Respuesta: Películas que vais viendo en casita
EL EXORCISTA (1973) William Friedkin
Clásico instantaneo del cine del terror que inauguró a golpe de exceso las bases de lo que sería el fantástico como acontecimiento masivo en decádas posteriores. En un tiempo en que el cine de terror y casquería se pasaba en salas de segunda regional, Friedkin iba a mostrar al gran público algo que no olvidarían jamás . Su anecdotario de leyenda sobre los estrenos recoge desde vómitos, desmayos, hasta abortos, en España, se contrataron ambulancias a la puerta de los cines, en una suerte de advertencia para el valiente que tuviera redaños para sacar la entrada.
Injustamente celebre por sus golpes de efecto, cuando en realidad el filme brilla en todos los aspectos de producción, así como su fama de filme maldito en lo que podría ser la primera campaña de publicidad viral de la historia. De todos modos ahí estan los muertos que de una u otra forma salpicaron el rodaje para recordarnos que jugar con el diablo puede traer consecuencias.
El filme en si conserva la vigencia que tenía en 1973, en una época en que se tiende a reciclar los clásicos con remasterizaciones y nuevo metraje, la celebre y severa silueta del padre Merrin mirando a la ventana en el poster, nos sigue provocando la misma sensación de intranquilidad y angustia de siempre, porque ataca a nuestros miedos más primarios: el terror a lo desconocido.
El filme arranca con cierto aliento aventurero en unas excavaciones de Irak, en el que un envejecido Max Von Sidow salido de los filmes más existencialistas de Bergman, encuentra una estatuilla del demonio Pazuzu. Todo el filme estará articulado en como la vida cotidiana de personas corrientes, sean católicas o no, es violentada por el mal.
En seguida la acción nos traslada a Georgetown, que será donde se desarrolle todo el resto del filme, formado por el triangulo, cura (con problemas de fe), madre e hija. El filme mantiene cierta frialdad emocional, con algún toque de estilo documental, en el que se expone el viejo dilema ciencia/ religión. La chica empieza teniendo fuertes convulsiones por lo cual la solución lógica será llevarla al médico. Pero estos no lograrán otra cosa que torturarla a base de inhumanas pruebas, los parches para los electros serán un remedo de las futuras obleas, y la sonda chorreando sangre recordará su brutal desvirgue con el crucifijo.
El resto del filme estará editado en set pieces tan contundentes como efectivas, en que los atónitos doctores observan como aquella risueña niña se va convirtiendo en otra cosa más abominable, lasciva y monstruosa. Hay que reseñar la estupenda ambientación del filme, esa sensación gélida que llega hasta la última fila de la platea, conseguida en una época en que no había CGI, construyendo el set dentro de una cámara frigorifica, de ahí el realismo en las caras de los actores y el vaho en sus bocas.
El tercio final del filme puede que sea el más efectista, en el que se narra el exorcismo a dos bandas entre Karras y Merrin, ambos heridos en alguna manera, uno con problemas cardiacos que lo debilitan. otro por la tortura psicológica que supone crerse haber dejado sola a su madre en su lecho de muerte, y que el demonio usará para atacarlo, toda esta parte final es ese duelo malsano entre obscenidades y rezos.
SPOILER
El filme acaba con la expulsión del demonio del cuerpo de la niña, el cura dejandose de hostias y empleando su directo fulminante de boxeador contra satán, pero con el sacrificio de llevarse por delante a los dos curas, y esa caída por una escalera gigantesca, interminable, cargada de simbolismo teológico.
Después de todo el arsenal de vómitos, sangre y esputos, queda una fuerte amargura espiritual en el espectador, al ser consciente de que Dios puede permitir que le ocurra eso a una criatura inocente.