R.I.P.: Defunciones y fallecimientos.

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/02/17/actualidad/1424162109_066157.html

Lesley Gore, una voz aterciopelada que se enfrentó al dilema femenino
La cantante estadounidense fallece debido a un cáncer
Célebre en los sesenta, publicó su último disco en 2005


Algunos músicos explican mejor el ADN de un país que todos los tratados escritos y por escribir. Algunas canciones influyen más en la psicología de una sociedad que cualquier proclama política. Con su timbre aterciopelado y su estética impoluta de eterna adolescente, Lesley Gore, fallecida este lunes a causa de un cáncer en Nueva York a los 68 años, no sólo fue una cantante sobresaliente de la época más brillante del pop norteamericano sino que, a partir de sus propios dilemas internos, se erigió como un icono femenino de sus tiempos, los trascendentales años sesenta.

Nacida en el barrio neoyorquino de Brooklyn, aunque criada en Nueva Jersey, Gore alcanzó el número uno de las listas de éxitos en 1963 con It’s my party, cuando apenas tenía 16 años y compaginaba su carrera de cantante con los deberes del instituto. El productor Quincy Jones, un gigante de la música norteamericana, que por entonces trabajaba codo con codo con Frank Sinatra y más tarde lo hizo con Michael Jackson, la descubrió para Mercury Records. Con su cara de niña buena y su llamativo pelo rubio, esplendorosamente cepillado, aquella chica inocente puso voz e imagen a una canción épica. De un día para otro, It’s my party se convirtió en un himno juvenil, cuando los jóvenes, a diferencia de sus padres, disfrutaban de cierta independencia económica y moral para tener sus lugares de recreo en una sociedad estadounidense que ya glorificaba sin aspavientos el ocio.

La canción no sólo hizo famosa a Gore sino que se introdujo en la realidad estadounidense de los primeros sesenta. It’s my party, radiada hasta la saciedad de costa a costa, contaba en primera persona el sentimiento de una chica que veía cómo otra le robaba el novio en una fiesta.Con esos metales efusivos, que creaban el ambiente idóneo de lo que podía ser una típica juerga de instituto, y su voz dulcemente tristona, la composición captaba toda la angustia adolescente del rechazo amoroso. Pero, como las mejores obras de Phil Spector, la pareja Leiber & Stoller o la factoría Brill Building, que en esos años llenaron de joyas los radiales estadounidenses, era un artefacto pop de primerísima categoría, tanto que sus primeros versos -“It’s my party and I'll cry if I want to (Es mi fiesta y lloraré si quiero)- se han incrustado en la psicología de varias generaciones y todavía se dicen como una broma caprichosa de querer salirse uno con la suya (como en España más o menos sucede desde mediados de los noventa al decirse la célebre frase “es mi Scattergories y me lo llevo”, que hizo famosa un anuncio de televisión). Su gran éxito obligó a Gore a grabar una segunda parte de su trama sentimental llamada Judy’s turn to cry, que también tuvo muy buena acogida y en la que su protagonista, orgullosa y feliz, recuperaba al novio tras ponerle celoso besando a otro chico.

En el fondo, estas dos estupendas composiciones incidieron aún más en el estereotipo de la chica de entonces, sirviente y abnegada, que sólo anhelaba un chico con el que casarse. Eran cantos al ideal de ángel de hogar, tan arraigado durante toda la era Eisenhower, entre principios de los cincuenta hasta la llegada de los sesenta, período en el que a las escolares se les recetaba la lectura de Mujercitas en su itinerario educativo e instructivo. Pero Gore, hija de su tiempo, terminó por enfrentarse a su propio dilema, que, desde su posición de estrella, convirtió en el dilema de toda una generación que defendió los derechos de las mujeres en una sociedad machista. En un tiempo de agitaciones por la conquista de los derechos de los afroamericanos y de otras minorías, fue John F. Kennedy quien, a principios de los sesenta, hizo del papel social de la mujer un tema clave de la agenda política. Y Gore, a la que la gran mayoría de las adolescentes del país rendían pleitesía, se subió a ese carro. En 1964, la cantante, lejos de ser una agitadora feminista, cambió radicalmente el discurso con su siguiente éxito: You don’t own me. “Soy libre y quiero amar libremente, para vivir mi vida del modo que yo quiero”, rezaba una de las estrofas más célebres de la canción. De nuevo en la parte alta de las listas de éxitos estadounidenses, Gore se introducía con su pop luminoso y melancólico en la psicología generacional más que cualquier teoría o consigna, como sucedió en otros momentos de la historia con Bob Dylan, The Beatles, James Brown o The Sex Pistols. Una canción, que apenas superaba los dos minutos y se grabó en unos días, hizo tanto, o más, por la transformar la mentalidad femenina, como los cientos de páginas del éxito literario de entonces Mística de la feminidad, que Betty Friedan tardó en escribir cinco años.

