El Confidencial
COMUNICACIÓN
Pacto de silencio: los grandes editores de prensa se comprometen a apoyar a Zapatero ante la crisis
A. González / J. L. Lobo.- 16/10/2008
Los dueños de los grandes grupos de comunicación españoles se comprometieron el pasado lunes, en un almuerzo con el presidente del Gobierno,
José Luis Rodríguez Zapatero, celebrado en La Moncloa, a respaldar las medidas del plan de choque contra la crisis introducidas por el Ejecutivo, vía decreto ley, en apoyo del sistema financiero español. Rodríguez Zapatero pidió a los editores que eviten la crítica alarmista y traten de infundir tranquilidad a los ciudadanos sobre la solvencia de nuestro sistema de cajas y bancos. El jefe del Ejecutivo, "que nos pidió máxima confidencialidad", según el testimonio de uno de los presentes, estuvo acompañado en el almuerzo por la vicepresidenta,
María Teresa Fernández de la Vega.
Fue la propia vicepresidenta la que, a lo largo de la tarde del pasado sábado, e incluso durante la mañana del domingo en algún caso, se encargó personalmente de convocar a los
capos de la prensa:
Ignacio Polanco (Grupo Prisa,
El País, Cuatro, la SER);
Diego del Alcázar (Vocento,
ABC, Punto Radio);
José Manuel Lara (Planeta,
La Razón, Antena 3 y Onda Cero);
Jaume Roures (Mediapro,
Público, La Sexta);
Javier de Godó (
La Vanguardia), y
Javier Moll (Grupo Moll,
Levante de Valencia,
El Faro de Vigo,
La Nueva España de Asturias...). Todos ellos primeros espadas, y un único consejero delegado:
Antonio Fernández-Galiano (Unidad Editorial,
El Mundo). No asistió
Antonio Asensio (Grupo Zeta,
El Periódico de Catalunya), por hallarse de viaje.
Sobre la mesa, menestra de verduras, solomillo de Ávila y macedonia de frutas. Un verdejo de Rueda, naturalmente blanco, y un tinto de Rioja. La reunión tenía por objeto explicar las medidas adoptadas por los jefes de Estado y de gobierno de la
zona euro la noche anterior, y las decisiones tomadas por el Ejecutivo español en el marco de esos acuerdos. "Visiblemente satisfecho por el resultado de ese encuentro, Zapatero nos vino a contar que, en momentos como los actuales, España necesitaba que los medios de comunicación no crearan o fomentaran la alarma entre los ciudadanos en un intento por vender más periódicos, sobre todo si esa alarma, como él pensaba, no respondía a la realidad, puesto que las entidades financieras españolas pueden tener problemas de liquidez, pero son las más solventes de Europa”, explica uno de los comensales.
"Evitar la alarma"
Apenas unas horas antes, Zapatero había hecho aprobar en un Consejo de Ministros extraordinario dos decretos ley ampliando considerablemente la capacidad del Ejecutivo para intervenir en el sistema financiero. Y el presidente del Gobierno estaba exultante. Crecido incluso: llegó a presumir ante sus invitados de haber jugado un papel protagonista en la reunión del Eurogrupo celebrada la noche anterior en París, casi de haberla convocado él mismo –el italiano
Silvio Berlusconi, de acuerdo con
Nicolás Sarkozy, la había anunciado, sin embargo, con bastante antelación– y de haber influido decisivamente en los acuerdos alcanzados.
"Sí, en efecto, se le notaba contento por la reunión de París y se adornaba", asegura otra de las fuentes consultadas, "porque, según él, había viajado hasta allí con el aval del país más solvente, con una banca mucho más sólida que sus pares europeos, y a las pruebas se remitía: ninguna quiebra de banco o caja se había producido en España, aunque justo era reconocer, advirtió, que todo se contagia y que, por tanto, había que estar prevenidos y obrar en consecuencia. Ser prudentes. Y ahí es donde entraban los medios de comunicación, evitando crear alarma entre los ciudadanos y apoyando las medidas que él había adoptado".
Entre los invitados, disparidad de comportamientos. Posturas muy favorables al pacto, casi entusiastas, en Lara (Planeta) y Roures (Mediapro), el grupo de comunicación surgido gracias al favor de Zapatero. Colaboradores, aunque menos, se mostraron Del Alcázar (Vocento) y Fernández-Galiano (Unidad Editorial). Mucho más sobrio, distante incluso, estuvo Polanco (Grupo Prisa).
