GOSPODIN OFORMITEL / MISTER DESIGNER (1987) de Oleg Teptsov
En mi búsqueda de joyas ocultas en almacenes olvidados del fantastique de Europe del Este, he encontrado en los últimos meses cosas curiosas, pero sin duda la que más me gustado es esta singular película rusa que a partir de la mitad de metraje y hasta el final se convierte en extraordinaria perla de atmósfera lúgubre. No es una de esas cosas de trama ininteligible llena de raras alegorías, por fortuna y ahorraros el susto jeje; lo que cuenta, pese a su ritmo lánguido, escenas surreales “sin sentido” y complejidad emocional, es bastante sencillo (en realidad nada original pero subyugante de ver para mi pobre gusto) como un VÉRTIGO de autómatas con aroma a los relatos “no ferroviarios” de Stefan Grabinski, básicamente: un artista cree que puede tener el poder de dotar de vida a los maniquíes que confecciona, cuando le demandan uno para el escaparate de una tienda su modelo es una joven moribunda con la que se obsesiona … pasados años encuentra a otra mujer calcada a aquella muerta y se debate entre creer que es ella misma que realmente no murió, su “fantasma” reencarnado o el maniquí que cobró vida. Deliciosa ambientación de década (1908 – 1914) con buenas fotografía y música, numerosos insertos en imagen de las obras y dibujos del artista, actores convincentes (tanto el alienado artista como la misteriosa mujer), una escena de “persecución” casi slasher con una monja, y un climax final trágico demente, al que añaden unas inquietantes imágenes epílogo.
MUSEO DE CERA 2 (Waxwork II: Lost in Time,1991) de Anthony Hickox
De nuevo dirigida por Hickox (cuya mejor película para mi gusto y dentro de lo que cabe es ECLIPSE TOTAL (1993)), una secuela un tanto peculiar y diferente, pero que como su antecesora, tiene cosas interesantes pero en conjunto resulta fallida. Aquí no museo de cera donde monstruos míticos (vampiros, hombre-lobo…) cobran vida, sino que los dos jóvenes protagonistas también de aquella y con la excusa explícita de la Alicia en el País de las Maravillas de Carroll, viajan en el tiempo para aparecer en recreaciones de famosas películas fantásticas, específicamente ALIEN, THE HAUNTING y LA PRINCESA PROMETIDA, con un puñado de microreferencias a otros títulos (el NOSFERATU de Murnau, por ej). El primer sketch, de Frankenstein –una pequeña conexión con la primera peli- y el de LA PRINCESA tienen un pase, el de HAUNTING no empieza nada mal imitando el estilo de Wise, pero acaba pasándose de rosca, y el de ALIEN es echado por tierra con tanto montaje corto y movimiento loco de cámara. Pero es más o menos visible, y la simpática pareja Monika Schnarre y Zach Galligan ayuda.
Ahora el primer visionado de tres “clásicos” del fantástico televisivo en su época dorada. Bueno, miento, he visto cuatro, pero el pseudo-Carrie
EN LO MÁS PROFUNDO DE LA MENTE (The Initiation of Sarah, 1978) de Robert Day, me ha resultado bastante soso y aburrido, por lo que no le dedicaré más tiempo.
LA MANSIÓN DEL TERROR (Gargoyles, 1972) de Bill L. Norton
Un buen puñado de Gárgolas vivientes viven en el desierto americano, fuera de la vista humana desde la última lucha entre ambas especies hace muchos siglos.
Parece algo así como JEEPERS CREEPERS (de hecho un tipo tiene un esqueleto bestial en un granero a lo segunda parte de JC) con un vago ambiente TEXAS CHAINSAW MASSACRE o THE HILLS HAVE EYES. De hecho la primera media hora está bastante bien y consigue crear cierto clima malsano a lo las dos últimas citadas, sin mostrar mucho… es a partir del ataque en el motel que lamentablemente vemos claramente a las baratas gárgolas (participación de un primerizo Stan Winston en los “trajes”), perjudicado aún más con unos continuos ralentíes que no vienen a cuento cuando las mismas andan o se mueven. Aún con eso, la simpatía pulp de escenas tales como el Jefe Gárgola (este se salva en su presencia , con esas alas y voz grave) libidinosamente agachado sobre la chica desmayada; algunas escenas en la caverna (con los delirantes nacimientos baby gargoyles, por ej); un Cornel Wilde que siempre me ha caído bien –como actor y también director- por alguna razón,; o el final, proporcionan suficiente diversión (esa risible pelea criaturas-policía-moteros) y entretenimiento, y la clásica duración exigua del metraje era un aspecto positivo de estos productos. Hay incluso algún plano salido de la nada vaga y raramente inquietante: los moteros detenidos y de rodillas con la tormenta amenazante de fondo.
HOMBRES DE OTROS MUNDOS (The Love War, 1970) de George McCowan
El director de FROGS (1972) nos ofrece un telefilm similar a un episodio de TWILIGHT ZONE, aunque sin la moralina de parte de los episodios de la famosa serie. Tras un intrigante primer acto, con varias extrañas escaramuzas entre diversos personajes, que se persiguen y disparan por las calles, sólo pasado un buen rato nos enteramos que son extraterrestres con disfraz humano -bueno, vale, el título ya nos lo revela- pero lo que sólo sabemos a partir de ese punto es que La Tierra es un planeta a conquistar por dos razas extraterrestres, que envían cada una a tres agentes y quien quede con uno en pie ganará el planeta. Naturalmente, un lado son los Malos (que si ganan aniquilarán a los humanos) y otros Buenos (que tratarán bien a los humanos, con un Lloyd Bridges muy serio nada cómico, como protagonista). Bastante decente y estimable, con gafas que permiten ver el verdadero aspecto extraterrestre (John Carpenter debió ver esta peli), disparos con “sonidos láser”, agentes caídos que desaparecen entre “efectitos verdes y fuegos rojos”, una sorpresa final con un personaje que obviamente se ve venir pero también una buena resolución final sorprendente que no me esperaba (esperaba la “otra” opción).
EL TRIÁNGULO DEL DIABLO (Satan’s Triangle, 1975) de Sutton Roley
Aún más sorpresa me he llevado con esta historia del Triángulo de las Bermudas (aquí siempre llamado “del Diablo”), tema que es cierto que resulta curioso que no haya recibido más atención por parte del cine, más allá de aquel inefable trash asusta-infancias de René Cardona. Pese a un comienzo con Doug McCloure en plan graciosete típico, pronto la cosa se enturbia mucho, cuando como parte de una misión de rescate llega a un yate que ha pedido ayuda. El Roley este con sus planos inclinados y preñados de viscosa oscuridad crea un puñado de imágenes turbadoras en la llegada al barco, utiliza y transmite tan bien una ominosa atmósfera marina como por ej. UNA FRÍA NOCHE DE MUERTE (1973) hacía con la polar; y la narración en flashback de la única superviviente (inquietante Kim Novak) resulta efectiva. La aparición del escalofriante sacerdote sigue creando un buen desasosegante clima, aunque ya advierta del tema religioso subyacente en todo (aunque el título ya lo avisara) que menda hubiera preferido otra cosa (quizá en revisión esto me gane más), pero supongo que tiene su gracia (los pecados, el pez espada…) deviniendo el climax final en el helicóptero algo risible… aunque la última escena, plano congelado, vale por un buen sabor de boca final.