Gore, que trabajó con productores y compositores de primer nivel que dieron lo mejor de sí mismos para Frank Sinatra, Four Seasons o Antonio Carlos Jobim, llegó a participar en el histórico espectáculo T.A.M.I. Show de 1964 en Santa Mónica, junto a pesos pesados de la música popular de todos los tiempos como Chuck Berry, James Brown, Marvin Gaye, The Rolling Stones o The Beach Boys. Al igual que tantos grandes compositores y cantantes de la edad dorada del pop estadounidense de los primeros sesenta, sus canciones ya anticiparon esa independencia emocional tan crucial para la construcción de la sociedad de los sesenta, que luego terminaría por ser un terremoto histórico con la llegada de la Invasión Británica, encabezada por The Beatles, The Rolling Stones y The Animals.

Llegó a dar el salto a la televisión para participar en la serie de Batman y compuso parte de la banda sonora del musical cinematográfico Fama mientras sus canciones, que resistieron la sacudida del rock de los sesenta en las listas de éxitos, no dejaron de ser versionadas por todo tipo de músicos e incluidas en varios anuncios, películas y series de televisión. De hecho, la magnífica Sunshine, lollipops and rainbows' cierra uno de los mejores capítulos de la segunda temporada de Mad men, la atractiva y notable serie de época en la que, tanto o más que los líos de faldas y la crisis existencial de Don Dreper, se despliegan con elegancia los dilemas y las luchas cotidianas a las que se enfrentaban las mujeres en los sesenta. Gore, que nunca abandonó los estudios y se licenció en Literatura Inglesa y Estadounidense pese al brutal éxito como cantante, puso su trascendente grano de arena e hizo de ese dilema una bella y contagiosa música para la posteridad.
 
Una pena. La recuerdo sobretodo de las series de TV3. Gran actriz. Eso de quedarse ciega ya de mayor por culpa del puto cáncer tiene que ser durísimo. Descanse en paz.
 
Buf. Hoy se ha muerto Jordi Tardà!

JOOOODER La de tardes enganchado al Tardà Tardà. Cuando hace un mes, por su 60 aniversario dijo que dejaba la radio por un tiempo, no me pensé que terminaría así y en un mes.



Joder, estoy muy tocado...
 
Lo acabo de leer en el 3/24. Yo no le seguía mucho la verdad y reconozco que se me hacía bastante cansino con tanta matraca de Rollings y Springsteens. Dicho lo cual, evidentemente se agradece mucho su dedicación a la difusión de la música y el rock en particular por estos lares con su programa, con la Fira del Disc del Col·leccionista de Catalunya o el Museu del Rock de Barcelona (que no he estado nunca por cierto).

No sabía nada que estuviera mal de salud. O si los que lo sabían, que pudiera ser tan grave. Descanse en paz.

PD: Veo que el Museu del Rock ya no existe. Vaya :lloro
 
Hoy nos ha dejado Nadala Batiste. La Trini de Secrets de familia, la Conxita de Vendelplà o la Remei de Plats Bruts.


DEP.
 
Uno mas...

Este fin de semana se ha muerto Santi Trancho, el cámara de Frank de la Jungla.

El obituario de Nacho Medina publicado en El Mundo.