Preocupación en el PP
Mariano Rajoy, que 24 horas más tarde fue recibido por Zapatero en La Moncloa para abordar la crisis económica y las medidas impulsadas por el Eurogrupo, no fue informado por el presidente del Gobierno de la reunión mantenida la víspera con el grupo de editores, según reconocieron ayer a
El Confidencial fuentes muy próximas al líder del PP. Varios miembros de la dirección del partido consultados por este periódico expresaron su "preocupación" por el citado encuentro, que el Ejecutivo ha tratado de ocultar a la opinión pública, y su malestar por el creciente "desequilibrio de fuerzas" en el panorama mediático en favor del Gobierno.
Estas fuentes citaban como ejemplo el editorial publicado ayer por
La Razón, uno de los medios habitualmente más críticos con el Gobierno, en el que el diario fijaba su postura, precisamente, sobre el encuentro que Zapatero y Rajoy mantuvieron el martes en La Moncloa. En un tono inusualmente elogioso hacia el presidente del Gobierno, el periódico de Lara calificaba de "altamente satisfactoria y productiva" la reunión, aseguraba que "el mérito debe atribuirse a la responsabilidad de ambos", y definía como "una gran iniciativa" la propuesta de Zapatero de crear una mesa conjunta Gobierno-PP para abordar diversas reformas estructurales en la economía española.
El malestar del PP, y del propio Rajoy, subió de tono en la tarde de ayer por las imágenes emitidas en el informativo de mediodía de La Sexta, en el que se identificó al líder del partido con "un payaso". Durante la emisión del bloque de deportes, la cadena de televisión controlada por Roures informó sobre la sanción impuesta por la UEFA al Atlético de Madrid por la exhibición de símbolos nazis –una calavera– durante el encuentro que enfrentó a los rojiblancos con el Olympique de Marsella. La presentadora dijo entonces que esa calavera en realidad no era tal, "sino la imagen de un payaso", y justo en ese preciso instante apareció en la pantalla una imagen fija de Rajoy llegando al Congreso de los Diputados.
El director de Informativos de La Sexta,
César González Antón, atribuyó a "un fallo humano" lo ocurrido, pero el vicesecretario de Comunicación del PP,
Esteban González Pons, dijo estar "harto de la manipulación política" y calificó el incidente como "un error grave que debe tener consecuencias graves". Y añadió: "Sabemos, y soy consciente de lo que digo, que el Gobierno negocia con esa cadena [La Sexta] una nueva Ley Audiovisual, y no queremos pensar que exista una relación con esto".
De la Vega riñó a los editores
Al final del almuerzo ofrecido por Zapatero a los editores, éstos se reclamaron “unidad de acción” en respuesta a la petición de apoyo de La Moncloa. Una frase, supuestamente pronunciada por uno de los asistentes, recorría ayer los mentideros políticos y mediáticos madrileños: "Presidente, estamos contigo: vamos a dar la vuelta a la tortilla". Este diario, sin embargo, no ha podido comprobar la veracidad de esa afirmación ni su paternidad. Lo que sí está claro es que, al menos hasta la noche de ayer, los grupos involucrados en el pacto mantenían un espeso silencio en torno al convite y sus consecuencias.
Fernández de la Vega se encargó, por su parte, de regañar a los editores a cuenta del tradicional "catastrofismo" de la prensa. "Están tirando piedras contra su propio tejado, porque ese catastrofismo también les perjudica a ustedes, en tanto en cuanto tiende a contraer la inversión publicitaria", vino a decir la vicepresidenta. De la Vega. Ahí les duele a los editores: la crisis por la que atraviesan los medios de comunicación tradicionales a cuenta de la caída de la publicidad. Aunque nadie aludió a ello ("alguien dijo algo de la publicidad, pero en tono de broma", según uno de los presentes), estaba claro que el asunto sobrevoló el almuerzo.
Fuentes de La Moncloa confirmaron a
El Confidencial la celebración del encuentro entre Rodríguez Zapatero y los editores, pero evitaron cualquier comentario sobre su contenido y rehusaron ofrecer una valoración del mismo. La reunión se había mantenido en secreto hasta ahora, ya que el Gobierno, a diferencia de lo ocurrido con la reunión entre Zapatero y los grandes banqueros, que fue anunciada a bombo y platillo, quería en esta ocasión mantener la máxima discreción. Hasta el punto de que un portavoz de La Moncloa, a preguntas de este periódico, negó en un primer momento la comida ofrecida por el presidente del Gobierno a los editores.