Bueno, una cosa es que los países nórdicos sean un ejemplo en cuanto a civismo y organización social, y la otra es que sean un paraíso donde vivir.
Esa gente solo hacen vida en sus casas y les cuesta muchísimo relacionarse entre ellos, hasta el punto de que necesitan estar borrachos para romper el hielo y poder cruzar unas palabras. Mi hijo se ha pasado tres meses en Helsinki -en primavera!- y dice que nunca podría vivir ahí. Que son superdepresivos, que están como una regadera y que todos van al psiquiatra.
Supongo que el clima marca mucho el carácter de un pueblo.