Febrero de 2010. Sala de embarque con destino a Tailandia.Un obseso de la tele y un chaval de barrio que soñaba con contar el mundo a través de un visor se iban a grabar un presunto programa de televisión protagonizado por un tal Frank Cuesta. «Empieza la aventura», dijo Santi Trancho cuando se abrochó el cinturón en el avión. Todo le ilusionaba, hasta el neceser que regalaban en la compañía aérea. Y yo estaba con el culo más apretado que nunca. La puta responsabilidad de rendir a gran altura. Santi había nacido a los pechos de Iñigo Pérez Tabernero en Mediapro, en ese laboratorio de talentos que era el canal Telecorazón. Grababa, se subía a la grúa de plató, tiraba los cables, montaba luces.... Quería aprender y contar. «Iñigo, me quiero ir a supervivientes». Se cogió un avión con 23 años y se fue a grabar mundo. Volvió. «Iñigo, me quiero ir a Callejeros». Y a los pocos días se fue con Sonia López a grabar Tokio y trajeron algo que jamás habían visto mis ojos.

«Iñigo, quiero a Santi». Y ahí empezó nuestra historia de amor a tres junto a un tío que estaba más loco que nosotros dos juntos. Grabábamos. Yo sólo preguntaba. Santi grababa y, puntualmente, preguntaba. Y lo hacía mejor que yo. Miguel Toral, el último periodista que grabó con Santi el viernes pasado, me lo decía ayer camino del tanatorio. «Es que además es un gran periodista porque pregunta muy bien». Y eso que era un tema sesudo de política social lo que estaban grabando.

En Tailandia cogí una camarita y decidí que Santi también protagonizaría el programa. Le grababa interactuando con Frank y era un espectáculo. Se jugaba el tipo con el cuerpo fuera del coche, se acercaba a una pitón a 20 centímetros, hablaba alto y claro, todo lo que decía era un gramo de oro televisivo y su pasión desmedida hizo que casi muriera atravesado por una rama que se le clavó en el corazón con tal de grabar un simple plano de tele. Era un genio y una fuerza bruta que además entendía a Frank, una gran persona que sólo se entiende con los animales. Santi era el único amigo que tenía Frank en este planeta. Pasaban horas y horas hablando en el coche y se me caía la baba viendo su sintonía. Un día después de grabar un puto zoo con tigres y decenas de secuencias esperpénticas y bizarras, nos preguntamos: ¿qué coño estamos haciendo? «Hay que creer Santi. Tengamos fe en ello». Y yo seguía acojonado. Santi se convirtió al Frankianismo y decidió aprender más en las noches solitarias viendo Breaking Bad. «He visto un planazo subjetivo de una mosca, vamos a intentar hacerlo». Y lo hacía con nuestra bendita cámara go pro. Días después, mientras colocaba la minicámara en un lugar imposible del coche, dijo: «Este va a ser un programa de culto». No sé si fue un programa como tal, pero fue lo más entretenido que dio la televisión en esos años. Y gracias a Santi y a Frank.

Tiempo después, se rompió el amor a tres bandas por mi culpa. Creía que ya no podría darle más a Frank de la Jungla y me había vaciado. Cuando nos volvimos a ver el verano pasado, Frank y él insistían en que volviéramos a juntarnos. Yo no podía porque «tenía otros proyectos». Hace poco les dije: «Cuando seamos viejos nos volvemos a juntar a grabar con garrota». Sin presión. A lo que salga. Porque el mejor guión de los tres era grabar la vida pasar.

Un día en Tailandia, Santi empezó a hablar de motos. Se quería comprar una. Se la compró al volver. Y años después se despidió de ella en Twitter cuando la puso a la venta: «Tantos ratos buenos pasados juntos», decía. Luego se compró otra. Santi se comía el mundo a bocados y escupía los trozos. Vivía cada día como si fuera el último. Hace unos días tuvo un susto en coche en Turquía. Ya eran varias las veces que se había girado a verle la cara a esa cosa tan fea. Ayer en el tanatorio, su madre me dijo: «Sólo tenía un defecto: le gustaban demasiado las motos». Se había muerto el motor de su vida, y el de su novia Ana. Me impactó mucho una foto que Santi puso hace días en la red de su novia y que decía: «Mi mujer». Orgulloso de ella.

