TRAICIÓN EN FORT KING (1953) de Budd Boetticher
Western ambientado en los pantanos de Florida (¿habría que decir "Southern" más que Western?), obra de otro de esos artesanos con cierto buen nombre pero casi siempre en segundo plano en recordatorios y listas de favoritos, con Rock Hudson intentando poner paz con los indios Seminolas, liderados por un (quizá improbable) Anthony Quinn. La película empieza con un grave interrogatorio a Hudson, que se dispone a relatar la historia a través de un flashback (la verdad es que todo me hace recordar -aunque sea vagamente- a “Fantasma de Marte” y, conociendo el gusto de John Carpenter por los westerns, no me extrañaría que tuviera éste en mente a la hora de elaborar su película). Bastante curioso ejemplo del género, bien filmado por un Boetticher que sabe aprovechar los recursos con su habilidad innata pero también ya famliarizada en el género y los parámetro Serie B; que se erige en un film más que estimable.
FUGA DE NOCHE (1982) de Delbert Mann
Dos familias intentan huir de Alemania Oriental hacia la Occidental, cruzando la frontera con un globo aerostático. Una de las pequeñas curiosidades Disney de los 80, en unos primerizos intentos -tras muchos años- de ofrecer productos de personajes reales menos azucarados. No estoy hablando de ese más famoso grupo de siete películas fantasticas "problemáticas" de la época 79-85, en este caso forma parte de otros films no fantásticos, pero "serios y dramaticos" (sin comedia ni canciones...), en el que también estarían "El corredor valiente (1983)" o "Natty Gann (1985)", que comento después. La cosa no pasa ciertamente de discreta y simpática, tampoco hay que esperar dureza en el tratamiento, sobra la escena con el hijo reconfortando y animando al padre (tipo Disney típico, o Spielberg ) ... con todo, se permite una escena al principio con el ametrallamiento gráfico de un muchacho, y la segunda mitad del film (tras el primer fallido intento de huida) está resuelta con cierto hábil sentido del suspense por parte de Mann. Distraida y respetable.
EL VIAJE DE NATTY GANN (1985) de Jeremy Kagan
Otro drama Disney ochentero, por lo que podemos disfrutar otra vez de no canciones, no humor impostado, y sí cierto intento de profundizar en un drama serio, pero sin cargar tintas ni resultar "terrible", por supuesto. Pero resulta agradable ver una cinta que no hace boberias con un tema como el de la Gran Depresión norteamericana, con una chica que cruza el país en tren buscando a su padre, con evidentes muestras de violencia y miseria a la vista. Hay incluso un ser repulsivo que recoge a la chica en coche e intenta abusar de ella. La cosa acaba con una última escena, imagen, que es prácticamente la que uno imagina al dedillo, pero se trata de un film más que correcto, al nivel de de "Fuga de noche (1982)".
500 MILLAS (1969) de James Goldstone.
Nunca me ha atraído demasiado el mundo del automovilismo, ni como deporte, ni como tema en el cine –aunque recuerdo “Días de trueno” (1990) y el “Rush” de Ron Howard como extrañamente interesantes- y, pese a que veo que ésta tiene mala fama, también me resulta decente (y mejor que la reciente de Mangold). Aquí Newman pretende ganar las 500 millas de Indianápolis, se casa con Joanne Woodward y entonces ocurre una muy tensa relación entre tres, ya que se añade Robert Wagner, un piloto rival. Me pareció un drama interesante, pero lo mejor es la realización, que imagino es veneno para críticos de pro, pues se fundamenta en mucho plano corto y primerísimo plano. Yo tampoco, en teoría, me gusta demasiado eso, pero en este caso, se produce un efecto inmediatez que me resultó atractivo, de noticiario y estilo televisivos (de ahí venía Goldstone) y, a su vez, muy acorde con un efecto velocidad y crispación, tanto para el drama de los personajes, como –naturalmente- las propias carreras y el mundo del motor.
SNOW WHITE, LA VERDADERA HISTORIA DE BLANCANIEVES (1997) de Michael Cohn
Actualización del mítico fairy tale, en una vena de cine gótico, atravesado por intenciones ambientales sórdidas y "realistas". En numerosas ocasiones uno se acuerda viéndola de, precisamente, Juraj Herz. En lo argumental, el film más o menos hace desaparecer al "Príncipe ", cambia a los "siete enanitos" por siete zarapastrosos delincuentes que además no sienten mucha simpatía por "Blancanieves" (a la que nunca se llama así, sino con el nombre de Lili) y aún más llamativo es el hecho de que pinta a la "Reina Malvada" no estrictamente tan mala y a" Lili" no tan Buena, de hecho a esta última se hace más o menos responsable ¿directa o indirecta? del aborto de la Reina, que es lo que la hace convertirse, ahora si, en la maligna del cuento que todos conocemos. Cohn no es Herz, y el film sufre de algunos problemas de "intensidad" narrativa y dibujo de personajes, pero el ambiente está en general bastante cuidado (para un film que está hecho, no lo he dicho aún, para tv), con varias ideas visuales y atmósfera de terror, bastante sugestivos, especialmente en el tercio final de película. Y la que se lleva el gato al agua es, sin duda, Sigourney Weaver, como la Madrastra, en un papel que la actriz parece disfrutar y que resuelve muy bien. Película interesante.
LA NOCHE DE LAS GAVIOTAS (1975) de Amando de Ossorio
Cuarta entrega de la serie de los templarios zombis de Ossorio, muy vagamente inspirada por "El monte de las ánimas" y "El miserere" de Gustavo Adolfo Becquer. Sin hilo argumental de continuidad entre ellas, aquí se nos presenta a una pareja (eficientes Victor Petit y Maria Kosty) que llega a un pueblo costero (de maravilloso look para este tipo de peli y rodada en la costa catalana), donde los templarios ofrecen sus sacrificios humanos a un Dios Anfibio, durante siete noches cada siete años. Pese a la inevitable pobreza de medios, repetir -recuperar- escenas de los zombis saliendo de sus sepulcros (del primer film) y un personaje de tontorrón pero buenazo (del segundo film); para mi ésta es la mejor de las cuatro con diferencia, en la que el elemento gore-sexy exploitation se reduce prácticamente al prólogo, cobrando especial protagonismo el aura lovecraftiana (no niego que eso es lo que a la postre me atrae del producto) que posee la historia: por ahí resuenan "La sombra sobre Innsmouth", "Dagon" y, en inesperado apunte poético, los pajaros (las zumayas) de "El horror de Dunwich" (pues, se nos dice, las almas de las sacrificadas se reencarnan en las gaviotas omnipresentes en el film), sin desdeñar al carácter poco amistoso de los locales. También reconozco que tengo debilidad por los "terrores costeros": LA NIEBLA, MUERTOS Y ENTERRADOS, MESSIAH OF EVIL, NI EL MAR NI LA ARENA ... Simpática.