EL HOMBRE DE MACKINTOSH (1973) de John Huston
Sorpresita. Y un Huston que no conocía. No redondo, pero muy estimable thriller con conspiración, típico de la época, y también con los típicos garbo y desparpajo que dignificaban este tipo de films, y que ahora son tan difíciles de encontrar. De una trama de intriga, con espía introduciéndose en misteriosa y no beatífica organización (buen episodio carcelario, y la escapada de esa casa… ardiendo en los páramos irlandeses, bonita imagen) pasamos luego a la pura acción (incluyendo escena de persecución automovilística de rigor), nada mal llevada. Buen Paul Newman (¡propinando patada en la entrepierna a una mujer!) y guión de Walter Hill, en uno de sus primeros trabajos para el cine.
EL ÚLTIMO VALLE (1970) de James Clavell
Interesante recreación realista de los tiempos (tardo)medievales, esto es, sin aliños fantasy y sí con todos los signos terribles de la época: plagas, luchas religiosas y por el poder, quemas de “brujas” etc. Un valle resiste la influencia de todas estas calamidades que lo rodean. Allí los personajes (increíble especialmente Michael Caine; y … Florinda Bolkan: ¿cuántas veces tuvo que hacer de “bruja” torturada en el cine?) deambulan con todos esos signos que los rodean (e interiores a casi todos ellos), entre la esperanza por ese verde manantial, y la niebla y la muerte. Buen empaque (diálogos, diseño de producción, música y foto) y correcta realización, aunque Clavell no dota en su puesta en escena con ese toque “mágico intimista” que Schaffner consigue otorgar a la magistral
“El señor de la guerra” (película más densa y “concentrada”, para mi gusto). Pero bien.
LOS JUECES DE LA NOCHE (1993) de Stephen Hopkins
Nuestro grupo protagonista es perseguido por un casi espectral entorno urbano nocturno. “The Warriors 2”. Pues eso. Para algunos esta es la mejor película de Hopkins. Se entiende que pueda causar impresión de “mejor película” que las del resto de su filmografía (dejemos “
Los demonios de la noche” aparte), pero todo sigue unas coordenadas dramáticas, narrativas y estéticas, del todo inocuas y previsibles. Teniendo a Emilio Estévez de protagonista, te puedes imaginar perfectamente el alcance de la propuesta. Vamos, no es un absoluto espanto como digamos
“Perdidos en el espacio”, pero resulta en el fondo modosita.
DEMON (1977) de Larry Cohen
Menos conocida que
“La serpiente voladora”, “Estoy vivo” o
“The stuff”, pero claramente la película más ambiciosa de su carrera; en “Demon”, Larry Cohen nos presenta la historia de una entidad extraterrestre, autoasumidamente Deidad, tipo imagen crística, que incita a ciudadanos a (tema habitual en Cohen) arma en ristre, disparar a viandantes desde lo alto de edificios, asesinos que solo saben responder “God told me to” (título original del film). Como siempre en el director, se funde el atractivo punto de partida, con el “desaliño serie B” de la puesta en escena. Una especie de malsano episodio de “Expediente X”, preñado de ambición subversiva, realismo thriller, y surrealismo malsano psicológico-religioso, con toques del primer Cronenberg, incluso David Lynch. Imperfecto pero muy recomendable film, que merece un vistazo.
GOMIA, TERROR EN EL MAR EGEO (1980) de Joe D’Amato
Un grotesco caníbal habita una isla griega, y se llevará un pellizco a la boca con los visitantes en sus dominios. Al parecer famosa por sus escenas sangrientas (por ej. el loco arranca un feto del vientre de una embarazada, para comérselo, claro) pero en realidad no es para tanto como lo pintan (suele pasar). En realidad y, sorprendentemente, la película parece más bien un thriller gótico, mucha atmósfera claustrofóbica y tormentas animando la peripecia, y pretensión de suspense clásico. Con todo, MALA, pero no TAN mala como es de esperar. Seguida de una supuesta secuela (“
Absurd (1981)”), puro slasher y que en realidad no tiene nada que ver.
COTO DE CAZA (1983) de Jorge Grau
La recompensa para una abogada progresista, tras liberar de la cárcel a unos criminales, es que estos asalten luego su casa, como primero de los horrores que sufrirá, y que conllevará su clásica venganza final. Llamativa premisa para un film de un director conocidamente de izquierdas, en todo caso la peli me ha parecido más bien plúmbea en su presunta exploración psicológica, hasta que se anima en su parte final, buena Assumpta Serna, y ejem… una sorprendente y brutal escena (¿pubis y fuego congenian?). En mi opinión, poco más.
LAS DOS CARAS DEL MIEDO (1972) de Lamont Johnson
Curioso thriller, con un atentado en un laboratorio espacial, del que sale herido el terrorista, el cual sufrirá el interrogatorio y torturas de parte de un agente, para averiguar quién más está metido en el asunto. Pero el criminal solo sabe responder que está amnésico, no sabe que pasó, ni siquiera quién es él mismo… Interesante planteamiento, pero al que el televisivo Johnson no acaba de sacar su potencial, y George Peppard y Michael Sarrazin tampoco son genios de la interpretación. Con todo, entretenida. Ah, y sorpresa final que no está nada mal (juraría que he visto alguna peli moderna con la misma idea -aunque clara desde el principio, no en forma de twist final- pero no recuerdo cual
)
SCREAM BLOODY MURDER (1973) de Marc B. Ray
Barato y demente psychothriller trash, con su ración de sangre, y alguna escena que parece clara influencia para el “
Maniac” de William Lustig (no voy a revelar cuál es). Seguimos a un psicópata desde niño (en la primera escena vemos a su padre muerto… atropellado por un tractor, y el propio niño pierde una mano), la peli es demasiado sosa for its own good en su parte central, hasta que llegan las coloristas (low cost) y delirantemente psicodélicas escenas finales en una iglesia, que son lo mejor del conjunto.