Escribo esto mientras veo la sierra madrileña desde una ventana de mi casa. Y gracias a Dios que las lágrimas me nublan la vista, porque juro por Dios que por la puta ironía de la vida veo la carreta en la que ayer Santi perdió la vida debajo de un camión a estas horas. No dejes de grabar en el cielo amigo, que seguro que hay una luz maravillosa. Lo que no vas a tener es ningún McDonalds para comerte una hamburguesa de las que te gustaban, y que siempre buscabas con ahínco en cualquier rincón del planeta. Espéranos, que cuando Frank y yo subamos, con las patatas fritas que tanto te gustaban, volveremos a grabar. Y ya habrá salido la go pro ciento y pico mil. Y en vez de moscas grabaremos ángeles. La vamos a liar.

Santiago Trancho, cámara, nació en Madrid el 24 de marzo de 1983 y murió en la misma ciudad el 7 de marzo de 2015.
 
~lg-Jungle-Quest-pic_2edit2.jpg


- Hasta siempre Papá Orangután. :mutriste :mutriste :mutriste

~fs-Jungle-Quest-pc-pic_2.jpg
 
Supongo que este es el post adecuado.

Se ha muerto Pedro Reyes. Lo ha anunciado Pablo Carbonell en su Twitter.

 
http://www.lavanguardia.com/musica/20150501/54430348073/ben-e-king-stand-by-me.html

Muere Ben E. King, autor de 'Stand By Me', a los 76 años
El cantante, conocido en todo el mundo el hit de 1961, saltó a la fama a finales de la dácada de los 50 del pasado siglo con The Drifters

Ben E. King, el cantante de soul y R&B conocido por la clásica Stand By Me murió ayer a los 76 años por causas naturales, según ha confirmado su publicista al diario británico The Telegraph. Ben E. King es el intérprete de la versión más conocida de Stand by Me (de la que es coautor con los productores Jerry Leiber y Mike Stoller).
El cantante, conocido en todo el mundo el hit de 1961, saltó a la fama a finales de la dácada de los 50 del pasado siglo con The Drifters, con canciones como There Goes My Baby y Save the Last Dance For Me.

El cantante de R&B se encendió aún más éxito con Spanish Harlem, I (Who Have Nothing), y Don't Play That Song (You Lied).

No se conocía enfermedad alguna de King en los últimos años. El músico completó una gira por Reino Unido en 2013. También realizó conciertos en los EE.UU. el año pasado.
 


- Míticas mañanas cuando Jesús asomaba su tupé (¡la de chistes y parodias -enormes las de "Martes y Trece" a propósito de su pelo, manera de hablar y movimiento de piernas estando sentado-que generó el famoso tupé de Jesús Hermida!). Cantera de profesionales aquel programa (Nieves Herrero, Irma Soriano, Consuelo Berlanga, Miriam Díaz-Aroca) con la participación del inolvidable periodista Javier Basilio en plan Señor Ogro bigotudo de dicción impecable. Que levante la mano quién no recuerde esta melodía: "¡Ya llegó la horaaaa de basilear un ratoooo!"





Siempre me acuerdo de una entrevista en "El País" sobre su etapa de corresponsal en Estados Unidos, cuando dimitió Nixon y él comentaba: "¡Joder, joder, joder, el poder que tiene la democracia!".

1405703951612.jpg
 
DEP :mutriste
Ya con lo de las chicas Hermida el ego lo tenía subido a niveles del Saturn V, pero hasta entonces, con programas como Su Turno era un crack
 
Nos ha dejado B.B. King y aunque ya no podremos escucharle más en directo, siempre nos quedará su música.

En 1997 grabó este pedazo de álbum que le valió el Grammy al mejor álbum de Blues. Acompañado de gente muy conocida como Van Morrison, Eric Clapton, Joe Cocker, los Rolling Stone, Dr. John, Jools Holland, Tracey Chapman y hasta 17 temas con 17 artistas, un álbum que forma parte de mis básicos.

No será lo mejor de B.B.King, pero me encanta y me parece muy apropiado como despedida.



:ok :ok :ok
 
Arriba Pie