Respuesta: Películas que vais viendo en casita
(
Twilight Zone: The Movie, John Landis - Steven Spielberg - Joe Dante - George Miller, 1983)
"
Esta puerta se abre con la llave de la imaginación"
Basándose en la mítica serie de los 50 / 60, The Twilight zone (conocida también como "La dimensión desconocida" o "En los límites de la realidad"), en 1983 se decidió recurrir a 4 directores punteros en el género del terror, fantasía y ciencia ficción a partes iguales para versionar 3 de los episodios de aquel serial siendo tan sólo uno de ellos original (el primero de todos y que realizó Landis).
El prólogo (de la mano de Landis como director) podría ser un buen resumen de la serie en sí, poniéndonos en situación y plasmando la inverosimilitud y tendencia al terror amparada en monstruos y lugares remotos. Dos viajeros (Akroyd y Brooks) en una noche cerrada y oscura, en el interior de un coche para adivinar sintonías televisivas cual juego de niños para dar paso al meollo de la cuestión y dando pie al primer momento fantástico de la velada.
A partir de aquí da pie a los 4 capítulos o historias, bajo una voz en off, siendo un viaje a la magia, la fantasia, el suspense y un terror tan interesante como afable.
La primera historia (también dirigida por Landis) versa sobre la típica situación de lo que soltamos entre colegas (como no, en un bar). El protagonista (un Vic Morrow con cara de circunstancias) odia a la mayoría de razas debido a que ellas son las causantes de que él no prospere tanto económicamente como socialmente (es decir odia y culpa, por igual, a chinos, negros, judíos, etc). A partir de aquí la situación se vuelve realmente rocambolesca pero a la vez muy interesante. El personaje de Vic acabará padeciendo el razismo destructivo y opresor del Nazismo, el KKK y el Vietnam invadido.
La puesta en escena es realmente interesante y conseguida, donde el mayor logro se encuentra en las visicitudes que padece el protagonista y padeciendo un sufrimiento tras otro tomando el mal de su propia medicina en forma de racismo y odio en su propio cuerpo. Quizás este capítulo es conocido por la desgracia real de un accidente mortal con un helicóptero donde fallecieron el propio Morrow y dos niños vietnamitas.
El capítulo es meramente moralista y un toque de atención encubierto que no deja de ser interesante por su plasmación y propuesta. Lo cierto es que este capítulo en sí parece más de Spielberg que del propio Landis.
El segundo episodio (dirigido por Spielberg) camina por los senderos trillados del maniqueismo, la sensiblería, la magia (y que volvería a ser empleada en Hook) siendo a su vez uno de los productos más flojos tanto de la película en sí como de la filmografía del director. Es la clásica historia de dotar de ansias de juventud a la tercera edad, de volver a ser niños, de volver a disfrutar de las aventuras y juegos de su infancia.
Scatman Brothers, a modo de hada madrina (o genio de la lámpara) concede y da alas a la imaginación, al regreso a tiempos pasados (y quizás mejores) para ser una historia muy blanda, que casi no tiene mucho mérito (visualmente hablando) más allá de un par de escenas. Y aunque no es un fragmento destacable en general tampoco se le puede negar cierto mérito pues no es un mal producto en general, ya que vuelve a contar con la puesta en escena directa y concisa, añadiéndole florituras de por medio, como suele hacer (y conseguir) el maestro. Spielberg era así en los 80.
El tercer episodio (dirigido por un Joe Dante excesivo pero a la vez muy interesante y con una crítica social perfecta) es un guiño maravilloso a los cartoons de toda la vida (los Looney Tunes a la cabeza) transformándolo todo en un canto de cisne hipervitaminado y dotando a la historia de una sensación malsana y con cierta mala hostia dotando al niño protagonista del poder absoluto de hacer - decir - conseguir lo que quiera.
No dista mucho de la realidad actual donde vemos como los niños convierten a sus padres y familiares en marionetas sin control concediendo y haciendo todo lo que se les antoje. De esta manera se convierten en auténticos dictadores dominantes de algo que no les debería ser permitido. Mientras tanto Dante dota a las secuencias de esa plasticidad animada, con escenarios distorsionados, monstruos con vida propia y grotescas criaturas surgidas de una mente demente (la imagen de esa niña sin boca, con los ojos salidos de sí es quizás la imagen más conseguida de todas).
Dante, con el don de crear un mundo desastroso, un universo letal y una criatura supuestamente inocente como un niño logra una de las más interesantes propuestas tanto en el géner fantástico como en la crítica a la sociedad complaciente de un mal mayor y no tan ajeno. En la sensación de intranquilidad está el acierto.
Y por último (la mejor parte de todas, donde Miller lo da todo) tenemos la parte más terrorífica, malsana, agobiante y por ende la más (retorcidamente) divertida donde con cuatro líneas de guión consigue un terror y un suspense latente que irá creciendo hasta conseguir el apoteosis. Con un actor en estado de gracia (un John Lithgow) y un gremlin (que así es como se llamaba a las criaturas que supuestamente saboteaban los aviones en la primera Guerra Mundial, una mítica leyenda urbana) y que aquí tiene forma de criatura del infierno - de sonrisa maquiavélica y de forma grotesca - consiguiendo una aventura agobiante, casi claustrofóbica y que llega a un punto que no sabemos si es producto de la locura demente de un pasajero o de una realidad sin freno.
La puesta en escena está lograda, con esa plasmación del terror sin forma (no logramos ver la criatura en todo su esplendor hasta el final, mientras tanto nos tendremos que conformar con lo que podemos imaginarnos) y esa perfecta actuación dotando al fragmento de una perfección absoluta, siendo el capítulo más redondo de todos ellos.
En los límites de la realidad es un viaje a lo desconocido, a lo mejor del género de los fantásticos 80 y que se convierte en una pequeña pieza clave para los fanáticos (como un servidor) de la imaginería de unos directores magníficos. Un título fabuloso. Tiempo más tarde, la película sería parodiada en más de una ocasión (sobre todo en varios episodios de Los Simpson, siendo el más destacado la versión de Miller, esta vez siendo Bart el personaje asediado por sus locuras en un viaje a la escuela en el interior del autobús).