Respuesta: Raúl Cerezo: Opiniones
Nachete, habla de Escarnio en 35 y lo que viste después en pantalla (y ya del corto, que eres un tío sincero y tu opinión por teléfono fue cremita). Así podemos entrar en harina con lo que expone Valek.
A mí "Escarnio" me gusta, porque es una propuesta muy diferente a lo que se suele ver hoy en día, tanto en lo formal como en el fondo del asunto, que a pesar de estar basado en un relato ajeno (que no conozco), Raúl consigue llevar absolutamente a su terreno, mostrando sus obsesiones y haciendo gala de que es un autor muy personal (lo que algunos que hayan visto "Escarnio" podrán corroborar tras ver "8"). Me gusta mucho esa familia con un atormentamiento Bergmaniano en sentido estricto (lo que le dije ayer a Raúl es que la enfermedad está tratada con reminiscencias de "Gritos y Susurros", porque te muestran más cómo afecta a la familia que a los propios enfermos), todo ello pasado por ese filtro "Cereziano" que contiene uno de los cócteles de referencias más bizarros que jamás he visto (desde el citado autor sueco, a Sergio Leone, pasando por William Friedkin). También me gustan mucho el ritmo que tiene, porque para ser un cortometraje de 25 minutos de duración, no se hacen cuesta arriba en ningún momento. Sin embargo, como también ocurre con "8" en menor medida, en "Escarnio" hay un montón de escenas breves o detalles dentro de otras escenas que en un primer visionado -o en un revisionado muchos años después- el espectador no creo que pueda ser capaz de encajar. Es evidente cuál es la trama principal, pero estoy seguro de que un 40% de lo que Cerezo apunta y sugiere no he conseguido captarlo en un único pase, como por ejemplo qué hay detrás de ese cuento dentro del cuento que es "Ricitos de Oro", que conociendo como conozco a Raúl, no es ni mucho menos una elección casual.
En lo formal, Raúl y su operador (Álvaro Germán) obtuvieron un gran partido de un medio que hoy en día vemos tan limitado como la Betacam Digital. Creo que las escenas más satisfactorias desde el punto de vista estético, son sin lugar a duda los interiores. Me gustan mucho, por ejemplo, las escenas en las que se simula una iluminación que parte de la chimenea, pero al mismo tiempo muestran el exterior correctamente expuesto, lo que no debió de ser nada fácil. Raúl a lo mejor nos podría comentar cómo lo hicieron, porque posiblemente empleasen mucha más luz en el interior de lo que aparenta la imagen final. También me gustan, por supuesto, como están resueltos los interiores con haces de luces, que le quedan tan estéticos como atmosféricos. En los exteriores, también hay grandes momentos, como el plano que abre la obra, muy oscuro y arriesgado, con un gran trabajo de Steadicam, al dar paso al interior, por cierto. También me gusta ese concepto de sol abrasador, que es no casi, sino un personaje más del cortometraje, con su amenazadorísima presencia. También aquí Raúl quizá nos pueda comentar si se intentó, a propósito, que el sol fuese una guía visual para mostrar al espectador la inseguridad o el miedo de los personajes a salir de su casa. Sin embargo, lo que menos me gusta, es que en la segunda parte del cortometraje hay multitud de tomas en las que el trabajo es demasiado impresionista, con fortísimas sobreexposiciones, algunas voluntarias y otras da la sensación que involuntarias, pero sobre todo, por un uso demasiado expresivo del color, con efectos que muchas veces no son naturales, sino que parecen colores de una viveza excesiva, con demasiada saturación, como si hubieran sido objeto de un brutal retoque en post-producción. Es en esa parte cuando "Escarnio" se vuelve más expresivo, pero repito, me gusta más la parte más intimista, sobre el dolor interno de los personajes, que esa parte final más alocada, pese a esos guiños al Western por parte de la puesta en escena que, como digo, me han parecido toda una curiosidad.
Sobre la copia en 35mm, lo cierto es que estaba gastada, pero no es justo comparar una adquisición en Betacam Digital hinchada a ese formato con la de otro corto rodado con la Red One, finalizado a 2K y proyectado en DCP. Lo cierto es que el efecto al cambiar de uno a otro ha sido casi como el de pasar de 16mm a IMAX, pero "mi corto" jugaba con una ventaja abismal (lo que no quita para que siga pensando que se veía tan bien que abrumaba). La adquisición fotoquímica me sigue pareciendo muy válida y diría que hasta necesaria, pero desde que todos los films pasan por un
Digital Intermediate, lo cierto es que no tiene mucho sentido proyectar un filmado a 35mm que no hace sino degradar la calidad aún más.