Magnífico análisis de por que es importante dejar a Baúl en el banquillo. Y ojo que podrá meter 36 goles esta temporada, que olfato goleador (y narices) jamás le han faltado. De eso sigue viviendo. Pero yo prefiero que esos 36 se los repartan entre otros jugadores y además enamoren por su juego.
El Pollo Corredor a través de los lustros, por Raúl Calzaslargas
Tras el primer partido de Liga, puedo afirmar con rotunda seguridad que aquí no ha cambiado nada. Nada, nada, nada. Seguimos sin sistema táctico, seguimos con los jugadores perdidos en el terreno de juego, seguimos con los madridistas estrellándose contra tres defensas mientras que los contrarios hacen unas transiciones rápidas que nos meten el miedo en el cuerpo, seguimos jugando a arreones, seguimos igual.
Nos hemos fundido 250 kilos. El Deportivo se ha gastado 250.000 o así. El sábado no nos ganaron de milagro. Con el 2-2 Valerón tuvo el partido en sus botas pero su remate forzado envió el balón a la grada delante de las narices de Casillas, quien apunta otro año a ser la estatua del jardín botánico. ¿Por qué no sale de debajo de los palos? ¿Por qué no se tira aunque sea para disimular, aunque no llegue?
¿A qué cojones juega Pellegrini? Oí que quería desarrollar un 4-2-2-2, en los gráficos previos al partido, igual que en el AS o en el MARCA, se dibuja un 4-3-3. En la práctica no hay quién desentrañe el sistema de juego, y esto es porque estamos como siempre, supeditantolo todo al Pollo Corredor.
Baúl es un jugador de otra época. Desde que llevaba cinco años como titular indiscutible, los sistemas tácticos han evolucionado. Él no lo ha hecho. Ni lo hará. Tiene 32 años y es imposible que varíe su fisionomía para adaptarse a los nuevos tiempos. Tampoco anda sobrado de clase y calidad como para compensar otros defectos. Baúl es un delantero a la vieja usanza, un rematador. Pero no a lo Hugo Sánchez, sino de los de empujarla. Es Julio Salinas sin la capacidad de jugar de espaldas a la portería. Baúl sólo puede sobrevivir en un esquema táctico antediluviano en el que haya carrileros que centren al área para que él pueda chutar al primer toque. No da para más.
El único esquema en que encaja el Baúl es el 4-4-2 de toda la vida. Así que Cristiano Ronaldo tiene que jugar más pegado a la banda. No puede. Nadie puede hacerlo a día de hoy. Los tiempos de los Gordillos y los Micheles pasaron a mejor vida. En la otra banda no hay nadie. Como sucedía con Roberto Carlos y Zidane, Kaká se mueve hacia el centro y deja una autopista para las subidas de Arbeloa y, suponemos, Ramos. En la otra banda, Cristiano no encuentra su sitio. Él no es Kaká.
Lo peor de esto es que el sistema se convierte en un 4-2-4. Los partidos se ganan en el centro del campo, no a base de meter delanteros. Eso de jugar con cinco hombres arriba quedó obsoleto allá por cuando el Benfica ganó su primera copa de Europa. Eso explica que los rivales nos lleguen con tanta facilidad y con bastante peligro. Cristiano tiene que ocuparse más de defender, porque tiene que apoyar al centro del campo. Baúl también lo hace, pero está acostumbrado a eso, a estorbar la salida del balón.
En ese 4-2-4 Baúl ocupa el centro del ataque y Benzemá queda más retrasado. Él es quién siempre llega para "empujar" un posible centro. Lo vimos en el gol. También en otra jugada en la que Cristiano regateó a un par de deportivistas y logró centrar para que el Baúl se la diera con la espinilla al portero. Benzemá está totalmente perdido.
El problema crónico del Real Madrid, desde hace años, es tener que jugar para el Pollo. No hay más. Mientras otros equipos introducen variantes, mientras otros técnicos prueban nuevas ideas, cualquiera que se siente en el banquillo madridista está sujeto a esta necesidad. Jugad a ser técnicos del Real Madrid y tratar de poner un 4-3-3 o un 4-2-3-1 con Baúl. Veréis cómo es imposible. Baúl no puede estar sólo arriba porque no crea peligro, y si pones una línea de tres, ¿a quién pones? ¿A Cristiano, Benzemá y Raúl? ¿Y qué haces con Kaká? ¿Lo vas a alejar del área?
¿Y si ponemos a Benzemá frente a una línea de tres? Kaká por detrás, como en el Milán, Cristiano en una banda y ¿qué hacemos con Baúl? Baúl no puede jugar escorado. No se va de su abuela, no puede entrar en diagonal hacia la portería, no es capaz de hacer una pared en condiciones. Si hay que poner al Baúl no queda otra que jugar con dos delanteros. Es el rollo de siempre.
Estamos como todos los años. Lo triste es que en esta ocasión son jugadores carísimos y de calidad contrastada a quiénes tenemos que colocar fuera de su posición, o en situaciones en las que no pueden explotar todo su potencial. Así que estamos peor.