Respuesta: Películas que vais viendo en casita
- Tras el cristal (1987), de Agustí Villaronga
Ópera prima del director mallorquín, que definitivamente no debió de tener una infancia muy feliz. Es curioso que una persona se arriesgue con varias películas suyas a abrir puertas a la especulación sobre su mundo interior. Son solo especulaciones sin base, claro, pero que uno no puede evitar considerar al ver con qué grado de insistencia y detalle aborda ciertos temas tan delicados. Es como si quisiera llevar la provocación más allá de la ficción o directamente se situase por encima de ella. Pero dejémonos de rollos.
Historia de terror sobre la génesis del monstruo, cuyo punto de partida es el abuso sexual infantil como contagio y trauma indeleble que solo puede desembocar en más perversión además de, como es previsible, venganza. Es la lectura más simple que puede darse de esta película, pero es que sinceramente no veo otra.[Edito: No es cierto; se me olvida que también se apunta la redención del verdugo que ahora sufre la peculiar terapia, lo que añade interés al planteamiento]
El tema puede ser interesante, y siempre es un desafío (tanto para el creador como para el espectador) tratar asuntos delicados como la pederastia mientras se haga con la máxima cautela en todos los frentes. Y aquí el director primerizo no sabe contenerse. Pienso, a riesgo de parecer reaccionario en estos tiempos en que la moral para algunos es patrimonio de los curas, que para abordar este asunto hay que cuidar las formas, y aquí Villaronga se pasa de la raya. No por gráfico, que es lo que normalmente se denuncia (A Serbian Film). A veces precisamente por no ser gráfico incurre en el error más estrepitoso (esa escena sangrienta); la mayoría de ellas, por pura insistencia que solo puedo interpretar como un regodeo morboso en algún caso realmente repugnante.
Y lo turbador es que hay quien dice que quien no aguanta, no es fiable; quien no acepta este grado de violencia tiene una concepción de los límites arcaica. Que hoy, aunque no se atrevan a decirlo, todo vale. Yo tengo mis serias dudas.
En el ámbito más técnico sí sorprende: el director sabe crear atmósferas malsanas de distintos matices, y construye escenas de tensión muy logradas. A ello ayuda bastante una fotografía y unos decorados asfixiantes, y un diseño de sonido muy trabajado para una película española (aunque también incluye recursos que me sobran, como esos sonidos de animales). No es una puesta en escena realmente notable, pero sí curiosa para ser un primer trabajo.
El guión es otro asunto problemático: al margen de reacciones algo ilógicas que siempre se perdonan en este género, se llega a un punto en que el desarrollo de los personajes se vuelve bastante increíble, poco trabajado para la minuciosidad con que se encaran otros aspectos, y a partir de ahí la película se me hace incluso pesada, cayendo en la insistencia de escenas cada vez más delicadas hasta un final que de pretendidamente perverso casi resulta delirante.